Complicidad y más complicidad, además de humor, es lo que tienen padre e hija, Javier y Julia de Torres, y eso se nota no solo en la entrevista, también en esas canciones, seis hasta el momento, que navegan por la melancolía y la ironía, que no es otra que marca de la casa de Javier de Torres.
Ambos admiten que llevaban tiempo pensando en realizar esta combinación de composición por parte de Javier y de poner voz Julia, y hace unos meses se lanzaron a ello. Están muy contentos con el resultado, con la implicación de ambos en cada faceta, pero Julia, joven y dinámica, aunque tímida, dice querer que las canciones y composiciones vayan un poco más allá: quiero que hablen de otros temas, de la sociedad social, del día a día. Y ahí es cuando Javier nos cuenta que ella escribe relatos, y que quería el momento para lanzarse a componer, otras tonalidades, otros temas, que bien podrían ser de temas sociales.
Seis canciones que hablar de amor y del desamor, más bien de esto último dice Javier: tremendista, pesimista o cenizo y Julia lo llama corta venas, todo en colores grises con una voz aterciopelada de Julia, que hace de los temas algo más emotivos si cabe en letra, pero que al mismo tiempo nos lleva por esa riqueza de la suavidad de los tonos pop que Javier ha incluido en la musicalidad de las canciones para que todo no quede en poso negativo. Aunque Javier cree que en estas canciones de Mastrolilli ha cargado tanto las tintas que lo ve más irónico y negro: hay una pequeña reacción de humor y de sonrisa, porque el texto a veces es un poco exagerado. Fantoche va un poco por ese estilo, su último single va por ese estilo.
Siempre me han gustado mucho sus canciones, y me ha llamado la atención que pensando en un personaje haya escrito casi todo sobre el desamor, por eso me gustaría hablar de otros temas, quizás pueda ser en las nuevas canciones.
Julia de Torres
Pero si algo sorprende y agrada de las canciones que aunque sean negras o cenizas, como ellos dicen, al final el conjunto no es así, la música impone otro ritmo y eso se agradece:
A veces lo bueno está en que no vaya todo en el mismo sentido, que haya un cierto contraste. Una canción con acordes básicamente en mayor, y que la letra no sea muy alegre, si va todo en la misma dirección y haces una canción muy triste en acordes menores, puede ser demasiado triste y poco digerible, aunque Directa al corazón tiene acordes menores, pero al ser más rítmica le quita intensidad dramática.
Javier de Torres
Están pensando grabar más canciones, lo que no saben muy bien es si seguirán en la misma línea y con los mismos músicos o darán un giro. Puede que aquí en esta parte Julia nos sorprenda con alguna composición. Lo que parece más claro es que seguirán en la línea de sacar singles.
Otra marca de la casa de Javier De Torres es la duración, ninguna de sus canciones llega a tres minutos, con temas concisos y directos. A veces me parecen misivas, cartas y cómo el admite, las letras de las canciones bien pudieran serlo: una letra de una canción puede tener esa forma epistolar, al estar contando algo, o estar dando un punto de vista evoca al género epistolar más puro. Julia en este ámbito, de la duración, le pide a su padre que se extienda un poco más, que le gustaría que la canción fuera algo más extensa. Javier es de la opinión que para qué extender en el tiempo algo que ya se ha contado lo que se quería decir, al mismo tiempo admite que es algo que va con los tiempos, que todo lo que consumimos es rápido y que la gente cada vez se para a escuchar discos completos, por ello piensa que esta fórmula va bien para poder llegar a la gente. Aunque Julia dice que eso está cambiando que Taylor Swift ha sacado una canción de diez minutos, así que puede que nos sorprenda tanto con un cambio de temática y de tiempo en su primera composición.
Los conciertos ya los dejarán para más adelantes, cuando tengan más temas. Así que de momento nos deleitamos con estos seis temas, Los claveles mi preferida, que me trasporta al pop de los años 80: