Me gusta que sea una película que dé lugar a diferentes lecturas

Después de visionar My Mexican Bretzel uno se hace muchas preguntas, ¿Cómo habrá montado la directora el guion por medio de esas imágenes? Pues ya nos comenta ella que en ningún momento ha habido guion como tal, que durante los tres primeros años estuvo trabajando, paralelamente, las imágenes por un lado y el texto por otro. Las imágenes las iba seleccionando, jugando con ellas, experimentando y haciendo piezas breves. Y al mismo tiempo iba apuntando todo lo que se le venía a la cabeza, idea, frase, cualquier cosa, y todo muy caóticamente, afirma, ya que tenía 120 páginas y finalmente solo utilizó cinco.

Parece mentira que después de haber visto la película, dos veces, lo que nos cuente Nuria, es que no pensaba en las imágenes cuando escribía, aunque sabía que iba a ir junto a ellas. Esa combinación que finalmente, para nada está fuera de contexto, foto y texto, todo con un hilo conductor de esa pareja que nos lleva por las emociones del amor y el desamor, del anhelo y el dolor, de no poder decir lo que se siente, y parecer que en ese texto todo está hablado para sí misma, Vivian, y que nada parece desentonar. Todo un encaje de bolillos cuando haya tenido que descartar todo lo que tenía escrito.

A partir del cuarto año es cuando busca la forma de encajar texto e imagen y ahí lo describe como un proceso de búsqueda, de exploración, de experimentación y un juego donde dice habérselo pasado muy bien, pero a veces desesperante. En ese proceso estuvo dos años, después vinieron el sonido y el color.

Descartó desde el principio el sonido ambiente, no le interesaba para nada, tenía muchas ganas de tener la película en silencio, porque a ella de la dan fuerza esas imágenes en movimiento totalmente en silencio, ya que es algo que ahora mismo no podemos hacer y le resulta maravilloso y al mismo tiempo el silencio hace que en el momento que entren los momentos de sonidos cobre la combinación mucha más fuerza.

El tratamiento sonoro, que hemos hecho con Jonathan Darch, lo que busca es expresar las emociones de los personajes, y subrayar un poco sus obsesiones, como en el caso de León con los coches. Es utilizar el sonido de forma más expresiva, no tan descriptiva.

Comentando con Nuria el tema del sonido y lo que a mi me ha aportado, esas frases que dan lugar a un sonido y lo que significa o me trasmite, me dice que le parece algo extraordinario que esas cosas ellas no las piensa mientras está en la creación, y que cada espectador estamos sacando una conclusión distinta. Por ello nos dice: la película tiene una serie de espacios, o que he dejado, que cada persona que la ve lo rellena a su manera, y las cosas que me llegan para mi son un regalo, una interpretación libre de lo que ven, que no es lo que yo había pensado, pero me gusta que sea una película que dé lugar a diferentes lecturas.

Todo el metraje de My Mexican Bretzel está contada desde la persona de Vivian, pero seguramente que si se hubiera hecho desde la de León tendría otra mirada. A Nuria si se le ha pasado por la cabeza hacer esa versión, pero una vez finalizada esta, ya que se ha quedado con muchas ganas de poner muchas imágenes, bellísimas y fascinantes afirma, y porque le interesa siempre otro punto de vista totalmente distinto que contraste con lo que cuenta la película. También otro de los aspectos por los que decidió que fuera a través de ella, era porque se podía expresas mejor, porque si no, todo sería por parte de él la imagen y el texto, y así de la forma que lo ha enfocado ha encontrado el equilibrio, sobre todo de los géneros en esos años cincuenta, que él hace todo, y ella la que se expresa hacia adentro: tiene una voz, pero no se la oye, literalmente, teniendo una voz muy silenciosa, de diario, me parecía mejor que encajaba mejor en ella.

Efectivamente el personaje de Vivian es pura contención, pura melancolía que traspasa la imagen, y Nuria dice que eso es lo que quería trasmitir, y eso lo logro conjugando las imágenes hasta llegar al texto correspondiente.

Lo mejor de trabajar de forma independiente para ella es: la libertad absoluta, porque he hecho lo que me ha dado la gana, y eso tiene un punto impagable, y la parte negativa han sido durante los cinco primeros años de no poder compartir y aprender de compañeros, que es algo que luego he podido hacer. Cambia todo, es desesperarte junto con alguien, y un aprendizaje.

Si le pedimos que especifique un género de su película, se ríe, y dice que es incapaz, lo define como cine o película. Hay otras muchas películas que ha visto que tampoco logra encajar en un género, le puedo llamar documental creativo, pero le podría llamar otras cosas. Podría ser la no ficción, pero es complicado lo de clasificar la película.

Este aspecto de no saber encajar la película en algo en concreto podría ser hasta metafórico con respecto a su personaje principal, Vivian, vive en distintos mundos y realmente no sabe por dónde navega, o por dónde quiere navegar.

Paravadin Kanvar Kharjappali es otro personaje en sí en la película, el autor de todas esas notas que van saliendo a lo largo del metraje mezcladas con el diario. Surgió cuando Nuría releyó sus notas de cuatro años, se dio cuenta que iba repitiendo varias ideas, eran sus obsesiones y no paraba de escribirlas, aunque pensara que era la primera vez, y una de esas ideas era un falso gurú, que dice que era como la píldora de la felicidad: Ese gurú es la necesidad de buscar a alguien que tenga respuesta para todo, y eso no existe, y el gurú mismo se debe convencer así mismo, que es un ser semi divino. Lo intenté hacer con un humor, este hombre se ríe de todo y por medio de él di salida a cosas que en boca de un diario no veía apuntadas, como por ejemplo la muerte desde ese lugar de sentencia.

Aquí dentro de las frases donde ella ha recreado el personaje de Paravadin ha incluido dibujar un poco lo social de ese momento, dice no poder obviar las distintas visiones que salían en imágenes. Por una parte la destrucción que había llevado a ese escenario lo sucedido años atrás políticamente, la Segunda Guerra Mundial, y por otra todo lo contrario, esos escenarios vacacionales donde todo tiene otra tonalidad, pero todo de una forma sutil.

Está totalmente agradecida de la distribución por parte de Avalon, es consciente que es la única manera de que su película llegue a salas. Ella solo había pensado un circuito de festivales pequeños, experimentales, y ahora dice: Esto es una maravilla y esto ha sido Avalon.

Cuando queremos saber en qué se encuentra ahora trabajando vuelven las risas: Estoy escribiendo el libro rojo de Kharjappali para pasármelo bien y luego ya veré. Si tengo otra idea en la cabeza, pero no estoy en el momento para profundizar en ello, estoy ahora mismo acompañando a la película.

¿Un sueño por cumplir? La libertad interna, casi nada.

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