Dentro de las actuaciones de FeminaJazz 2022 el día 15, y para cerrar el día de actividades y conciertos, será el turno para Alba Careta, que llega al festival con su segundo trabajo Alades, pero también con composiciones nuevas, y sería una delicia disfrutar de alguna de ellas.
¿Cómo nace tu pasión por la música y en especial por el jazz?
Desde muy pequeña el jazz ya sonaba en casa. Mi madre era profesora de música de la escuela primaria y cuando yo nací mi hermano, Santi Careta tenía 18 años y ya tocaba muy bien la guitarra. Así que la música siempre ha estado muy presente en casa. En seguida que pude empezar a tocar mi hermano me enseñaba standards de jazz fáciles o canciones que me gustaban. También recuerdo que me regaló una copia del disco “It could happen to you: Chet Baker sings” y me lo ponía cada noche para ir a dormir.
¿Por qué la elección de la trompeta?
La verdad es que nunca supe por qué elegí la trompeta; en la Escola de Música d’Artés, donde empecé a tocar, solamente había un alumno de trompeta y yo era muy tímida, pero tenía claro que la trompeta era mi instrumento. Unos años después mis padres me contaron que mi abuelo paterno (que yo nunca conocí) fue alguacil y tocaba la corneta por las calles del pueblo divulgando las notícias. Me gusta pensar que la pasión por la trompeta es la herencia que me dejó.
¿Qué significa para ti estar dentro de FeminaJazz?
Para mí es un placer. Me encanta venir a tocar a Madrid y es un honor poder hacerlo compartiendo cartel con mujeres tan talentosas.
¿Qué te parece este tipo de iniciativas y festivales?
Necesitamos estas iniciativas. Significa crear referentes para todas las chicas que les gusta el jazz y que probablemente lo descartan porque no lo ven factible o simplemente no se plantean que puede ser su profesión por los referentes masculinos que han tenido. Aun así, me parecen un oasis, ya que el problema real son los programadores que no confían por igual en nuestras propuestas como en las de los grupos liderados por hombres; son necesarios los festivales que primen la calidad por delante del género. Actualmente hay muchos proyectos de altísima calidad liderados por mujeres y que no podemos permitir que pasen desapercibidos.
Dos discos, Orígens y Alades, donde hay una evolución con una mayor sonoridad rítmica, ¿cómo es ese cambio?
Ese cambio es el constante desarrollo musical y personal. Orígens fueron mis primeras composiciones: explorando sonoridades, investigando, probando sin miedo… de hecho no iba a grabar estas canciones. Las compuse para el examen final de mis estudios superiores de jazz, en el Koninklijk Conservatorium de La Haya. Pensé… ¿cómo puedo conseguir que suenen mejor? Mi respuesta fue: Tocando y tocando. Entonces organizamos una gira por Holanda, Andalucía (donde nació Guillermo Martín-Viana, el batería del grupo) y Catalunya. Durante la gira decidimos pasar un día en el estudio para grabarlo y si todo iba bien, publicarlo. Y así fue.
Después de graduarme, me mudé de ciudad y empecé el Master en trompeta jazz en el Conservatorium van Amsterdam. Allí conocí nueva gente, nueva música, distintas inspiraciones y sobre todo seguí aprendiendo y desarrollando mi vocabulario musical. Así que el cambio se plasma de un disco a otro: es como tirar una foto en un momento del desarrollo de una persona, nosotros no paramos de crecer, pero los discos muestran solamente un momento de esta evolución.
Alades está basado en tus vivencias en Holanda, pero ¿qué ha marcado ese país en tu carrera musical?
La verdad es que se me abrió un mundo nuevo. De hecho, en principio era un Erasmus de 6 meses y me gustó tanto que me quedé por 5 años (2 en La Haya y 3 en Ámsterdam). Me encontré muy arropada ya que allí están muy acostumbrados a recibir extranjeros. Me gustó mucho poder compartir música con gente de países tan distintos, con influencias tan diferentes a la mía y, en especial, que todos estaban allí dedicando por completo su tiempo a la música. Por otra parte, todos los conservatorios y escuelas de música reciben muchas más ayudas que aquí. Las instituciones valoran mucho más la música, así que pueden permitirse traer figuras internacionales para dar masterclasses. Nunca habría pensado que podría conocer y compartir escenario con John Clayton, Bob Mintzer, Ben Wendel… entre otros. Por último, pienso que la sociedad holandesa está acostumbrada a escuchar jazz y lo valoran mucho. Es importante tener un público que entienda la música y que no tenga pereza de ir a descubrir nuevas propuestas.
Ahora mismo estás con otro disco, y en cada trabajo anterior has tenido una agrupación distinta ¿qué nos vamos a encontrar en tu siguiente disco y qué banda vas a tener?
Como he explicado, las distintas bandas se deben a los diferentes cambios de ciudad y de entorno. En Orígens me acompañaron músicos que conocí en La Haya; Alades, con músicos de Ámsterdam, y a raíz de la pandemia, regresé a Catalunya. Este tercer álbum lo voy a grabar acompañada de los músicos de mi agrupación actual con los que empecé a tocar en la época que cursaba los estudios de grado medio en el Conservatori de Manresa y en Barcelona: Lucas Martínez al saxo tenor, Roger Santacana al piano, Giuseppe Campisi al contrabajo y Josep Cordobés a la batería.
En este tercer disco vamos a encontrar 6 composiciones nuevas, fresquísimas y 2 versiones de música catalana (Lluís Llach y un poema de Joan Vergés musicado por Toti Soler). Aún no puedo contar mucho más, pero puedo decir que estoy muy contenta del resultado.
¿Cómo es tu forma de componer?
No tengo ningún tipo de rutina o método. Simplemente toco el piano y veo donde me lleva el viento. Normalmente busco una sonoridad, una progresión, una melodía que he compuesto tocando… Intento inspirarme en músicas que me gustan o en composiciones que me parecen interesantes.
¿Desde qué emoción o sentimiento se compone mejor, desde la tristeza o desde la alegría?
Para mí, es mucho más fácil componer desde otros sentimientos como la rabia o la esperanza. La tristeza o la alegría se asocian mucho a los modos menor y mayor respectivamente. A mi, particularmente me gusta crear desde otros lugares. Algunos ejemplos de mis composiciones de Alades: A saber (el sentimiento de lanzarte al vacío y no saber qué pasará, pero sabiendo que con optimismo probablemente vaya mejor), Tell me also the sad part of the story (lo importante que es contar las partes tristes de las historias para que no duelan después), Oceans (la dualidad que presentan los Océanos, el agua que nos llega tan tranquila en la playa comparada con las tormentas tan peligrosas en el medio del océano)…
Llenar salas hoy en día es complicado, ¿es más fácil cuando es un festival, que en un concierto propio individual?
Creo que es más fácil tener público en un festival, el motivo es que conlleva implícito un cartel. Probablemente alguien que quiera ver a Lucia Fumero en Madrid acceda con facilidad al cartel y se anime a ver el resto de conciertos. También hay muchos más medios de comunicación y de propaganda, lo cual facilita que el público tenga más acceso a la programación.
¿Es difícil como mujer hacerse un hueco en la música o más en el jazz concretamente?
Creo que es difícil en general; hay muchísimos y buenos músicos aquí y no hay suficiente público o salas donde poder presentar todas las propuestas, al menos es lo que vivo en Catalunya donde conozco la escena. Ser mujer es una dificultad añadida, pero percibo que cada vez hay más sensibilidad al respecto y que con un proyecto sólido que funcione se pueden cruzar bien las barreras del género.
¿Qué influencias musicales tienes?
Trompetísticamente he pasado por muchas etapas, cuando empecé mi héroe indiscutible fue Chet Baker sin duda, obviamente Miles Davis seguía después. Más adelante me obsesioné con Lee Morgan, quería su sonido y su fraseo, Freddie Hubbard iba detrás. Actualmente escucho mucho a Ambrose Akinmusire, diría que es uno de los grandes referentes de los trompetistas actuales, no solamente por su fraseo y por su sonido inconfundible sino también por su manera de ser, de componer y por su filosofía de vida y de entender la música. También me gusta mucho Ibrahim Maalouf y Christian Scott.
Un sueño por cumplir
¡Seguir haciendo las cosas a mi ritmo, poder disfrutar de la música y de la vida, que parece poco pero no es tan fácil!