Almudena Hernando estará arropada por Marián López F. Cao, Nora Levinton, Beatriz Gimeno y Beatriz García (editora de Traficantes de Sueños) en la presentación de su libro «La corriente de la historia (y la contradicción de lo que somos)» hoy día 14 de marzo dentro del festival Ellas Crean.
La corriente de la historia es un coctel de ingredientes, que se agitan y dan como resultado el libro. Surge de una conversación con Beatriz García, la editora de Traficantes de Libros, sobre los resultados de etno-arqueología en Etiopía donde estaba estudiando cómo a través de la cultura material las mujeres de dos grupos étnicos, que están en la frontera con Sudán, reproducen subordinación de género, por supuesto sin ser conscientes de ello, a través de la decoración de sus cuerpos, del uso del espacio, y ésto me servía para pensar cómo en nuestra sociedad, que ya tiene una escritura, nosotras seguimos reproduciendo subordinación de género a través de mecanismos del cuerpo, con la decoración o el uso del espacio. Ese fue el origen el germen del libro lo que pasa es que a eso se fueron añadiendo más ingredientes, como por ejemplo los cambios radicales que han pasado en los últimos cinco años en relación a la identidad y el cuerpo precisamente con toda la explosión de lo trans, de lo no binario y de lo LGTBI.
Almudena Hernando
Nos cuenta cómo de un proyecto inicial va aumentando la complejidad del argumento, de ahí que a ella misma le cueste resumir o concretar un tema en sí del libro. Nos cuenta que este libro está construído sobre los argumentos de un libro de hace diez años, La fantasía de la individualidad, que a su vez había sido construído sobre los argumentos de un libro de hace 20 años, La arqueología de la identidad. Es decir, que la autora va viendo y reflejando la evolución de individualidad e identidad. Sobre todo porque se dió cuenta que del primero al segundo no había incluído la variable de género, y que eso era determinante e imprescindible para ver la evolución, ya que la identidad no ha cambiado del mismo modo entre los hombres que entre las mujeres. Ahora a esta trama le ha incorporado comportamientos inconscientes con conocimiento procedimental: cómo podemos estar creyendo que tenemos una determinada identidad pero con el cuerpo, con el conocimiento que no es racional, con el que se transmite a través del cuerpo podemos seguir reproduciendo orden patriarcal. Por eso el título de este último libro se llama La corriente de la historia y la contradicción de lo que somos porque éste es el punto que añado a todo el desarrollo teórico anterior, que podemos estar luchando teóricamente por una cosa, pero podemos estar a la vez reproduciendo lo contrario.
Admite que ésto puede incluso pasar en la lucha feminista, pudiendo luchar por unos objetivos y hacerlo racionalmente, pero después reproducir el orden patriarcal con comportamientos de ideales de belleza, del cuerpo y de espacios: Es más importante lo que haces que lo que dices, porque lo que haces no es consciente y es lo que da complejidad al hilo argumentativo que llevo argumentando veinte años.
La individualidad es la contraparte identitaria de la complejidad socioeconómica, es decir, la complejidad socioeconómica hace referencia al grado de división de funciones y especialización del trabajo de una sociedad. Lo que nos lleva a darnos cuenta que la evolución ha hecho la división de funciones en la sociedad para crear categorías, y que las personas cada vez sean más distintas y distantes. La individualidad es el sentimiento de una persona de ser diferente a las demás y eso va aumentando a medida que se hacen cosas distintas al resto. La complejidad socioeconómica entra en la parte del proceso del cambio, de la evolución.
Para Almudena el tema del control tecnológico no es algo ventajoso en todos los sentidos; para ella hay más sufrimiento emocional porque ese desarrollo tecnológico se da cuando hay más división de funciones e individualidad, y ahí hay una desconexión emocional: Estamos en un momento histórico de máximo grado de control tecnológico y al máximo grado del sufrimiento emocional. Con internet y la pandemia nos estamos atomizando cada vez más, cada vez sabemos construir peor la identidad relacional que es el vínculo de comunidad y de cuidados, y ésta es la clave desde la que parto desde el inicio, porque las personas no pueden vivir sin esa identidad, sin prestar atención ni dar importancia a los vínculos y la comunidad. Es imprescindible para sentirnos seguros y no solos contra el universo. Yo a lo que vivimos ahora lo llamo posthistoria, ya que nos estamos alejando, y sólo nos comunicamos a través de máquinas.
Asegura que esta independencia emocional e individual nos hace carentes de empatía y que aumenta la agresividad, sobre todo en redes, al no tener a la persona delante. Sólo en la conversación con otra persona desarrollas capacidad de empatía y de introspección. Es decir, que necesitamos la comunicación no sólo para compartir, también para conocernos a nosotros mismos y nuestras propias emociones.
Aparece la palabra extimidad en la conversación, que es construir tu intimidad en público, bajando la capacidad de conocer las propias emociones personales, lo que como dice Almudena no deja de ser un sufrimiento enorme. Y al mismo tiempo asegura que la sociedad hoy en día no sabe estar sola, no se conoce a sí misma, y es por la falta de conversación y de intimidad, que ambas partes son un gran soporte del ser humano para conocerse y reconocerse.
Hay una necesidad de escapar absolutamente a esa soledad, pero entonces lo que se hace es intentar cubrirla con aplicaciones que no te ponen en contacto personal con el otro. Es un círculo vicioso cada vez mayor; la gente está como necesitando comunicarse más, pero a través de aplicaciones, porque no sabe hacerlo personalmente y entonces cada vez hay más vacío, más vacío, más vacío hacia el sufrimiento.
Almudena Hernando
La identidad relacional no es una necesidad de demostrar nada, es simplemente ser uno mismo con la responsabilidad que ello conlleva.
Hemos incorporado la mirada social, que es una mirada patriarcal; nosotras mismas igual que nos arreglamos, nos pintamos o que nos teñimos, que es una reproducción de lo patriarcal, también consideramos que es mejor tener un trabajo especializado, tener una carrera, ganar dinero, sabes que eso es mirada patriarcal, es una orden social capitalista. En la concienciación es como que podemos saber que lo que necesitamos es otra cosa pero la mirada social que tenemos hacia nosotros mismos y hacia la gente a nuestro alrededor sigue siendo la del orden social y es completamente individualista, capitalista, vamos neoliberal, y cada vez más destructiva de los vínculos. Pero seguimos reproduciendo esos valores en nuestra propia actuación social.
En lo que ha ido desarrollando Almudena en sus tres libros, el hombre frente a la mujer ha ido desarrollando mucho más la individualidad frente a la identidad de vínculo que la mujer ha sabido mantener mejor, por ello hay partes del cuidado de la sociedad que se han quedado para nosotras, y también porque el hombre no dejó que la mujer tuviera individualidad propia y que se quedara con la identidad relacional que es la del cuidado, de la subordinación, y por medio de las relaciones heterosexuales mantienen ese sistema. Mientras no hay escritura lo hacen frenando la movilidad y cuando aparece la escritura, negando ese derecho: así hemos ido caminando hasta la modernidad, y las mujeres hemos ido avanzando pero nunca pudimos abandonar la identidad relacional. La mujer tiene una identidad mucho más potente que la que tiene la masculinidad hegemónica patriarcal, pero llena de contradicciones. Queremos la individualidad pero sin dejar los vínculos.
Un sueño por cumplir: Vivir en un pueblo, encontrar una comunidad de pertenencia, donde no haya el desarrollo de la individualidad de las ciudades, donde se juegue a la identidad relacional.
Todos los libros de Almudena Hernando van tratando distintas eras de la evolución del hombre, y en estos momentos, a nuestros tiempos, ella lo cataloga como La posthistoria, muy distinta de La historia y distante a La prehistoria. Cada etapa se embarca en una forma de la relación entre las personas y cómo el individuo se construye en lo individual, para bien y para mal. Todo ello con el nexo de evolución de la transformación socioeconómica y por ende, la individualidad del hombre. Ella va reflejando la pérdida de la creación de comunidad y de vínculos haciendo que la desigualdad social y el sufrimiento emocional vaya en un aumento tan progresivo que nos hace seres tan independientes como solitarios.