Amanezca es la primera película española que está realizada por un equipo totalmente femenino. El cortometraje bajo la mano de Lucía Álvarez, tanto en guion como en dirección, la protagonista María Botto y como colofón, música original de la pianista y Premio Nacional de Música Rosa Torres-Pardo.

Amanezca ha sido rodado íntegramente en Madrid en lugares tan emblemáticos como el Teatro Kamikaze o el Parque del Retiro de Madrid, dando vida al personaje de Rita. De profesión actriz, ahora se tiene que enfrentar a uno de los papeles más duros y difíciles de su carrera: Laurencia de Fuenteovejuna.

Un trabajo interesante al que queremos dar visibilidad por medio de una entrevista con Lucía Álvarez y Rosa Torres-Pardo:

¿Me podéis contar ambas como entráis a forma parte del mundo de la cultura en cada vertiente vuestra?

Rosa: Mi madre fue bailarina. Desde muy niña nos cantaba y bailaba tanto a mí como a mi hermana, por lo que para nosotras fue este el camino más natural por el que transitar en este mundo. Elegí el piano, o el piano me eligió a mí. Después de años de conciertos, mi mundo se fue abriendo a otros como el del teatro, la danza, el cine. Aquello me enriqueció de muchas maneras, ya que el mundo de la clásica para el que me formé, me resultaba algo encorsetado y lleno de normas. Abrirme a otras artes del mundo escénico, trabajé con actores, poetas, bailarines o cantantes de diversos estilos, me dio una perspectiva más creativa  que me ayudó a crecer, a disfrutar más de la propia música y sobre todo a participar de forma más activa en el mundo cultural.

Lucía: No recuerdo la primera que fui al teatro o al cine. Iba con mi madre desde que tengo uso de razón. La cultura en mi casa siempre ha sido una necesidad. Además una de las mejores amigas de mi madre era actriz así que no supuso nada antinatural querer estudiar interpretación. De pequeña no sabía que esto se podía estudiar y cuando descubrí que se podía, inmediatamente me matriculé en mi primer curso. Antes me apuntaba a todos los talleres en el colegio. Y descubrí que era el único sitio en el que era yo. Terele Pávez decía que es esta profesión la que te elige. Y sí, yo también lo creo.

¿Cómo surge la idea de una película solo realizada técnicamente por mujeres?

Rosa: Lucía Álvarez es quien debe responder ya que esta fue su idea. Yo solo puedo añadir que he estado feliz de formar parte de un grupo de mujeres con las que he tenido muy buena química y con las que  me ha dado gusto trabajar.

Lucía: Dándole forma al cortometraje la directora de producción y yo nos dimos cuenta de que nunca se había realizado en este país una película con un equipo íntegramente femenino. Dada la temática nos pareció importante conseguirlo. Constatando lo que nos costó formarlo nos dimos cuenta de que era una necesidad. Hay oficios en los que a las mujeres aún no nos dan mucha cabida y la poca que nos dan no suele ser con puestos de relevancia. Y esta tendencia es importante romperla.

¿Este tipo de trabajo es además de un desarrollo profesional, una reivindicación a nuestro mundo laboral y social?

Rosa: Las mujeres hemos debido enfrentarnos a dos grandes dificultades a la hora de desarrollar una profesión, muy especialmente la nuestra, que demanda mucho tiempo y una entrega absoluta. Por un lado nos hemos enfrentado a los prejuicios de ser mujer -como es cumplir con lo que se espera de nosotras y por otro lado autoexigencia de desarrollar nuestro arte al más alto nivel posible. 

Lucía: Es un poco lo que explicaba antes. Y bien es cierto, como dice Rosa, que a nosotras se nos exige más. Y también nosotras mismas venimos con un nivel de autoexigencia agotador. Demostrar que estamos aquí por derecho implica no bajar la guardia nunca. Trabajar hasta la extenuación.

¿Si me tuvierais que describir Amanezca con una sola frase cuál sería?

Rosa: Han pasado 500 años y hay cosas que aún no han cambiado, aun así seguiremos manteniendo  la esperanza y reclamando justicia e igualdad de derechos para todas las mujeres.

Lucía: Lo definiría en una sola palabra, justo la que da título: “Amanezca” –título, por cierto, que se le ocurrió a Rosa- Ya está bien. Nunca más miedo. Nunca más violencia. Que amanezca ya.

Aunque la dirección corre a cargo de Lucía, la canción es de ambas ¿Cómo ha sido ese trabajo en común?

Rosa: Si me permites hablaré en general de la música para este cortometraje. Lo que Lucía me propuso, fue escribir  la música de la película,  cuando solo era un proyecto en su cabeza. Dado el paralelismo en la historia de Laurencia, el personaje de Lope de Vega en Fuenteovejuna, y la historia de Rita, personaje de hoy día,  encarnado por María Botto que sufre una experiencia muy parecida a la de Laurencia, escribí  una danza al estilo antiguo con una introducción común a ambas historias, la antigua y la contemporánea -que es donde aparece la canción de la película, ”Amanezca” Esta es la canción que da el título a esta película . Lucía me envió unos versos de Calderón que aludían al tema de este cortometraje. Sobre ellos basé la música, y a esos versos añadí otros propios. Lucía añadió los suyos después. Procuré que su tono, re menor, como los ritmos y el tempo se adecuaran a la situación que se describe, como es el dolor, la impotencia pero también la rebeldía y la esperanza.

Lucía: Desde el primer momento tuve claro que la persona idónea para hacer la música de la película era Rosa. Era importante, por supuesto, que fuera alguien de su talento y valía. Pero además Rosa es una parte esencial en esta película. No solo por el empuje, la ayuda y el sostén tan necesarios para sacar un proyecto adelante, es que además ella comprendió a la primera el concepto, lo que hace que no tengas que explicar las cosas y puedas llegar mucho más lejos. El cortometraje sin ella, desde luego, no hubiera sido lo mismo. Quizás ni siquiera hubiera sido.

En cuanto a la canción fue un proceso arduo y difícil pero extremadamente enriquecedor y bello. Encontramos esos versos de Calderón y sobre eso fuimos escribiendo todo lo demás. Debatíamos cada palabra, cada concepto, cada emoción. Le dimos vueltas y más vueltas hasta encontrar las palabras óptimas para trasmitir lo que queríamos. Quería que “Amanezca”, que así se llama también la canción, tuviera vida propia.

Ha sido una suerte contar con la voz de Clara Muñiz que, a pesar de la dificultad de la canción, ha sabido darle la fuerza y emoción necesarias.

¿La canción se trabajó antes o después de grabar el cortometraje, supongo que con el guion ya en mano al menos?

Lucía: El guion llevaba mucho tiempo sobre la mesa. Cuando llegamos a rodaje la música ya estaba hecha y la canción escrita. Esto me facilitó mucho el trabajo. En algunos momentos les ponía a los actores la música que había creado Rosa y entendían al momento la emoción que necesitábamos. Grabarla, ir al estudio, se hizo después del rodaje.

¿Cuán de importante es un tema musical dentro de un cortometraje, más que en un largometraje?

Rosa: No creo que haya diferencia. La música es no solo el mar de fondo que debe reflejar el drama, como es en este caso, y las situaciones que se describan. Creo que es una parte tan importante como cualquier otra, como lo que se ve, como lo que se dice  Ayuda a  potenciar. Al menos, eso es lo que se debe buscar.

Lucía: Para mí no hay diferencia. Igual que tampoco creo que el cortometraje sea el hijo pequeño del largometraje. Es una película en si misma. Una historia planteada, desarrollada y concluida en sí misma. Con la peculiaridad que tienes que hacer todo eso en muy pocos minutos, que no es sencillo. La música como he dicho antes es una parte esencial. Es un narrador imprescindible y un portador de emociones básico.

Lucía dice que Rita podría ser cualquiera de nosotras, y en la canción también nos podemos reflejar sobre todo en los tonos, en las pequeñas mezclas de estilos que habéis utilizado ¿Es algo intencionado?

Rosa: Por supuesto, hay que trabajar sobre la historia, la música debe reflejar lo más fielmente posible  lo que se cuenta. Igual que el traje de Laurencia se adecúa a su época, la  música también. Por eso la idea de hacer una danza al estilo antiguo.

Lucía: Eso le corresponde más responder a Rosa. Pero si diré que no hay ninguna puntada sin hilo.

Amanezca en guion se apoya en un clásico y la música también ¿lo has querido hacer así, para que fueran de la mano?

Rosa: Así es, como comenté anteriormente esa es la idea. De algún modo todos tenemos interiorizado el sonido de la música de cada época, bien por conciertos a los que hemos asistido, bien porque el cine siempre ha intentado ser fiel a este aspecto.  La música es un elemento que ayuda a ubicarnos en el tiempo. Sería incoherente poner música de rock para el monólogo de Laurencia, aunque el experimento no sería para nada nuevo. Como sucede en algunas puestas de escena de los clásicos cuyos personajes  visten con ropa contemporánea o cuyos decorados son de una absoluta modernidad.

Lucía: Palabra y música van absolutamente de la mano.

¿Al final siempre recurrimos a los clásicos en todos los sentidos de nuestra vida?

Rosa: Los clásicos son nuestra referencia, la base de nuestro conocimiento y el lugar de donde partimos. Sin ellos no tendríamos un suelo donde pisar.

Lucía: Los clásicos se convierten en tales justamente porque tratan sentimientos universales. Nos podemos reconocer en ellos, entendernos y confortarnos. Nos enseñan. Son nuestra médula espinal. La raíz a la que volver. Aunque ya nos gustaría que en pleno Siglo XXI algunos temas estuvieran obsoletos…

Ya que hablamos de clásicos, nombrarme uno con el que os hubiera gustado trabajar y la razón. 

Rosa: Johan Sebastian Bach, el más clásico de los músicos y sin embargo el más moderno. Esta razón tiene bastante peso En cuanto a piano se refiere, me habría encantado conocer  desde R.Schumann y J.Brahms hasta F.Listz y por supuesto a F.Chopin. ¿La razón? Todos ellos forman parte de una época dorada de este instrumento, de su rebeldía contra las normas del clasicismo,y de aquel movimiento que lideró Beethoven “Sturm und drang” que supuso la liberación del yugo que entonces mantenían los compositores con la aristocracia para la que tenían que escribir a su gusto. Fue la búsqueda de esa libertad en la que el sentimiento y el corazón se impuso a las reglas del clasicismo.

Lucía: Me gustaría mucho con Federico García Lorca o Rosalía de Castro. Siempre me han fascinado pero ahora que Rosa y yo estamos trabajando tanto sobre ellos, me gustaría poder coger el teléfono y preguntarles, pedirles, crear junto a ellos. Sentarme y escucharles.

A nivel teatral más actual me hubiera encantado aprender en un escenario –a algunos si tuve la suerte de conocerlos- de Fernando Fernán-Gómez, de Adolfo Marsillach, Miguel Narros, William Layton o de José Bodalo, por ejemplo.

Si me puedo saltar a épocas anteriores el primero en la lista sería casi seguro Lope de Vega. Es la modernidad, la maestría. El conocimiento perfecto de la palabra, del teatro, del actor. La esencia y la emoción.

Pero si me pongo a hacer lista, no acabo nunca ¡cuánto talento! ¡Qué riqueza!

Lucía tiene cuatro referencias, María y los demás, el perro del hortelano, función de noche, y mi vida sin mí ¿Cuáles son las razones, y qué referencias tiene Rosa para Amanezca?

Rosa: Sin duda la película “Tous les matins du monde”, donde G.Depardieu interpreta al compositor  Marin Marais  que  pretende estudiar con Monsieur de Sante Colombe. Jordi Savall interpreta la música de la película que es una maravilla. Hay grandes películas, desde el Don Giovanni de Joseph Losey con el gran barítono Ruggero Raimondi o Amadeus de Milos Forman, que hizo un magnífico retrato de la vida de W.A. Mozart 

¿Qué influencias tenéis en vuestros trabajos en general?

Rosa: Tengo muchas referencias como pianista, desde A.Rubinstein, V.Horowitz, Claudio Arrau y Alicia de Larrocha., grandes maestros que ya se fueron hasta mis musas pianistas como Martha Argerich y Maria Joao Pires.

De todos ellos he aprendido, pero también de cantantes del jazz como Nina Simone o Carmen Mc Rae. El pianista Keith Jarret. El jazz y el flamenco, las música vivas, son fundamentales.

Lucía: Me cuesta dar nombres porque tengo muchas influencias y no me quiero dejar a nadie fuera. Siempre digo que yo soy porque fueron y serán porque somos. Así que desde muy pequeña he tenido un instinto casi innato por recopilar enseñanzas de las generaciones anteriores. Vi a Berta Riaza y me noqueó. Con un solo movimiento de una mano podía captar toda tu atención, trasladarte a su mundo. Es la verdad hecha actriz. Pero, de verdad, podría dar nombres y no parar.

¿Cómo vivís y sentís hoy en día el mundo de la cultura?

Rosa: En este momento tan terrible que vivimos, nuestro mundo – que siempre ha sido frágil pese a  su vital importancia- corre un gran peligro, agravado por la crisis que atravesamos.  La cultura no solo nos hace más felices, nos dice quiénes somos y da sentido a nuestras vidas. Es un bien esencial. 

Lucía: En esta situación tan tremenda que nos ha tocado vivir creo que un sentimiento que nos asalta a la mayoría es la angustia que produce la incertidumbre. Pero estamos acostumbrados a vivir en la cuerda floja y a no dejar de luchar. Y en eso estamos, como todos los sectores, dando lo mejor que tenemos para pasar este trago lo mejor posible. Que la cultura es imprescindible siempre lo hemos sabido, pero en estas circunstancias se ha hecho absolutamente notorio. Nos ha salvado la cordura, la ilusión, la esperanza. Y nos ayuda a pensar en la palabra futuro. La cultura es nuestro ADN, sin ella, simplemente, no somos.

Un sueño por cumplir

Rosa: Tengo muchos sueños, aunque el que ocupa en este momento mi mente y mi corazón es que vuelva la vida a los teatros. Ese día, estaremos salvados.

Lucía: Mi sueño más inmediato es subirme de nuevo a un escenario. Y celebrarlo con un abrazo largo y apretado. El día que eso pase, como dice Rosa, estaremos salvados.

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