Durante en confinamiento muchos han sido los trabajos cinematográficos que han estado en abierto, uno de ellos ha sido Colores, producción que estuvo nominada en los Premios Goya 2018 al Mejor Cortometraje de Animación.

Colores cuenta la historia de Tito, un niño invidente que, aunque no quiere, tiene que pasar las vacaciones en el pueblo con su abuela Fina. Lo que para él iba a ser un aburrimiento y un problema de adaptación se convierte en toda una aventura gracias a Candela y su perro Patuchas.

Un cortometraje que ensalza los valores familiares, la naturaleza y la creatividad de la mano de la infancia y su poder de adaptación y tolerancia.

¿Cómo surge el guion o la idea del cortometraje?

La idea original surgió del productor, José Antonio Saura, que con su productora Horizonte Seis Quince querían contar la historia de un niño ciego que, cuando pasa unas vacaciones en el pueblo, hace amistad con una niña de su edad con la que descubre otras formas de “ver” las cosas. A partir de esa idea, desde nuestro equipo de Cabeza Voladora trabajamos el guion y los storyboards con el fin de visualizar la historia en forma de imágenes.

¿Cómo ha sido el trabajo entre vosotros dos a la hora de la dirección?

En animación no es extraño ver que la dirección la llevan a cabo dos personas. En nuestro caso, nos complementamos muy bien porque juntos abarcamos prácticamente todo el proceso que se necesita para llevar a cabo un proyecto: desde el guion y storyboard, hasta la edición pasando por la animación. Todo ello lo llevamos a cabo guiados por el mismo espíritu e ilusión por el proyecto, lo cual es una gran ventaja.

¿Cuánto tiempo llevó el proyecto?

Desde que se gestó el proyecto hasta verlo finalizado pasó aproximadamente un año. Buena parte de ese tiempo se lo llevó realizar un buen guion con una buena preproducción, storyboard, diseño de personajes, etc., con el fin de que el proceso de producción de la animación fuese lo más directa posible. De ese año, aproximadamente 6 meses fue el tiempo de realizar la animación fotograma a fotograma.

¿Cuántas personas formaron parte de la familia de Colores, y en concreto de la parte de animación?

Aproximadamente ha sido un equipo de 30 personas, y de ellas, unos 20 animadores. Hay que decir que tuvimos especial cuidado en seleccionar nuestro equipo, pues queríamos que todos tuviesen un perfil artístico por encima del técnico. De hecho, muchos de ellos no habían hecho antes animación, pero provenían del campo de las Bellas Artes o Diseño Gráfico, lo cual era nuestra prioridad.

¿Por qué en 2D?

Nosotros trabajamos siempre en 2D porque somos amantes de la técnica tradicional. Intentamos minimizar la presencia de los digital en nuestros proyectos. Pensamos que la técnica 2D le da a la animación un toque más humano y artesanal, que hace que el espectador empatice más. Y más aún en este proyecto, que reivindica los valores tradicionales, se prestaba más a usar este tipo de técnicas.

¿Habéis utilizado las tonalidades de colores y sus cambios en la ambientación dependiendo de cada situación, más allá de lo que respecta al protagonista, para plasmar los cambios emocionales?

Sí, en animación se usa mucho lo que se llama “guion de color”, que es una vista completa de todas las escenas con su predominancia de color. Da una idea global del aspecto que tendrá la película en su gama de colores. Aquí observamos cómo el entorno más aséptico e impersonal del hogar de Tito, el niño protagonista, en su vivienda en Madrid, contrasta con los tonos más cálidos y alegres que apreciamos cuando la acción se traslada al pueblo y al hogar de la abuela.

Está en el fondo del mensaje, lo tradicional, lo arraigado ¿Creéis que es necesario una vuelta a lo tradicional tanto en lo emocional como en la estética visual?

Sí, definitivamente, creemos que se están perdiendo muchos valores sobre todo en lo que respecta a la educación infantil. En “Colores” reflejamos cómo el contacto con la naturaleza revela a Tito otras formas de ver el mundo que hasta entonces desconocía por haber vivido siempre en la ciudad. La ceguera es sólo una metáfora de lo que vemos en las generaciones más modernas, que se están perdiendo todo un abanico de experiencias sensoriales.

¿Quiénes somos más tolerantes los adultos o los niños?

Nuestros proyectos se dirigen sobre todo a la infancia porque creemos que la mente del niño está siempre abierta a nuevas historias, a la fantasía, cosa que se va perdiendo cuando nos hacemos adultos. Esa fascinación por lo nuevo y lo desconocido es lo que queremos que se refleje en nuestras historias, y a ser posible, que el adulto que lo vea se sienta otra vez niño por unos instantes.

¿Por qué habéis utilizado un pueblo real a la hora de contar una ficción?

Nuestro productor, José Antonio Saura, tenía muy claro que quería un pueblo mediterráneo, para reflejar esa luz especial que baña los pueblos de esta zona. Esto le da un carácter muy especial a la ambientación, no sólo en cuanto a los paisajes, también en cuanto a otros aspectos como referencias gastronómicas, expresiones de los personajes al hablar, etc.

¿Qué hubiera cambio en Colores si el protagonista no fuera invidente?

La inclusión es un tema fundamental en “Colores”. Probablemente el mensaje de retorno a los viejos valores y el contacto con la naturaleza seguiría estando ahí, pero el mensaje no sería tan evidente.

Contarme un poco la experiencia de estar nominado en los Goya

En primer lugar, es un privilegio que los miembros de la Academia escojan tu corto como uno de los 5 mejores del año. A partir de ahí, lo importante es disfrutar la experiencia porque es algo que no ocurre todos los días. Lo que está claro es que estar nominado en los Goya es una impulso fuerte a nivel profesional, aunque muchas veces no veamos unos resultados visibles a corto plazo.

¿Cuán difícil es llevar a cabo un cortometraje a nivel económico y luego su distribución?

La animación es un proceso muy laborioso que requiere mucha gente implicada. Afortunadamente, las nuevas tecnologías permiten no sólo hacer más accesibles las herramientas para hacer animación, sino también para la fase de distribución, que ahora mismo están al alcance de cualquiera. Lo bueno de la época que vivimos actualmente, es que cualquiera desde cualquier parte del mundo puede hacer visible su trabajo a nivel mundial, y si éste es bueno, entonces marcará una diferencia con respecto al resto de oferta que nos invade cada día.

¿Cómo veis la industria del cine antes y después de lo que estamos viviendo en estos días?

La gente volverá al cine, ya lo estamos viendo. Creemos que este tipo de experiencias no se van a perder. Otro tema es en cuanto a la producción. Las medidas sanitarias van a hacer más difícil los rodajes. Afortunadamente, la animación es una labor que de por sí se trabaja en la distancia social, así que es una industria que no se detiene a pesar de las pandemias.

Un sueño por cumplir

Nuestro próximo paso es realizar un largometraje o una serie de televisión, algo en lo que ya estamos trabajando y que esperamos que se materialice muy pronto.

Estreno en España: 2017. Título original: Colores. Duración: 19 min. País: España. Dirección: Sami Natsheh, Arly Jones. Guión: Sami Natsheh. Idea: Mila Angelini, José Antonio Saura Saura. Música: Alejandro Saura. Animadores: Alex Muñoz Gil, Rocío Silveira-Márquez, Isabel Morcillo Ruiz, Javier Cano Marín, Ksenia Fetisova, Sergi Ferrándiz Brotons, Pablo Martínez Pérez, Rosa María Medina Camarena, Cristina Vaello Alumbreros, Massimiliano Nadalini y Alejandro Fernández Sánchez. Reparto principal (doblaje): Sara Ramos, Máximo Pastor, Francesc Anyó, Iolanda Muñoz, Darío Torrent. Producción: Horizonte Seis Quince. Género: Animación.

Begin Again Films
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