Para Borja de la Vega el haber presentado Mía y Moi en D`A ha sido como la cuadratura del círculo, porque tal y como nos comenta la cinta está rodada en Barcelona y con un equipo de allí. Para él fue especial porque todo el equipo podría estar en la presentación, ya que dice que todos se volcaron de una manera extraordinaria en su aventura, mostrando un gran amor al arte y al cine.
Primero está la historia y luego me hago la pregunta de qué estoy hablando. Yo no digo un día quiero escribir una historia que hable de machismo, que hable de malos tratos, solo pensé en escribir una historia de dos hermanos que pasan por circunstancias duras y que eso genera un vínculo muy especial. Tras el primer borrador comencé a hacerme las preguntas: ¿Qué estoy contando, ¿de qué temas quiero hablar?, ¿cómo los estoy tratando? Esto viene muy bien para la reescritura.
Cuatro personajes en Mía y Moi y así nos habla el director de ellos: El centro de la película son los dos hermanos, y sí son solo cuatro personajes y los personajes de Biel y de Mikel tenían que ser tridimensionales también, tenían que tener su propia historia y personalidad. Intentamos trabajar mucho de cada personaje, su relación específica con cada uno de los otros tres. Haciendo ejes, buscando cosas muy específicas, que cada uno tenga una relación muy personal incluso con el espacio.
Hay dos personajes más que no aparecen, pero están latentes son los padres de Mía y Moi. Uno de los grandes atrayentes que posee el guion es cómo están insertados ellos dos, como van apareciendo en conversaciones, y en fotografías, pero no son lo principal pero sí el porqué de la situación. Borja lo ha hecho de una manera sutil, delicada y muy auténtica, dibujando a pinceladas los rostros de dos personajes que no nos hablan, pero que están contando la historia de la familia. Dice que debían estar aún sin estar, y le ha ayudado a construir la historia y de paso el espectador.
La película se articula alrededor de un personaje que tiene un trauma y el resto de personajes reaccionan a ello, sobre todo el primer tramo de la película donde su hermana está tratando de acceder a él, pero no le deja, eso el centro de la historia. Son dos hermanos que están siempre el uno para otro.
Mía y Moi es una película que aborda temas muy delicados, que a veces la sociedad no quiere enfrentar. Lo psicológico y lo psiquiátrico siempre parece un tema tabú a la hora de hablarlo, y aquí al tocar los traumas la delicadeza está implícita, pero también el querer mostrar situaciones que se pueden dar en personas que estén pasando malos momentos, sin entrar en demasiadas etiquetas. Borja de primeras no buscó asesoramiento, escribió lo que a él le venía a su mente, con una situación así, y posteriormente hablo con una especialista, para no plasmar algo que se saliera de la posible realidad. Tuvo el visto bueno, no había escrito ninguna burrada, como él lo describe, y bien es verdad que lo que cuenta y cómo lo cuenta no escapa de la realidad de los traumas.
El director y guionista ha buscado incluso humanizar incluso a los personajes que incluso de primeras solo causa rechazo, y lo ha hecho desde la marginalización que realiza esa pareja de hermanos, que a veces es hermética y no deja entrar a nadie más. Humaniza a Biel, que, por actos, le podríamos etiquetar como el malo malísimo de la película, pero dice que había que enseñar que la gente no es de un solo trazo: la gente abusadora no va con un cartel por la vida.
Escenas que el director ha escrito inicialmente como un juego infantil, y de un retorno a la infancia, en pantalla cuando llega al espectador nos traslada a las etiquetas sociales. El lo quería inicialmente para plasmar la vuelta a esa casa, que en su día fue un lugar de inocencia, pero, aunque reconoce que inicialmente el no veía esas connotaciones, personalmente he captado en pantalla, surgieron después y han dado lugar a una doble interpretación que cree que va acorde con lo que quiere contar de las personalidades no son ni blancas ni negras, y que las personas varían depende del momento.
Nos admite que el guion está escrito para Bruna y para Ricardo: Si me hubieran dicho que no, me hubiera quedado muy descolocado y no hubiera sabido por donde tirar. Enseguida me surgió Eneko, es una persona con mucha luminosidad y con una gran energía que trasmite que normalmente no es lo que le piden en pantalla. Joe fue el último en entrar, y no había pensado en él, siendo representado mío e íntimo amigo, y no se me ocurrió, surgió dos meses después de comenzar el proyecto. Mi gran empeño es que ellos se hicieran dueños de los personajes, que los interiorizaran mucho, que fueran conscientes de las relaciones de todos y lo hicimos no como ensayos, si no desde un lugar de la improvisación para que se fueran haciendo con sus personajes, y que en rodaje todo fluyera, y fluyó. Además, ellos aportaron mucho en las nuevas versiones del guion.
Cuando rodé la película sabía que iba a tener muy poca música, porque quería una sensación muy de poder desde los ambientes y de las texturas y por eso el sonido quería que fuera lo que está pasando. Por ello la música solo entra en los estados de ánimos muy determinados de Moi, y nos ayudaba a contarlo. Ese trabajo fue con Pablo Martos, yo le pasé un montaje muy bruto y le mostré las secuencias donde yo creía que podría entrar la música, y fue el quien creo una música que mantiene una película muy desnuda, pero que cuando entra la música la película cobra una relevancia y un peso específico que es lo que buscábamos.
Siento que acabé siendo representante por mi pasión por el cine. Desde fuera es verdad que podemos pensar que Borja ha realizado la película porque primero ha pasado antes por el proceso de conocer el cine desde otras miradas de la producción, pero nos cuenta que desde muy pequeño les decía a sus padres que el se quería dedicar al cine, y que acabó como representante porque ama el cine.
Si le preguntamos un sueño por cumplir, dice que ahora mismo ya lo tiene cumplido: realizar Mía y Moi. Pero si tiene que decir alguno sería realizar otra.