En 2018 Inoxidables volvieron al panorama musical. Tras casi veinte años fuera vuelven y en cuatro años habrán sacado tres discos, el tercero saldrá este año y se llamará «Pobre y Puro». Como nos dicen en la entrevista, ahora mismo se ven más libres para crear, disfrutar y trasmitir. Ángel y Míkel nos los cuentan:

¿Qué queda de la etapa de vuestros inicios en esta nueva andadura?

ÁNGEL: La ilusión. Parecemos a veces chavales de 15 años. Supone también para nosotros un reto que se reconozca nuestra obra.

MÍKEL: Sí, Ilusión pura y dura. A diferencia de los 90, ahora podemos hacer libremente lo que queramos, por puro amor al arte, sin esperar nada más.

¿Cómo se encuentra Inoxidables el panorama musical tras 20 años fuera?

ANGEL: La transición de analógico a digital ha supuesto un cambio enorme. De nuestro anterior trabajo apenas quedan vestigios, porque estábamos en los albores de la digitalización, lo que no existía en físico o en papel ha desaparecido. Por otra parte, distribuir ahora tu trabajo es mucho más fácil.

Respecto al panorama musical en general… Nada nuevo bajo el sol: están las tendencias mayoritarias y los que hacen música independiente.  El mundo de los festivales sí que ha cambiado: cuando empezábamos era algo incipiente, ahora está muy extendido.

MÍKEL: En este proceso de adaptación nos hemos dejado un par de álbumes. Los dos primeros, tras el retorno, los lanzamos a lo bruto, como LPs, a la antigua usanza, y nos hemos dado cuenta de que eso era quemar el material. Este último álbum lo estamos sacando single a single.

¿Cómo fue la acogida en vuestra vuelta a los directos?

ÁNGEL: Buena. Fueron conciertos pequeños, pero había una enorme intensidad y bastante expectación. La gente no se creía que estuviéramos ahí otra vez, y, sobre todo, con todo el material nuevo. No se trataba de un “revival”. Estábamos más creativos que nunca. Pero como bien sabes, la pandemia, a nosotros también, nos frenó.

¿Qué nos vamos a encontrar en este nuevo trabajo “Pobre y Puro”?

MÍKEL: La culminación de la trilogía que iniciamos con los otros dos álbumes. Nuestra música está hecha para conmovernos a nosotros mismos. Creo que es lo que intenta conseguir cualquier artista honesto:  que en su propio brazo se pongan los pelos de punta. A partir de ahí tratará de transmitir ese sentimiento a los demás. En concreto, en el disco hay 12 cortes:10 con toda la instrumentación, más dos de esos temas con sintetizadores y acústica, uno de ellos en directo.

¿Con qué palabra o frase describís “Pobre y Puro”?

MÍKEL: Emoción, esa es la palabra. En este disco hay bastantes primeras tomas, sobre todo en la voz, porque temía que se me fuera la emoción que sentía con la canción recién hecha. Como si se tratase de una mariposilla de frágiles alas que se te muere enseguida si la ajas, así me reservaba antes de cantar, para poder sentir y transmitirlo.

ÁNGEL: Para mí es un disco cautivador, y creo que es el mejor de los tres. Lo que más me llena son los ambientes y atmósferas que se crean para apoyar las melodías.

Se notan cambios en estos últimos discos, son más reposados, más dentro del indie pop, dejando de lado la parte más electrónica, y en los dos últimos singles recuperáis los toques rock, al menos es mi percepción. ¿Cómo es esa evolución?

MIKEL: “Como hacen las hojas” y “Bajo el agua” sí, pero quizá sean las más “rock” del disco. “Zapatos nuevos” (que sale en julio) recupera un tono más … delicado.

ÁNGEL: Quizá lo que se note sea la madurez. La tecnología nos permite acudir a sonidos más naturales, secuencias más fieles, la síntesis de sonidos ha evolucionado mucho. Buscamos un sonido más natural en aras de la emoción. La tecnología está al servicio de la canción, es un instrumento más. Si hay evolución es absolutamente fortuita, no la buscamos, nos da igual. Nos interesa disfrutar haciendo música y por suerte somos absolutamente independientes, ahora sí.

En vuestra vuelta sacasteis dos discos consecutivos, y os pilló el comienzo de la pandemia con concierto, ¿hubierais seguido con gira, o el disco hubiera salido antes?

ÁNGEL: Fue aprovechar un poco el tirón creativo. Tras tanto tiempo en silencio… el manantial fluía. Nuestra intención entonces era seguir ya con los conciertos, pero nos vino bien en cierto modo el parón, para seguir creando de manera más reposada, en vez de estar quemándonos por la carretera. El disco hubiese salido probablemente antes y sería seguramente distinto. Cosas del destino.

Ahora trabajáis a distancia ¿Qué retos tenéis con esta forma de trabajar y cómo os planteáis los conciertos?

MÍKEL: Es difícil trabajar así, porque se precisa la presencia y la figura. Surgen muchos malentendidos (y no tenemos whatsapp) En cada disco pasamos por fases en las que estamos a punto de romper el grupo, pero, a parte de nuestra amistad, hay algo más fuerte que termina prevaleciendo, y las canciones salen adelante, como algo que estuviese por encima de nosotros.

Respecto a los conciertos… La obra ya está hecha, eso es lo importante. Si se dan las condiciones para recrearla en directo… estupendo. Nos encanta tocar. Es muy emocionante. Pero no vemos los conciertos como el objetivo primordial de nuestro trabajo artístico.

ÁNGEL: Al principio fue complicado encontrar un método de trabajo. Para mí el mayor inconveniente es que no hay una manera de comunicación inmediata. Pero el nuevo sistema tiene alguna ventaja: nos permitió seguir durante la pandemia como si nada pasase. También, al trabajar a distancia, hay más libertad a la hora de crear las pistas y de ajustar tu ritmo de vida a la creación. No tenemos que juntarnos a las 6 de la mañana, después de salir de trabajar del bar, como hacíamos en los 90 en Salamanca. Aunque he de confesar que lo hacíamos porque nos daba la gana y molaba irse a tocar al amanecer. Salamanca a esa hora es mágica.

Las etiquetas musicales cada vez toman más notoriedad, al mismo tiempo que la fusión se integra en la música, ¿os gustan las etiquetas? ¿dónde os veis?

ÁNGEL: Las plataformas te obligan a clasificar tu música, pero en cierto modo es una ventaja, es un atajo para llegar a tu posible público en esta jungla llena de ruido, si no, sería imposible para cualquier banda que no esté muy patrocinada.

Dentro de lo que se llama indie hay muchas tendencias: post punk, dream pop…, que ayudan a la clasificación, aunque ya sabemos que tradicionalmente se suele decir eso de… “Nosotros huimos de las etiquetas”, etc.

MÍKEL: Más que una etiqueta al uso, nos definirían los grupos que nos influyen, creo que ese camino es más certero. Ahí nos colocaríamos entre Golpes Bajos, Radio Futura, Chameleons, New Order, the Cure, Fountanes DC…

En vuestros inicios tenéis composiciones en inglés, ¿habrá más?

MÍKEL: Never ever! En su momento estuvo bien. Casi la mitad del repertorio era en inglés. Teníamos mucho arrojo. Ahora me avergüenza mucho mi acento. Me veo más capaz en alemán. En los dos últimos discos había siempre un tema en alemán con letra de poetas clásicos “Mondnacht” de Eichendorff en Alas de Plomo, y la famosa Pantera de Rilke en “Alevín de plata, alevín de luz”. En el próximo, con el que se cierra la trilogía, debería haber sido también así, pero… teníamos material de sobra en español, que me parece más meritorio y me satisface más como compositor. Lo del alemán no deja de ser un toque exótico; lo del inglés… demasiado fácil.

A diferencia de lo que venía siendo habitual en el llamado “indie”, la letra siempre ha sido para nosotros una parte muy importante de la composición, y es donde muchas veces radica el mérito, la dificultad y el encanto. Como todos, a veces canto simplezas, no todas las canciones han de ser un poema, como sí lo son “Soldados” o “Dormido”.

¿Cómo es vuestra forma de componer?

ÁNGEL: Se parte de una pista base de voz y guitarra y a partir de ahí… ¡a volar!

Un sueño por cumplir

ÁNGEL: Poder realizar otra vez una gira larga. Ya hicimos antaño una GATO con Julio Ruiz, pero nos quedan cosas pendientes: los conciertos de Radio 3, el Sonorama (un festival castellano y distinto).

MÍKEL: ¿Mi sueño? “Pobre y puro quiero ser, pobre y puro como ayer”

2 respuestas a «Inoxidables: «Nuestra música está hecha para conmovernos a nosotros mismos»»

  1. Enormes. Tras tantos años han vuelto más frescos que nunca y han rejuvenecido a aquellos que los conocíamos y amábamos. Inoxidables, imprescindibles.

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