Siempre me ha parecido que enfrentarse a una obra infantil o adolescente desde la mirada de adulto era algo complicado. Valorar lo que piensan los más pequeños es difícil de descifrar, las vivencias al final van marcando, y eso de ponernos en su piel es tarea ardua y siempre he creído que es un público mucho más exigente, ante esto, María Araceli, autora de El gato que regaló sus vidas opina lo siguiente:

A priori te diría que no, porque no tienen recorrido vital para serlo… lo que son es más claros a la hora de expresar si algo les gusta o no, si les llegas o no conectan. Pero la exigencia más que a la edad, la veo ligada a la idiosincrasia de cada uno, a lo que hayas vivido, visto, leído, reflexionado y a cómo hayas permitido que eso te cale y te transforme.

Hay que tener en cuenta que miro este proyecto desde el prisma que la cultura es pura educación, ensoñación y vitalidad. Aquí lo que los adultos queríamos que el público al que va dirigido viera lo mismo que nosotros, ya que está implícito, la competencia, compartir, comprensión, capas sociales, familia, hogar, inocencia, valores y así podríamos seguir. Un cuento fácil de leer, incluso te quedas en cada capítulo con saber más de esa historia de esa road movie de ese personaje en su vida. Este viaje es la forma de narrar y la escritora nos dice esto al respecto:

“Road movie”… no lo había pensado, pero sí, Gato al final vuelve a la casilla de salida, al hogar del que parte, junto a su madre. Y no es que tenga que rendir cuentas pero sí hace una especie de balance de lo que ha sido su aventura, de lo que ha ido “perdiendo” y de lo que ha ganado a cambio… Y lo que encuentro muy luminoso es que al concluir ese viaje está tremendamente feliz por las decisiones que ha tomado. No puedo imaginar mejor final que echar la vista atrás y no tener que arrepentirte de tu trayectoria porque has hecho el mejor uso posible del tiempo que se te concedió y de los dones que recibiste.

Gato vive en una granja, con su madre y sus hermanos. Es el mayor y ha tenido que cuidar siempre de sus hermanos y ha decidido que es el momento de hacer su vida y conocer mundo. Su madre le da la libertad para que vuele solo, aunque le duela perderle de su lado. Ahora fuera del espacio vivido, conocerá a otros habitantes de la tierra: ardilla, búho real, zorrito, mariposa, otros gatos, orangután, león marino… e incluso amistad con los humanos. En ese viaje, aventura, conocerá el valor de la lealtad, de la amistad y del respeto.

El personaje, Gato, va evolucionando, pero en ningún momento perdiendo la inocencia, va conociendo en ese recorrido vital y emocional el mundo fuera de su entorno familiar, amistades y gente no tan grata, y ni con esas pierde ese ápice de bondad que le ha sido inculcado. Por ello en cada historia de los otros personajes que aparecen en el libro nos vamos encontrando esas etiquetas de los pecados capitales, aunque la escritora nos dice: Puedo reconocer claramente alguno como la soberbia o la avaricia, pero no todos.

Se puede pensar que el personaje principal sería el más difícil de definir, al tener mayor importancia en la historia, pero María nos cuenta qué personaje le resultó más complicado:

Sin duda el del gato del conde, porque es el único al que no he podido “redimir”. Pero a la vez es un personaje tremendamente realista ya que hay muchas personas que eligen enrocarse en su comodidad y en su egoísmo creyendo ponerse a salvo de no sé qué y perdiéndose, en consecuencia, a los demás y la vida. No es casual que ambos personajes sean de la misma especie. En algún momento de nuestra vida todos tenemos que elegir “qué tipo de gato” queremos ser.

Durante la aventura hay tantas pérdidas como ganancias, se pierden vidas del protagonista, se ve como es el duelo de la pérdida de las amistades, todo de una manera natural y con mucha simbología, y así es como nos dice María Araceli que lo ha planteado:

Pues con muchísima dulzura, porque, aunque sea natural que todos, niños y adultos, tarde o temprano tengamos que afrontar la pérdida de un ser querido, la muerte es una herida inevitable que deja cicatriz de por vida. Yo misma he perdido a mi madre y a una de mis mejores amigas en los últimos meses y he reforzado la idea de que lo importante es hacia dónde dirigimos el foco. Si pierdes es porque has tenido. Si duele es porque has querido… Y al final se trata de agradecer el tramo del camino en que te han acompañado. Agradecer, que es la forma última y más sublime de aceptar (y que no tiene nada que ver con resignarse). Creo que de la misma manera que una enfermedad te deja anticuerpos, el sufrimiento puede enseñarte a discernir y a valorar lo que realmente importa.

Algo que siempre me ha llamado la atención en todo lo relacionado con la cultura infantil, y cómo definir la edad marcada, aquí veo que puede ser un cuento para muchas edades e incluso para leer con los padres, porque hay muchas metáforas que desgranar, y así nos lo confirma su escritora:

Definitivamente. De hecho, no son pocos los que me han dado las gracias por generar la oportunidad de dialogar con sus hijos sobre tantos aspectos de las relaciones con los demás. El cuento tiene varios niveles de lectura a los que lógicamente se accede en función de la madurez de cada uno por lo que no lo aprovecha igual un niño que un adulto. Aunque los niños se quedan con muchas más cosas de las que pensamos. De hecho, yo recomendaría a los padres que lo leyeran primero, y no a la vez, para que tengan hecha su propia reflexión previa.

Otra de las partes que hacen que El gato que regaló sus vidas se haga mucho más ameno es porque está insertado en el libro dibujos, unas ilustraciones que definen las situaciones, y los pequeños identificarán lo narrado con lo expuesto con colores cálidos en páginas enteras. Estos dibujos son de Alicia Huecas, y hemos querido saber cómo entra a formar parte del proyecto:

Alicia fue tutora de mis mellizas en Primaria durante dos ciclos de dos años. Yo sabía que le encantaba dibujar e imaginé que, si accedía a ilustrar mi cuento, sus creaciones destilarían la misma sensibilidad y ternura con la que educa a los niños que le confiamos. Así que le pasé el manuscrito, a ver si le inspiraba, cruzando los dedos para que la idea no le diera vértigo. Pasado el tiempo me confesó que lo que más le costaba dibujar eran los animales, así que para mí tiene más mérito aún se embarcara conmigo en esta aventura porque sinceramente, desde que vi los primeros bocetos, en blanco y negro, con ese punto tan naif, tan delicado… supe que Alicia había sido la elección correcta.

Título: El gato que regaló sus vidas Autora: María Araceli Martínez Álvarez Dibujante: Alicia Huecas Colección: 10 suricatos Editorial: Babidibu Libros Género: Narrativa infantil ilustrada Idioma: Castellano Páginas: 140 Fecha publicación: 07-12-2020

12 respuestas a ««El gato que regaló sus vidas» de María Araceli Martínez Álvarez»

  1. Libro que he ido leyendo a varios sobrinos y les ha encantado. También he ido regalándolo a los hijos de mis amigos y los padres me han dicho que les gusta mucho.

  2. Lo he leído y me pareció TAN VERSÁTIL a la hora de afrontar el desasosiego de los más pequeños cuando enfrentan y te cuentan sus dificultades de su camino, que no he podido evitar recomendarlo a todos los padres y madres de mi entorno.

    1. Creo que los niños se pueden sentir muy identificados con muchas situaciones, y es una buena experiencia para ellos ver que lo que les pasa no es sólo a ellos.

      1. Una literatura sencilla pero de impacto para llegar al público al que se dirige…ameno, pedagógico , transmite valores y da gusto poder disfrutar de este mensaje…muchas gracias y enhorabuena Araceli….esperando ya el siguiente!!!!

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