Imagen y narrativa poética por parte de Patricio Guzmán que se fusionan con la parte más de documental y testimonios que quiere introducir en La cordillera de los sueños para reflexionar sobre el cambio de su país a nivel social, cultural y de naturaleza.
Todas las declaraciones que está presenten en La cordillera de los sueños describen esa parte de Chile como protectora y divisoria, y que tiene un gran olvido por parte de la política en sí, de respetar esa propiedad del país que ha ido a parar a otras manos, que lo miran solo como una inversión y no como un bien cultural.
No hay película de Patricio Guzmán que no esté pasada por el filtro de las emociones políticas, sociales y. culturales, del paso del tiempo en Chile y, de los resquicios del pasado en el presente. Aquí van de la mano de, mayoritariamente, de Pablo Salas, director documentalista que lleva plasmando la sociedad y sus calles desde el comienzo de la dictatura hasta hoy en día, un creador que no ha parado, sin saber muy bien la razón, posiblemente para que todo quede bien plasmado con el tiempo, ya que si algo dejan claro es que el olvido silencioso de la historia es latente.
La cordillera de los sueños comienza con secuencias a vista de pájaro, con voz en off del director, algunos planos de la ciudad, y una imagen que me llamó la atención, la cordillera en un cartel enorme en el metro en el borde del andén un rótulo de Avance por el andén, era como si el director nos invitara a viajar por esos metros y metros de La cordillera de los Andes, de su país natal, Chile y su historia,
Hace un recorrido personal y emocional de sus vivencias personales allí, de cómo son sus recuerdos y la influencias de ellos en su filmografía, para ello se ayuda de artistas de distintos campos culturales, que aportan su granito de arena con respecto a ese paisaje tan idílico que esconde tanto dolor.
El director admite en el propio documental que la relación de su cine con lo político está totalmente unida, es algo que le ha perseguido desde La batalla de Chile. Aquí en la tercera parte de esa trilogía que comenzó con Nostalgia de la luz, para seguir con El botón de nácar, nos hace partícipe de sus sentimientos y emociones que sintió cuando fue detenido. Hay una mirada suya que viene describiendo la situación desde la niñez hasta el momento actual, de su salida para no volver nada más que de visita, y esa nostalgia por una tierra que pierde su esencia de pueblo para ser una inversión de cara al exterior.
Si con Patricio Guzmán el tono es poético con toda la parte que está en el documental Pablo Salas, todo cobra otro sentido, mucho más visceral y aposentado en la calle, en la evolución de su país, con las manifestaciones, detenciones y siendo más exacto en todo lo que ocurrió antes, durante y después del golpe de estado chileno.
La cinta termina como comenzó con la cordillera como protagonista, buscando una reflexión de todo lo vivido y anhelando por parte del director la vuelta a su lugar de origen, con el sentimiento se soledad y anhelo de reconstruir su casa y comenzar de nuevo.
La cordillera de los sueños fue la ganadora a Mejor Documental en Cannes (2019), tuvo que retrasar su paso por pantallas por la pandemia, y se ha estrenado en España el 17 de diciembre, siendo una de las películas nominadas al Goya para Mejor Película Iberoamericana.
Director PATRICIO GUZMÁN Productora RENATE SACHSE Productora Ejecutiva: ALEXANDRA GALVIS Personajes de la película: Francisco Gazitúa / Escultor; Vicente Gajardo / Escultor; Javiera Parra/cantante; Pablo Salas / Cineasta; Jorge Baradit / Escrito Idiomas: ESPAÑOL, INGLÉS, FRANCÉS. Coproductores: OLIVER PERE (ARTE), ERIC LAGESSE. Director de foto: SAMUEL LAHU. Montajista EMMANUELLE JOLY Sonido directo: ÁLVARO SILVA WUTH Música MIRANDA&TOBAR Director de Producción: BENJAMÍN LANLARD. Distribuidor en España: SYLDAVIA