HARTA, de Júlia de Paz Solvas ha sido nominado en la categoría Mejor Cortometraje de los Premios Gaudí. La historia de una niña que el día de su cumpleaños tiene que ver a su padre, que tiene una orden de alejamiento con su madre por violencia de género. La incomodidad rodea todos las secuencias, y los silencios cuentan todo.

¿Cómo surge Harta?

“Harta” surge en 2018, cuando Núria Dunjó, co-guionista del proyecto y yo, empezamos a entrevistar a mujeres que sufrían violencia machista, con el objetivo de explorar y profundizar el impacto de este tipo de violencia en las mujeres. En esas entrevistas nos encontramos con que, una gran mayoría de mujeres compartían una preocupación inmensa por sus hijxs, quienes, al no ser consideradxs víctimas de esta violencia, debían continuar viendo al agresor. De la propia ignorancia de estas situaciones, de este conflicto, nos motivó indagar y denunciar este conflicto.

No sé si para el guion te has reunido con personas que estén sufriendo los hechos que tratas

El proceso de investigación, que ahora para el largometraje estamos continuando, ha sido y es esencial para el proyecto, sobretodo si queremos tratar el tema con respeto, que es nuestra principal preocupación. Gracias a varios testimonios que nos han cedido su relato hemos podido ir construyendo la historia de “Harta”. Sin ellxs, habría sido imposible.

¿Vuelves a trabajar en guion con Nuria Dunjó, como ha sido ese proceso entre las dos para crear un guion tan compacto con pocos protagonistas, pero sí un tema de fondo bien marcado?

Con Núria llevamos muchos años escribiendo juntas y la dinámica de trabajo, no solamente a la hora de abordar el tema, sino todo lo que conlleva levantar un proyecto, la hemos podido ir construyendo poco a poco con cada proyecto. En este caso, el cortometraje lo abordamos como un ensayo, para ver si nos sentíamos cómodas al hablar de este tema y si seríamos capaces de hacerlo. El ejercicio más complicado fue encontrar ese punto que abordaríamos en la historia; cuando investigas tanto, te informas tanto, quieres hablar de muchas capas, de muchos aspectos del conflicto; en nuestro caso, tuvimos que hacer el ejercicio de centrarnos en uno de esos puntos o capas.

Consigues crear una atmósfera de tensión no solo con las conversaciones cortas también con los primeros planos ¿buscas más la expresividad en el cuerpo que en la palabra?

En el caso de “Harta”, para mí es importante reflejar la no comunicación verbal, la falta de herramientas o de espacio para que estxs niñxs puedan expresarse y el silencio con el que conviven, no porque no quieran hablar, sino porque no se les permite ser escuchadxs. Es por esta razón que la ausencia del lenguaje verbal tiene tanto peso.

Sorprende que en una premisa de cinta tan profunda la tonalidad en cámara con colores muy tenues, azules y blancos sean los que destacan ¿alguna intención? A mi me da una sensación de luz en la temática, de no perder la positividad.

La idea de trabajar con los tonos azules era más una búsqueda de una re significación del color azul. El azul está asociado a la masculinidad, a los niños, y me apetecía encontrar esa feminidad dentro de un color que normativamente no va de la mano. El trabajo con el azul nos ayudó también a acentuar la sensación de frialdad de la propia historia, aunque siempre buscando una luz que aportara aire al espectador/a.

Has dado cabida a los Servicios Sociales de familia (creo que son quienes aparecen o puede que sea otra parcela específica, el punto como lo llaman), figura importante, ¿cómo ha sido reflejar esa parte en la historia?

Mi madre es educadora social y es un campo que he tenido muy presente en toda mi vida, por eso siento que tenía tantas ganas de representar o visibilizar. No quería en ningún momento mostrar a lxs educadorxs como lxs malxs de la historia; para empatizar con el personaje de Carmela hubiera sido lo más fácil de hacer. No va ni de malos ni de buenos, quería indagar en los grises de todos los personajes y considero que, una de las cosas más difíciles para mí en “Harta” fue representar la presencia de la Institución a través de estos personajes, manteniendo esos grises de los que hablaba.

Tus cintas abordan el mundo infantil/adolescente y cómo influye la familia en él ¿qué te lleva a que tus guiones tengan ese eje?

El concepto de familia y el peso que tiene en la construcción de la propia identidad me parece algo interesantísimo. Somos seres sociales y, por lo tanto, el impacto de la cultura, la política, la sociedad misma en unx mismx es un tema clásico y universal en la narración; pero no hace falta irnos tan lejos. La familia puede ser esta representación social, con unos mecanismos, un lenguaje, unas normas que influyen directamente a la identidad personal y el cómo queremos ser leídxs.

Con Ama ya hiciste el viaje del cortometraje al largometraje, es una forma de llevar un proyecto de largo y medir el guion con el previo, cortometraje

En el caso de “Ama”, no teníamos la intención de hacer el largometraje; nos vino bastante de sorpresa. De hecho, cuando nos informaron de que nos daban la oportunidad de desarrollar el largometraje, ya estábamos escribiendo “Harta”. En el caso de “Harta”, la decisión de hacer un cortometraje previamente al largo fue más por un tema personal, para ver cómo nos sentíamos a la hora de abordar la temática y comprobar, también, si nosotras éramos capaces de tratarlo con el respeto que merece. El camino con el cortometraje fue precioso, con un recibimiento mágico, así que nos motivó a seguir con el largometraje.

¿Cómo ha sido la elección de los actores?

Tanto con Julián Villagrán (actor que representa al Padre) y Carmela Poch (personaje de la madre), tenía ganas de trabajar con ellos desde hacía mucho tiempo. Les presenté el proyecto, se leyeron el guion y se animaron a participar. En el caso de Anna, fue vía casting con Carmen Aumedes de directora.

La interpretación de Anna Caponnetto es soberbia, ¿cómo fue el trabajo con ella?

El trabajo con Anna fue un regalo para mí, enorme. Su familia me abrió las puertas de su casa y pude convivir con ella, charlando mucho sobre el personaje, sobre el tema… es una niña con una inteligencia emocional espectacular. Sin ella, el cortometraje de “Harta” no hubiera sido posible, lo tengo claro.

Nominada en los premios Gaudi, y gran recorrido en festivales y con premios ¿qué significa para ti las nominaciones y los premios, y sobre todo para un cortometraje?

Teniendo en cuenta que el recorrido de los cortometrajes se centra principalmente en los Festivales, el hecho de recibir nominaciones e, incluso, premios, es una manera de visibilizar el trabajo de todo el equipo y, lo que creo que es más importante, visibilizar el tema que estamos denunciando. Que te reconozcan el trabajo siempre te da un impulso para seguir trabajando, pero lo más importante para nosotras era poner sobre la mesa el conflicto con el que conviven muchísimxs niñxs en nuestra sociedad.

Próximos trabajos, Harta a largometraje, ¿o tienes en mente algo más?

Actualmente, con Núria Dunjó y la productora Mayo Films, estamos escribiendo el guion del largometraje de “Harta”, con el sustento y apoyo de la Residencia de la Academia de Cine Español. En febrero iremos a Berlinale Talents, dentro de la sección Script Station, con el mismo proyecto y, ahora mismo, es lo que ocupa la mayor parte de mi tiempo. A parte de “Harta” estoy con otros proyectos, en el campo del guion y la dirección, también.

Un sueño por cumplir

Te diría que vivir de mi profesión, pero ahora mismo no puedo quejarme, porque lo estoy consiguiendo bastante. Así que, un sueño sería tener la certeza de poder seguir viviendo de esto en mucho tiempo.

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