No hay nombre sin sentido ni música sin latido, y así es Lepanto, un nombre que evoca a clásico, a la referencia a la literatura, a la historia, también según nos cuenta Manuel Carmona que buscaba la parte estética, y a él Lepanto le sonaba bien: buscaba un nombre corto que tuviera una sonoridad muy precisa.
Manuel Carmona, Lepanto, ha sacado dos Eps en solitario durante la pandemia, y ahora en este 2022 es cuando pretende lanzar una gira a partir de primavera con su último trabajo El duelo, un disco que le ha dado la oportunidad de escribir sobre las despedidas, ante todo sobre dejar el pasado atrás y mirar hacia su futuro más inmediato, este nuevo proyecto Lepanto.
El duelo tiene siete composiciones, comenzando con Load y finalizando con Game Over dos piezas instrumentales que nos llevarán a esa parte de los videojuegos, y que tanto tienen que contar en sus videoclips, sobre todo en San Martín. Este planteamiento surge cuando a finales de agosto vio unas máquinas Arcade, y le gustó hacer referencia a ello, con dos pistas de 30 segundos. Tiene sentido con la ruptura y el duelo, es una especia de partida un comienzo y un final, un nuevo paradigma.
Manuel Carmona comenzó en solitario grabando esas canciones que se habían quedado en el cajón porque a su anterior formación, Casino, no le gustaba, pero tampoco miraba mucho allá de grabar esos temas con Paco Loco, pero Clifford Records se interesó por los temas, y de ahí surgió Adicción, el primer Ep, canciones que venían desde 2015 y que quiso separar de El duelo, ya que no tenían mucho que ver entre ellas.
El duelo marca esa etapa de tránsito de las pérdidas y las despedidas, con la ruptura con su banda anterior y de empezar de nuevo, pero siempre hablando en el sentido amplio de la palabra ruptura. No he querido unirlo al otro Ep porque este disco si que tiene un concepto, aunque Clifford Records si querían en su momento, tiene un hilo argumental que no quería que se perdiera.
Dos trabajos distintos, Adicción y El duelo, el comenta que la producción, pero también se nota su evolución compositiva en el tiempo, en su segundo trabajo el rock se deja de lado y pasamos a vernos más inmersos en el puro pop, con unas melodías que nos trasladan al sonido más clásico. Paco Loco es más caótico, pero rellena todo, la sonoridad es muy grande, mucha distorsión, y Javi es más purista en el sentido clásico, con guitarras más limpias, dos miradas distintas en la producción y en el sonido que buscan.
Para Manuel la melodía es lo principal por encima de la letra, siempre aporta otro peso más. Y no podemos estar más de acuerdo, y de ahí surge hablar de los directos donde la música sobresale por encima del resto. El directo es otra tercera para los músicos: El disco te aporta muchos matices y el directo es una sola carta donde pasan muchísimas vivencias, el momento, el sentimiento a la hora de verlo y escucharlo y aunque sea el mismo grupo hay partes muy distintas.
Sabe perfectamente que la música está en consonancia con lo visual y de ahí con la necesidad de los videoclips para las promociones y para llegar a la gente, por el hecho de estar en una era mucho más digital que años atrás. El videoclip de San Martín ha tenido mucha más repercusión que el lanzamiento del single. De hecho nos habla de lo que ha vivido en los diez años que lleva en bandas, donde lo físico todavía funcionaba, ahora mismo todo es por redes, mails, spotify, etc. y en los conciertos también noto las variaciones, todo se ha ido concentrando en festivales y dejando de lado los pequeños conciertos, y si no estás en festivales no eres nadie y si no tenemos garitos para tocar no actuamos, y de esta forma no nos dan lugar a darnos a conocer de ninguna forma, todo es plato fuerte, no hay cabida para bandas emergentes.
Me parecía muy bonito y atractivo tener una promoción tener una edición limitada de cintas de cassette, y como era muy complicado realizarlo se lio la manta a la cabeza, lo hizo él personalmente y ahí están una pequeña cantidad de cintas. Pura nostalgia que viene de los videojuegos. Sabe que es vintage pero que no es viable, pero aún así le veía sentido para la promoción.
Un sueño por cumplir: El sueño por antonomasia sería vivir de la música, y por medio muchas más cosas, festivales, colaboraciones… pero siempre sin perder la creatividad y la perspectiva de la música.