La Incubadora llega a su sexta edición con cinco nuevos proyectos de largometraje. El programa de ECAM, que está dirigido a directores, guionistas y productores españoles, se enfoca tanto a óperas primas como a segundas o terceras películas del director o directora. Cada proyecto recibirá una dotación de 10.000 euros como ayuda al desarrollo.
Dentro de los cincos largometrajes de esta sexta edición hemos elegido el título «Yo no moriré de amor» de Marta Matute, para conocer un poco más del proyecto y de la propia directora.
Claudia tiene veinte años y una madre con Alzheimer. Se resiste a abandonar su juventud por una faceta de cuidadora precoz. En su vida tendrá un lema: NO PARAR.
«De los diecinueve a los veintiocho años dediqué gran parte de mi vida al cuidado de mi madre enferma de Alzheimer. Ahora tengo treinta y cuatro, y mi memoria de esos años guarda pocas imágenes. (…) Yo no moriré de amor nace con el fin de acompañar y visibilizar a todos aquellos jóvenes que se convierten en cuidadores precoces de sus padres.»
Actriz, profesora y directora ¿Cómo se conjugan todas tus facetas?
Comencé con la interpretación y rápido me interesó la enseñanza. Me parecía que observando la clase y proponiendo como profesor podías aprender mucho y seguir entrenándote como actriz. Luego me di cuenta que tanto la interpretación como la enseñanza han sido unas facetas claves para poder enfrentarme a la dirección.
¿Cómo nace tu proyecto «Yo no moriré de amor»?
Esta película está basada en mi propia experiencia. Cuando tenía 19 años a mi madre le diagnosticaron una enfermedad neurodegenerativa, una demencia. De pronto los roles en casa tuvieron que cambiar y me convertí en la cuidadora de mi madre. Esta película cuenta la historia de una cuidadora precoz y cómo una familia consigue unirse a través de la enfermedad.
¿En qué punto entra “Yo no moriré de amor” en La Incubadora?
Junto a la productora Solita Films, entramos con una versión de guion avanzada. Pero es cierto que después de las sesiones de tutoría con Elena López Riera y Mercedes Gamero, ahora contamos con una versión más sólida para conseguir financiación.
¿Qué significa para ti estar en La Incubadora?
Para mí es un reconocimiento al trabajo que estoy haciendo junto a Solita Films y un impulso clave para que la película salga adelante. Ya que aparte de recibir una formación para mejorar el proyecto desde dentro, de cara a la industria, estar en La Incubadora posiciona la película.
Si echamos la vista atrás y miramos todos los títulos que han pasado por La Incubadora y la repercusión en público y en taquilla, vemos que es un gran proyecto ¿ver esos logros de otros compañeros anima a inscribirse?
Ver el porcentaje de proyectos que salen adelante después de haber pasado por este programa, desde luego, anima a inscribirte.
¿En qué parte/faceta de «Yo no moriré de amor» crees que necesitáis más apoyo?
Creo que a nivel de producción estamos en el momento clave para terminar de formar alianzas e ir con una propuesta fuerte a financiación. Además, que entrara una televisión ahora sería un apoyo clave para conseguir el resto del presupuesto.
Anteriormente has tenido premios por la SGAE y también has estado en la Residencia de la Academia de Cine ¿Qué importancia tienen todos estos apoyos para vuestros primeros trabajos?
Entrar en la Residencia de la Academia de Cine me supuso un cambio muy potente en mi vida. Allí me descubrí como guionista y me impulsó hacia la dirección. Dos facetas que ahora mismo para mí son prioritarias. Ganar el premio Julio Alejandro de la SGAE, fue un reconocimiento que, desde luego, me ayudó a creer más en mi trabajo.
Ya tienes un corto, también drama ¿Es más fácil realizar un drama que una comedia, o por qué eliges ese género?
Al final me guío por lo que me apetece contar. Se ha dado que estas dos historias las he enmarcado dentro del drama, pero me gustaría enfrentarme a otros géneros.
Un sueño por cumplir
Montar una banda de rock e irme de gira.