José Luis Hdez. Arango abrió ayer el Festival de Cine Documental, Alcances, con Carlos Edmundo de Ory, el juego y la palabra. Aforo completo, en Teatro del Títere La Tía Norica, y ofreciendo un trabajo lleno de matices que descubre a la persona dentro de lo que podríamos llamar personaje, en su caso poeta, de Carlos Edmundo de Ory. Este trabajo se estrena en el centenario de su nacimiento en la ciudad que acoge la proyección, Cádiz.

93 minutos donde las declaraciones de quienes estuvieron en su vida -hernanorys-, o se han visto influenciados por el poeta, además de los ficheros de archivo con entrevistas y fotos, realizan el dibujo del poeta gaditano.

El documental comienza sin tener un orden cronológico, es una mera presentación de distintas etapas, zigzagueando entre ellas, de parcelas que el director va a abordar a lo largo de todo el metraje, para después sí comenzar el relato de su biografía, personal y cultural, en orden, y por medio de intervenciones de personas que estuvieron presentes en sus días y lo que se pudieron influir mutuamente. El director ha puesto títulos a lo largo del documental donde el apellido del poeta: Ory, está insertado en la palabra que quiere dar nombre a ese fragmento del largometraje. De esta forma juega con la palabra, como lo hacía el propio poeta.

Un artista peculiar, poeta, pero sin tener, y sí, una forma específica de escribir. Si de una manera muy simple, pero con muchos recovecos que nos hacen que todo lo que escribía se pueda interpretar de distintas formas. Simpleza en su forma, con un gran fondo universal y totalmente atemporal. Un hombre de convicciones firmes, de estilo de vida austero y bohemio, que está influenciado por la poesía y su propia personalidad, que se unen para dar un Ory especial en todas sus facetas.

Muchos toques de humor en el documental, otra de las características de Carlos Edmundo de Ory, que tenía en su personalidad con un humor seco e irónico que volcaba a su trabajo literario, dando de esta forma su genialidad y carisma a sus textos y poemas. Hasta el último momento se mantiene ese humor, incluso en la apertura de la caja fuerte que dejó para abrir en la fecha de su centenario, caja que incluía aerolitos inéditos, una de las partes más características de su faceta artística.

¿Dónde reside la potencia y la verdad que posee el documental Carlos Edmundo de Ory, el juego y la palabra? En su trazo narrativo, en no ser nada complaciente con la persona y mostrando todas sus facetas e incluso algunos lados no tan blancos en su vida. Un trabajo realista que retrata y relata a la persona y personaje, sin obviar temas que puedan resultar incómodos para quienes siguieron y siguen su carrera.

Ese hombre que heredó la pasión por la literatura de su padre, que bebió de Rubén Darío como influencia, y dejó huella en Gloria Fuertes, decía llamar solo de usted al mar y cuando era pequeño también a los peces. Es evidente que su tierra marcó su escritura y por ello ha dejado todo su legado a su ciudad natal, Cádiz.

Sí me hubiera gustado que en cada plano donde las declaraciones son protagonistas estuviera el nombre del interlocutor, hay veces que sí que está y otras que no.

José Luis Hdez. Arango

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