Hace unos días un vídeo que salía en redes sociales por parte de Kike Suárez y Cris Puertas realizando una adaptación con la canción de Igor Paskual, Maquiavelo iba en serio, me hizo recordar uno de los mejores momentos que este 2020 me ha traído, y el cuál rememoro mucho en mi cabeza: el concierto de la gira de La pasión según Igor Paskual.

En éste trabajo que los tres, en la distancia del confinamiento que a todos nos compete, realizan un gran videoclip que fomenta la faceta artística de todos, con la gran interpretación y primeros minutos de narración de Cris, la voz de Igor y el trabajo de cámara y montaje de Kike Suárez. Ese vídeo al completo no tiene desperdicio, todo tan bien hilado, música e imágenes que lleva a que sea vez muchas veces.

Recuerdo ese 20 de febrero, esa misma mañana Igor estaba en la radio hablando de su nuevo trabajo y de camino a una revisión médica escuchaba las razones de unas de las canciones que más me gusta de su éste disco, El Gavilán, me entusiasmó su razonamiento y esperaba oírla esa misma noche en la sala Copérnico.

Esa canción no estuvo en su repertorio, y posiblemente para su versión acústica de conciertos con Ángel Miguel sea más propicia, o no, lo que si que es verdad que esas dos horas de concierto dieron lugar para mucho más. Por ejemplo, y dato importante aunque no lo parezca, que la sala me recordara a mi adolescencia, cuando la misma se llama Paraninfo. Pura nostalgia, lo que ha llovido desde entonces…

Igor no dio margen a salir y hablar, se lanzó a su música, su banda y ritmo, tan endiablado como poético, durante varias canciones, no hacía falta presentaciones, y la empatía del público con sus canciones era latente en cada instante. Todo fue seguido de sus bromas antes de hablar para las presentaciones oportunas de todos los que le acompañaron, y esa fiesta de palabras que nos regaló al público, solo se puede realizar con naturalidad e inteligencia para llevarnos simplemente a disfrutar, bailar y hacernos cómplices de su vivacidad.

Mientras escuchaba cada uno de los temas que se iban solapando la vitalidad del cantante y de su banda, recordaba mucha de las cosas que días previos me había contado en su entrevista y comprendí ese nudo en la garganta que en un momento se le puso en el escenario. Me dio una lección de gran humanidad y de saber llevar todas las melodías en el momento justo y con el comentario acertado si procedía.

El recordaba su grupo previo, su anécdotas y motes vividos años atrás con el humor del buen recuerdo, y a mi me hacía trasladarme a esas tardes noches que en ese recinto pasé junto a mis mejores amigas, las cuáles están presentes hoy en día en mi vida. Era un puro símil, la complicidad que a mi me había aportado el lugar en su día, y la que Igor tenía con sus compañeros de escenario y el público.

Igor Paskual- Facebook

Nos hizo volar y cantar desde Tierra firme, mi favorita, hasta Inmortal pasando por esa canción de su grupo anterior Babylon Chat, El último brindis del año, entre muchas otras. Decir ahora mismo si disfruté más si cuando la guitarra le acompañaba o no, es como que te digan elige, entre papá o mamá, amores distintos y todo sublime, pero la emocionalidad que desprendía cuando estaba con el micrófono en mano, era oro puro.

Recuerdo haber escuchado rock desde la infancia, porque mi hermano era lo que ponía a todas horas, una servidora tiraba más por lo pop, pero nunca rechacé nada en concreto, o sí, top secret. Igor con esa mezcla de rock y punk sobresale ante todo por sus letras que no dejan indiferentes, y que te llevan a un universo sonoro totalmente diferente sin que quieras enmarcar sus trabajos en nada. Creo que es algo que va con él, me da que las etiquetas no son lo suyo, porque la palabra polifacético podría ser su apellido, en la música y en el resto de trabajos que realiza. Así que recomiendo que veáis el videoclip de arriba y que busquéis su música y artículos si queréis tener un chute de energía y cultura.

La pasión según Igor Paskual desempolvó la sala Copérnico con su concierto y esperemos que pronto se pueda volver a repetir la experiencia. Puede ser que olvide muchos detalles de ese día, han pasado más de dos meses y la memoria se para en el aislamiento social, pero la cultura ayuda a que eso no se olvide. Me voy a escuchar un poco de esa pasión, que si toda es cómo la de Igor la música se sigue moviendo y moviéndonos ahora mismo.

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