Ahora que estamos encerrados físicamente en nuestras casas y la mente sufre de la misma forma esa situación, podríamos pensar en cuántas situaciones de la vida uno se encuentra preso por las circunstancias.
Pullman me ha dejado ese poso, esa sensación de ver como cada uno de los protagonistas tiene una pequeña jaula donde se encuentran dentro, sin saber la razón, sin poder salir por distintas razones, el trabajo, la religión, la edad, la familia e incluso la propia sociedad.
Puede que la libertad de movernos fuera de nuestras cuatro paredes se vuelva oro puro y un bien de primera necesidad. Con el tiempo valoraremos los pequeños detalles y los pequeños actos a los que no damos importancia, lo mismo que hacen los protagonistas de Pullman sin darse cuenta de ello. Una salida a la calle durante una tarde, puede ser toda aventura y una lección de vida.
Daren y Nadia son vecinos y ambos comienzan las vacaciones de verano. En ese primer día, ella se queda sin hacer la salida a un centro comercial con su madre, por su trabajo, y Daren no es aceptado por sus vecinos para poder jugar al futbol. Ahora el decidirá salir fuera de esos apartamentos donde viven, Pullman, y Nadia le seguirá para saber dónde va, ya que su hermana se ha ido con su novio y se quedó sola en casa. Ahora fuera de ese recinto donde viven, el mundo será muy distinto.
La cinta parece estar rodada por momentos con cámara en mano, y puede que esa sensación de movimiento, pero al mismo tiempo de agobio, nos lleve a sentirnos como los personajes. En esas casas, en ese mundo suyo solitario, donde no saben muy bien lo que sienten, pero no se sienten cómodos.
Toni Bestard busca con la mirada inocente de dos niños la realidad de lo que muchos ven como un paraíso, un lugar de playa donde todo el mundo va a divertirse, Mallorca, donde la luz acompaña, pero no todo es de color de rosa. Es un viaje a reconocer la realidad que queda de puertas a fuera de lo comercial, de lo que se vende y se exporta.
La verdad es mucho más que playas y tiendas, la pobreza del bolsillo y moral está impregnada en un guion que hace recapacitar en lo primordial más allá de la presencia, es una llamada a salir del estado de confort y reconocer que siempre hay algo más que conocer que lo vivimos.
Toni Bestard y Arturo Ruiz guionistas de Pullman, han mezclado temáticas que pudieran no encajar con la visión de un menor, pero por mucho que no queramos ellos al final son los que ven y sufren unas consecuencias de lo que les rodea. Han contado de una forma natural como cada uno de ellos viven en su mundo, con lo que les está marcando la sociedad y su propia familia, para finalmente curtirse en un solo día, cuando ven y pasan por situaciones que pasan de ser una aventura a ciertos dramas que marcarían a cada persona.
Pero sin caer en el derrotismo han dejado que la inocencia sobresalga por encima de todo, y que nada de lo que ven les impacte de tal manera, que vuelvan hacia atrás, todo lo contrario, lo viven como un sueño, como algo importante, donde al final sienten que están siendo ellos mismos fuera de Pullman, fuera de lo que les hace vivir en una situación, posiblemente, diferente a la que deseen pero no se atreven a decir.
¿Cuántos Nadia y Daren existirán en el mundo? Una reflexión que queda en el aire en todo el metraje, extrapolar esta historia de ficción a la realidad es sumamente fácil.
La película se encuentra disponible en Filmin
Título original: Pullman Año: 2019 Duración: 70min País: España Dirección: Toni Bestard Guion: Toni Bestard, Arturo Ruiz Música: Tolo Prats Fotografía: Edu Biurrun Reparto: Keba Diedhou, Alba Bonnin, Monika Kowalska, Armando Buika, Carolina Parejo, Lara Martorell, Manuel de Teba, Rafel Ramis Productora: Singular Audiovisual / Toni Bestard P.C. Género: Drama – Infancia