El próximo día 6 de diciembre Fátima Rü estará actuando en sala Galileo Galilei con su nuevo disco Esperanza, hemos podido hablar con ella para que nos cuente acerca de este nuevo trabajo que rebosa positividad como su mismo nombre indica.
La poesía y la música para mí están de la mano, están interconectadas. Algunas canciones nacen de poemas, otras veces los poemas de canciones, y otras veces salen juntos. Sobre todo, la poesía del sur, que tiene mucha musicalidad en sí misma. Mis construcciones musicales parten de la palabra, de los paisajes que alude la palabra. Me gusta la poesía sensorial que habla de la naturaleza, de emociones internas y mis composiciones musicales surgen de ahí, del paisaje interno y externo. Ambas, la música y la poesía se retroalimentan, porque son dos canales para expresar lo mismo, expresar la interioridad, la intimidad, la ternura y la conexión con elementos de la naturaleza que te inspiran.
En verdad que se puede oír este nuevo disco de Fátima Rü y respirar mar, y ella admite que en su música el mar, el sur y sus colores están presentes. La naturaleza y el mar es un alimento para conectarse con la música y trasmitir lo que siente. Nos cuenta que no solo es algo que le haya pasado en este disco, Esperanza, también le pasó con Mar de lirios.
La compositora y cantante gaditana hace una retórica con el título de su disco y de sus canciones, evoca lo necesario en estos momentos, la necesidad de una mirada positiva actual, mucho más allá de mirar hacia atrás ni para el futuro. La esperanza es un presente de escucha, cuando uno se para, por eso lo que querido llamar viaje vertical, por un recorrido interior, nutrido por todo lo que está presente en nosotros, no podemos viajar con el cuerpo, pero estamos con toda la imaginación.
Las canciones tienen un poso de melancolía y de ternura, pero al mismo tiempo con el arranque de voz suave y fuerte a la vez de Fátima le da el poder de la positividad, de luminosidad y de la verdad que quiere encanar en su conjunto poético musical, donde se fusionan el jazz, el flamenco, rumba, tango, copla o el bolero.
Siete canciones donde seis son composiciones propias y una es un poema Soñé de Antonio Machado. Un disco para escuchar, para deleitarse con sus letras, a las cuáles ella da mucha importancia, sobre todo que estén bien recitadas, contadas y cantadas, le impregna mucho mimo, adjetivo que ella le da a su forma de cantar, y que adereza con una gran musicalidad y diversidad de géneros musicales, pero ante todo con su personalidad en voz.
Soñé no está elegido al azar, admite que fue un poema que durante la pandemia tuvo muy presente que le evocaba mucho de lo que estaba ocurriendo mientras que muchas personas perdían a sus seres queridos, una mezcla de ensoñación, esperanza, anhelos y recuerdos. Admite que el poema le resonaba interiormente.
Más que melancolía, que creo que el disco anterior si lo era, éste ha quedado muy íntimo, muy desnudo, porque tiene su pulso interno esperanzado.
Un disco grabado del tirón, para ella es todo un juego de complicidad con sus compañeros, y querían que todo saliera fluido, sincero y hacerlo en directo: sin trampa ni cartón y celebrar el poder volver a tocar juntos con la complicidad y espontaneidad. Y sí, hemos tenido incluso en el directo momento de improvisación, en el poema recitado y en una copla, nos gusta dejar cabos sueltos para vernos fluir y que las cosas tengan su riqueza.
Como marco de referencia en su música está el jazz por la elegancia y por el abanico de posibilidades que le da a la hora de incluir otros géneros. Las influencias copleras le vienen por parte materna y dice que todo lo demás sale solo, con mucha naturalidad. Le gusta toda la música intimista que sale del corazón y sobre todo la música de raíz.
Esperanza tiene a Fátima Rü como compositora y voz, Pedro Pedrosa Barquilla (guitarra) y Raúl Platz (contrabajo), y como invitados Jorge Pardo (flauta travesera) y Manuel Machado (trompeta). Además, posee unas ilustraciones de Iván Molina que según Fátima van acordes con lo que ella quiere trasmitir, un trabajo en conjunto que el ilustrador ha captado a la perfección según ella. Unos paisajes que evocan relajación, calma y mirada positiva.
Fotografía de Kaothic Alice, ilustración de Iván Molina Ilustración.