«Mamá» de Edmundo Díaz Conde. Misivas dulces y ásperas

Persona y ficción en Mamá de Edmundo Díaz Conde se dan de la mano. Aunque la novela esté basada en hechos reales, la memoria habrá desvirtuado la realidad y seguramente que Edmundo habrá pasado de la realidad a la invención, de los recuerdos a lo realmente anhelado en muchos momentos.

Mamá es una novela ágil, amena, con muchos géneros intrínsecos, entrelazados y que surfean al mismo tiempo entre ellos, entre la intriga y lo más íntimo, entre lo personal y lo puramente general, la comedia y el drama, lo romántico y lo irónico, y con muchos toques tanto históricos, como cinematográficos, ya que el autor en muchos momentos para realizar símiles se refiere a títulos de películas muy reconocidas.

De adolescente Edmundo encuentra unas cartas que su madre tiene escondidas. De ser una madre e hijo con una confianza y compenetración excelente pasan a tener un recelo, por parte de Edmundo, enfermizo hasta llegar a la distancia más allá de la emocional, física. Una infidelidad ve en esas cartas, un engaño y traición a su padre y a él mismo ¿Será posible arreglar esta situación? ¿Qué escondían esas cartas?

La novela tiene tramos totalmente diferenciados donde el protagonista escritor nos enfrenta a empatizar o no con cada una de las personas que se retratan en el libro. Va realizando un abanico de situaciones, de avances y de zigzagueos que resultan a la par de enigmáticos, interesantes. Comienza poniéndonos en situación del final de la historia y poco a poco nos adentra en sus recuerdos más personales evolucionando e involucionando al mismo tiempo para recrear una atmósfera que nos pudiera llevar a una novela negra.

En todo momento se dirige al lector, le hace partícipe, como si de un juego de rol e intriga se tratase y uno tuviera que ir acertando o abriendo camino a la trama/realidad, y también da el juego de dejar que la historia pueda estar en nuestras mentes, ya que la lectura es tan ligera y amena que da tiempo a que nuestra imaginación vuele.

Mamá está estructurado en tres partes y cada una en distintos capítulos, con unos nombres muy descriptivos de las situaciones que vive el personaje y de cómo siente todo. Esa habilidad para poner tantos matices y colores en sus explicaciones de las etapas vividas hace aún más atractiva la novela y sobre todo que el lector entre a jugar y dejarse llevar por los personajes y las vivencias.