Blanco y negro en todo momento en pantalla, las intrigas y los enigmas presentes durante el metraje, nada extenso, pero si contundente y con unos temas que calan, que aciertan, y que desvelan como los hechos acontecidos durante esos años 80 en un lugar, pueden extrapolarse a otros años y otros países.
De ahí de esa atemporalidad en la tonalidad de la película, el blanco y negro, a buscar trasmitir una historia, pero no encasillarse en un país en concreto, aunque realmente quiera tratar esa parte que el director y guionistas más conocen, pero que finalmente es universal, por el cristianismo y el ser humano. Porque el hombre, en toda su extensión, está lleno de contradicciones, de traiciones y de secretos, más o menos inconfesables.
Corren los años 80 y es una época peligrosa para la Iglesia Católica en Checoslovaquia, el régimen comunista está detrás de desbancar la institución y anda buscando de donde tirar para descubrir alguna falla que haga que la misma sea desacreditada. Por todo esto, la iglesia, acepta que sus libertades y expresiones se vean mermadas. Michal y Juraj están dentro de un seminario y están en la tesitura de colaborar con el régimen o defender sus convicciones, aunque si es así se verán presionados por parte de la policía secreta. Ahora se verá la verdadera vocación y la supervivencia al mismo tiempo.
Una gran ambientación la de Siervos que se nutre del blanco y negro, de los silencios y de los grandes espacios, con cámara a veces desde lo alto para observar, para controlar a las personas, a la institución desde las alturas, para hacer un símil con el poder, de las jerarquías, y la presión que hace el estado con el clero.
Una cinta de intriga, que nos lleva a toques de cine negro, lleno de enigmas y de protagonistas con dobles miradas, y con un sentido de la supervivencia y el engaño por partes iguales. Una fotografía en engancha, que hace que te sientas inmerso en la pantalla llevándote por esos planos que viajan con los personajes, en estancias donde la tensión fluye con las miradas mucho más allá de las conversaciones, haciendo de ello un cine clásico, donde las interpretaciones cobran una gran relevancia para elevar la temática al clímax adecuado.
El director ha decidido impostar la historia en un seminario para dar más empaque a las traiciones, las debilidades y los poderes. Aquí en Siervos, el poder y la manipulación en sí son otros protagonistas más. De hecho hay varios giros en la cinta que a uno le pueden desconcertar, que dan giros insospechados en la historia y pueden sacarnos de contexto, pero finalmente se retoma con los dos protagonistas cara a cara, y a sabiendas que ya no son lo que eran cuando comenzaron el camino que querían seguir.
Título original: Sluzobnici Año: 2020 Duración: 80 min. País: Eslovaquia Dirección: Ivan Ostrochovský Guion: Rebecca Lenkiewicz, Marek Lescák, Ivan Ostrochovský Música: Cristian Lolea, Miroslav Toth Fotografía: Juraj Chlpík (B&W) Reparto: Vlad Ivanov, Martin Sulík, Milan Mikulcík, Zvonko Lakcevic, Samuel Skyva, Vladimír Strnisko, Samuel Polakovic, Vladimír Zboron, Vladimír Obsil, Tomas Turek Productora: Coproducción Eslovaquia-Rumanía-República Checa-Irlanda; Punkchart films, Point Film, RTVS, Negativ s.r.o, Film and Music Entertainment, Libra Films Productions, Hai-Hui Entertainment, Sentimentalfilm Género: Drama | Religión. Años 80 Distribución en España: Karma Films