Queda bastante evidente que de una manera delicada y pausada enfocan cómo la vida de la persona fue marcando al personaje, siendo este final el que siempre fuera visto de cara al espectador y no dejarse ver ni observar cómo era en realidad.

Es verdad que es algo latente de cara a todos artistas, ya sea de la fuente que sea, que siempre llevan una careta y una armadura que les resguarda del exterior, cada uno con mayor o menor medida, pero siempre hay algo que no dejan al descubierto, posiblemente alguno lo llamen intimidad y es muy loable, los escaparates están para mirar, pero no parar ser arrollados al igual que los artistas.

Era egocéntrico, excéntrico y dispar, y era algo que ni él mismo negaba, incluso le gustaba. Puede que esa particularidad de incógnita, mucho más allá de esos toques de distinción enigmática en su porte y como embaucaba con su palabra, fuera lo que marcara la distinción para llamar la atención.

Esa fachada de dandy, de mujeriego puede que solo fuera eso pura pose para esconder el dolor que llevaba dentro y que no quería mostrar en su faceta profesional, que al final es lo que quería enseñar, ya que lo que se plasma en el documental, sus ideas y venidas para conocer la calle, los garitos, los bares y la ciudad, relacionarse y luego narrar, saber de primera lo que se cocía en el ambiente y luego llevárselo a su terreno en este lugar a su palabra en papel, aunque también le llegó la palabra en la pantalla.

 

Esa parte televisiva era la más carismática a la par que altiva en su tonalidad, que habría que distinguirla en su finalidad, pero al final es el personaje el que se expone y ahí queda.

Su voz le hacía frío con ese tono un tanto ronco e irónico, suspicaz y totalmente a la defensiva en todo momento. Su cabeza parece una libreta donde el torbellino de la sociedad y lo que cubre va recogiendo, y al mismo tiempo asimilando.

Pero aquí en anatomía de un dandy la voz la pone Aitana Sánchez Gijón y se apoya en la participación de nombres la cultura y el periodismo como la viuda de Umbral, María España, Raúl del Pozo, Juan Cruz, Manuel Jabois, Pedro J. Ramírez, Ángel Antonio Herrera, Antonio Lucas, David Gistau, Victoria Vera, Ramoncín, Bénédicte De Buron-Brun, Manuel Llorente, Fanny Rubio, Jorge Urrutia, Rosa Montero y Manuel Vicent.

Un documental que te lleva desde el personaje a la persona y viceversa, deambulando entre ambos conceptos y miradas, con entrevistas, declaraciones y una voz que resulta divertida, burlona pro también reflexiva, buscando la naturalidad del personaje ese escondido entre sus libros y su faceta profesional que nada tiene que ver con lo que se veía fuera de sus escritos.

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