El director y protagonista David Moragas cuando pensó en su proyecto, A Stormy Night, tuvo dudas si podría llegar a hacerlo. De hecho cada día que se pone a escribir tiene reparos, porque piensa que quién es él para poder llamarse director. El estar incluido en la selección del D’A Film Festival Barcelona 2020 le ha aportado seguridad para su profesión, para ver que el paso del corto al largo era posible que fuera visible, pero ante todo ha sido posible gracias a todo el equipo que ha estado con el en la película.
Esa inestabilidad emocional que puede aparentar por estas declaraciones, son el reflejo constante que ha llevado a su personaje, un hombre que aunque seguro de puertas para fuera, está constantemente cuestionándose si será o no aceptado, si su trabajo gustará o no, exclusivamente a su ex. Efectivamente los miedos y las inseguridades las ha trasladado y al mismo tiempo interpretado. Esa relatividad entre personaje y director hace que en su actuación se vean esas dudas, pero incluso lo cohibido de su semblante que te puede llevar a otros terrenos fuera de la interpretación, por ello saber de dónde proviene ese discurso añade veracidad a su papel.
Marcos se encuentra en el aeropuerto de Nueva York, ahora su vuelo se ha cancelado y tiene que pasar la noche allí. Recurre a una amiga para que le dé cobijo en su piso, ella no está pero Alan, compañero de piso, hará de anfitrión esa noche mientras permanece en su casa.
La timidez, la inseguridad y la arrogancia por momentos se pueden confundir. A veces cuando una persona quiere marcar distancias, camuflar sentimientos o no desvelar su personalidad se envuelve en una nube de altivez, y esa sensación es la que tiene uno de los protagonistas cuando comienza la película, que ambos personajes parecen estar jugando a los disfraces para no dejarse ver emocionalmente descubiertos.
Los planos fijos que parecen confesiones, las miradas que se captan de lateral con cámara, esconden los sentimientos que cada uno de los personajes quisieran explicar con naturalidad pero los disimulan con la distancia, como si fueran muy diferentes para no empatizar con el contrario, cuando realmente están deseando lo contrario. Agradezco que en el guion las conversaciones se desenvuelvan de una manera natural y fluida, sin cortapisas en cuanto al lenguaje y los temas a tratar.
David Moragas ha puesto en la mesa muchos clichés, muchas etiquetas por las que parte de la sociedad se rige, el trabajo, el estatus social, las amistades o la orientación sexual entre otras, pero además hay una parte importante que ha dejado al final como resultado de esa relación de unas horas, la confianza. Creo que es una pregunta que se deja en el aire ¿realmente somos totalmente sinceros con nosotros mismos o con quiénes más nos conocen? o ¿somos capaces de abrir nuestro caparazón a un extraño porque el ser juzgado por esa persona nos hiere menos?
El debut en el largometraje del director David Moragas es sencillo, cuidando los pequeños detalles, sobre todo los encuadres de la cámara, y las sombras que además con el formato de blanco y negro entre cuatro paredes se enfatiza mucho más.
A Stormy Night es la película elegida por el festival para la clausura, al igual que con la película inaugural solo estará disponible un día en Filmin. Si queréis leer mi entrevista al David Moragas aquí está en enlace.
Título: A Stormy Night País y año de producción: España, 2020. Duración: 76 minutos.Dirección y Guion: David Moragas. Direccion de fotografía: Alfonso Herrera-Salcedo. Música: Ángel Perez. Intérpretes: Jacob Perkins, David Moragas, Jordan Geiger, Marc Di Francesco, Elena Martín.