El pasado día 24 de junio Maika Asenjo presentó «365 días contigo» en el Colectivo Cultural Mujeres Malditas. Quería disfrutar de todo el arte que allí burbujea, ya que su libro toca la danza, pero también la poesía, el cine, la música, la pintura, el teatro, el canto, etc. Quiso que todo fuera en petit comité, con familia y amigos. En esta pequeña entrevista nos habla de sus facetas artísticas y de 365 días contigo.
¿Cómo nace tu faceta/s artística/s?
Mi faceta artística nace conmigo prácticamente. Es verdad que los niños son muy plásticos, pero en mi caso se quedó esa necesidad de expresión artística, con las manos siendo muy pequeña, con la ilustración y pintura a nivel muy básico, y con la interpretación, la danza y la escritura posteriormente. Es una escritura muy “para mí”, nunca había tenido ganas de lanzarla al mundo ni de darla a conocer… Hasta hace unos años, con las RRSS, mi avatar llevaba esa máscara. Y más recientemente, la semilla del libro afianzó esa faceta. Que, además, ha hecho que surjan otras facetas artísticas, como la pintura.
365 días contigo, ¿cuál es el germen de este libro de poesía?
El germen de este libro fue un proyecto espiritual: Bailarinas de la Diosa, donde profundizábamos en los 8 Sabbats de la rueda celta del año. Estuvimos dos años maravillosos y en el último nos consagramos. Fue un fin de semana mágico, que compartí con algunas de las que están aquí acompañándome en la presentación. En este momento debíamos preparar nuestros votos a la Diosa, como un compromiso íntimo con nuestra propia relación, con nuestra esencia y espiritualidad, y yo no tenía ni idea qué votos escribir. Me relajé y me aparté un momento para inspirarme, y la Diosa me susurró: Escríbeme un poema cada día. De ahí el título de 365 días contigo, es con la Diosa, con mi propia esencia, con lo que me mueve, con lo que mueve a otros y, por lo tanto, a mí también. No llega a tener la entidad de poesía mística, pero el concepto sí.
En este trabajo la palabra no es solo protagonista, la imagen también está presente, ¿cómo ha sido esa mezcla?
Bueno, esta mezcla ha sido muy orgánica. En la pandemia explota en mí una necesidad de pintar, era un hambre física incluso, quería morder los colores y las texturas que se me agolpaban en el ideario interno y empecé sin pensar, sin juzgar mi trabajo, sin juzgar mi falta de técnica o experiencia, y actualmente es una de las formas de expresión que más me saca de mi parte prosaica. Decidí que mis cuadros serían portadas y contraportada, para que esto fuese una entrega total por mi parte.
¿Qué quieres trasmitir con 365 días contigo?
365 días contigo es un viaje sin orden por una misma, habita esos rincones desconocidos que tenemos dentro, y que no son terribles, solo son desconocidos. Mis poemas le hablarán a cada lector de una cosa. Hace poco una amiga me preguntó si hablaba de la muerte de mi padre, no hablaba de eso, específicamente porque mi padre falleció mucho después de haberlo escrito. Aunque mi padre empezó con su enfermedad en el momento final de la escritura, NUNCA pensé que se iría ahí, a pesar de que fue posible. A lo que voy es que a cada persona que se asome al libro le moverá unas cosas. Es un libro oráculo, también, cada día un poema, una emoción, un canto, una pizca de luz o de sombra, y no tiene que ser en orden, puede ser al azar, si es que hay algo al azar. Podemos quedarnos con algunos como “mantras” de la emoción, que es como se consume la poesía en muchos casos, esos versos quedan agarrados a nosotros porque conectamos con algo nuestro a través de ellos.
¿Desde qué emoción o sentimiento es más fácil crear desde el ánimo o desde la tristeza?
Desde el éxtasis, que es un sobrecogimiento que es fugaz, pasa, enganchas con esa vibración, y entonces te fecunda, y te haces madre y das a luz. En mi caso, ese éxtasis suele producirse al aceptar una “tristeza”, al mirarla, amarla incluso, porque me habla de la sensibilidad cósmica que todos llevamos dentro. Vivir la sensibilidad como un superpoder me reconcilia conmigo misma y eso me lleva al éxtasis.
En cualquier creación hay dos puntales importantes, la forma y el fondo, ¿para ti qué parte es más complicada de llevar a cabo?
Sin duda la forma, el fondo es vomitado, no sale del pensamiento, sale de las tripas, de mi centro, sin filtro. Eso hace que también la forma vaya un poco en esa línea, es como que se ajusta a esa visceralidad con la que se escapa el bebé poema de mí. Es el arrullo que lo envuelve.
He leído tu declaración en Noesdestino.com de SOY PINTORA. Hablas desde el corazón con un
tono liberador, ¿nos cuentas como fue contar lo que te había pasado hasta llegar a ese titular?
¡Fue una experiencia única, porque pones blanco sobre negro lo vivido, que estaba ahí, pero ante lo que no me había parado a pensar, la vida va muy rápida, las vivencias se sepultan bajo las siguientes vivencias y no te revisas, Noesdestino, me dio visibilidad, me dio espejo, me confrontó con una parte de mí, y eso hizo que me diese cuenta de que esa parte de mí tiene entidad propia, tiene ganas de ser disfrutada y experimentada y que no me apetece nada resistirme!
¿Qué significa para ti Mujeres Malditas?
Mujeres Malditas, y Cristiane Azem al frente, como líder y maestra de esta locura, supone muchas cosas. Supone un descubrimiento interior brutal, supone valentía porque nos lleva a lugares en los que no hemos estado antes, y de los que, una vez vividos, ya no quiero salir. Supone la experimentación de lo sublime y la belleza a través del arte en su máxima expresión. Supone compañerismo, supone danza y teatro, supone subirse a los escenarios, supone AMOR en mayúsculas para mí. Y no puedo expresar con palabras el AGRADECIMIENTO PROFUNDO que siento por Cristiane y compañía. Con todas y cada una de las Malditas.
¿Un sueño por cumplir?
Hablar en público y que me paguen…