La Fundación SGAE, Euskadiko Orkestra y el Festival de Cine de San Sebastián / Zinemaldia se unen para llevar a cabo la novena edición de Concierto & Proyección, que se celebrará el próximo sábado, 23 de septiembre, a las 12.00 horas, en el Velódromo de Anoeta (Paseo de Anoeta 14, Donostia). Una de las bandas sonoras incluida en el concierto es la de la película Nora, de Lara Izaguirre, y los artífices de la música son Paula Olaz y Pascal Gaigne.
Os ofrecemos una entrevista con la artista musical Paula Olaz, una de las compositoras de la banda sonora de Nora, que se estrenó de la mano de Acontracorriente Films.
¿Cómo nace tu vocación por la música?
De pequeña en casa había un piano y mi madre había estudiado canto lírico. Vengo de familia de músicos, Julián Olaz, famoso sastre y tenor navarro, decía: Mi vida es coser y cantar. Mi hermano fue el último niño cantor que instruyó el catedrático de música José María Goikoetxea y en casa se escuchaba música constantemente. Para mí desde pequeñita era natural estar rodeada de música. Un día mi madre me hizo elegir entre el fútbol o el piano, finalmente elegir seguir con piano… y desde entonces… hasta aquí.
¿Cómo pasas a realizar bandas sonoras?
Para mí siempre fue un sueño, algo que desde la adolescencia me hubiera gustado hacer. No sabía cómo saltar al mundo de las bandas sonoras, y pensé: ¿por qué no intentar formarme en ello? Por eso opté por presentarme a Berklee College of Music, una universidad de música americana que ofrecía un máster en composición de bandas sonoras, videojuegos y televisión. No pensé que me fueran a aceptar, por la conocida exclusividad que tiene esta universidad y el alto nivel que exigen, presentándose personas de todo el mundo. Para mi grata sorpresa me aceptaron. Ese año en Berklee me cambió la vida, me hizo darme cuenta de que estaba en el lugar correcto, haciendo lo que más feliz me hacía. Después fui a San Sebastián y conocí a Pascal Gaigne y él me dio la oportunidad de trabajar con él, fue enormemente generoso. Aprendí muchísimo a su lado, lo que se ve y no se ve de esta profesión. Gracias a la oportunidad que me brindó para trabajar con él se fueron abriendo poco a poco las puertas y comencé a despertar el interés de directoras y directores de cine.
La banda sonora de Nora es la que os ha llevado a ser unos de los protagonistas de «CONCIERTO Y PROYECCIÓN» del Festival de Cine de San Sebastián ¿Cómo fue realizar esa banda sonora?
Fue mi primera banda sonora, así que sin duda la recuerdo con muchísimo cariño. Además, era la primera vez que trabajábamos los dos como compositores en una película. Para mí personalmente fue un reto, no quería decepcionar en mi primera película y estaba al lado de uno de los mejores compositores del país, quería hacer algo que estuviera a la altura. Con el tiempo encontramos el tono de la película, que para mí resultaba ser íntimo, iba de la mano de la protagonista, algo delicado, con algún toque cómico, pero sin resultar evidente. Para mí fue una muy bonita experiencia, recuerdo que Pascal me hizo la que sería la foto en la que yo firmaba mi primer contrato. Todavía la guardo con mucho cariño.
¿Qué significa para ti estar en «CONCIERTO Y PROYECCIÓN»?
Para mí es una enorme oportunidad de poder construir algo en una dimensión mayor. Trabajar con una orquesta sinfónica es un auténtico regalo, y hacerlo dentro del marco del Festival un auténtico orgullo. Este concierto proyección tiene todos los ingredientes que me apasionan de mi trabajo: músicos que dan vida a ideas que me asaltaron estando en soledad y que de repente tocan delante de 3.000 personas. De alguna manera lo siento como el momento de mayor exposición de mi música y además añadiéndole una parte visual embriagadora, las imágenes de la película a la que creamos la banda sonora. Un espectáculo para muchos, un momento de máximo desnudo para mí.
¿Qué te parecen este tipo de actividades en los festivales para dar a conocer la banda sonora y sus creadores?
Me parecen esenciales. A veces se nos olvida todo el trabajo que hay detrás de la creación de una banda sonora, todas las personas que están trabajando para que salga bien. No solo el compositor/a, sino que los músicos, ingenieros de grabación, orquestadores, etc. De alguna manera, este tipo de actividades que ponen las bandas sonoras en el centro permiten al público ser consciente de lo importante que puede llegar a ser una banda sonora en una película. Darnos a conocer también nos da visibilidad, dejamos de estar metidos en nuestra ‘cueva’ y compartimos nuestra música, que para mí al final es lo que más me gusta: llegar a las personas a través de la música y el cine, en este caso, es el arte de llegar a los demás. De hecho, yo me atrevería a decir que la energía que se genera en un concierto proyección de bandas sonoras es muy especial, ya que nos facilita viajar en muchos sentidos.
¿Cómo es tu forma de trabajar a la hora de la composición para el cine?
No diría que tengo una única forma de trabajar. En ese sentido soy bastante intuitiva, me dejo guiar por lo que me pide cada película y sobre todo intento captar la esencia de lo que me transmite el director/a. Diría que soy una persona sensible y que eso me permite adentrarme en mi propio mundo emocional para después poder proyectarlo hacia el exterior.
Se suele comentar que la música es otro protagonista más en el cine ¿Cuánto de acuerdo estás con ello?
No soy una teórica del cine. Lo que sí que he comprobado es que la música tiene una capacidad innata de aflorar emociones en el ser humano y que en el arte del cine esto puede resultar muy interesante. La música al fin y al cabo es un lenguaje que en el cine se adapta a las necesidades de contar una historia. Para mí, la música es la protagonista de mi vida.
Siempre se dice que para llegar al público la comedia es más complicado, ¿para realizar una banda sonora para ese género también?
Pienso que encontrar el tono adecuado en una comedia es lo que mayor dificultad conlleva. La película Nora, como todo en la vida, contiene emociones más complejas que solo la del humor. La complejidad del retrato emocional de la protagonista hace que la música no pueda considerarse solamente cómica, sino que transiciona a través de diferentes emociones y estados psicológicos.
¿Influencias?
Intento mantenerme lo más fiel a mi propia naturaleza, no suelo escuchar músicas determinadas que me influyan hacia un lugar u otro. Me gusta partir del silencio y buscar dentro de mí.
¿Próximos proyectos?
Entre próximos proyectos tengo la película ‘El bus de la vida’ de Ibon Cormenzana, una obra de danza con Janire Etxabe, estrenos de música coral para Vocalía Taldea, y alguna película de la cual todavía no puedo dar más información…
¿Un sueño por cumplir?
Cambiar el mundo a través de la música, y en especial la coral. Creo que la voz es una herramienta estrechamente ligada con nuestra esencia y que la experiencia coral va más allá de lo musical. Esto me recuerda a la canción Imagine de John Lennon. ¿Y por qué no imaginar un mundo mejor?