Seguimos con las entrevistas de los artistas que están en la programación de «Insólito & Singular». Vibra-Tó estará en el Café La Palma el próximo día 15 de octubre. Miguel Guinea y Joaquín Sánchez, se conocieron en 2004 cursando la Diplomatura de Educación Musical en la Universidad de Granada y desde entonces han viajado con su proyecto a cinco países diferentes, desde Brasil a Angola pasando por Nueva York o Marruecos.
¿Cómo nace Vibra-Tó?
Vibra-Tó nace en la facultad de ciencias de la educación de Granada en el año 2003 o 2004 aproximadamente, mientras ambos estudiábamos la diplomatura de Magisterio de Educación Musical. Todo empezó con el estudio de compositores como Murray Schafer y sus trabajos de investigación sobre el paisaje sonoro, este autor nos fascinó y nos provocó una apertura a los sonidos y utensilios cotidianos como materia prima para composiciones musicales.
¿Os podéis definir?
Apasionados por los sonidos y por todas las posibilidades sonoras de cualquier tipo de objeto.
Sois un colectivo, ¿cómo es este tipo de grupo y cómo funcionáis?
Está dirigido y fundado por Joaquín Sánchez y Miguel Guinea y a partir de ahí hemos encontrado muchos compañeros y compañeras con la misma pasión por los sonidos como Clara Gallardo, Manuel Ballena o Miguel Hiroshi, cada uno aportando una búsqueda personal de la producción artística.
Proyecto abierto en completo cambio y evolución, ¿ésto lo hace más fácil o más complicado?
Esto sobre todo lo hace más divertido, el hecho de no tener ni idea en qué vamos a trabajar dentro de unos meses causa un poco de vértigo y a la vez es emocionante, ésto hace que estemos dispuestos a meternos en cualquier fregao, desde construir instrumentos en un campo de refugiados en mitad de la selva angoleña, hacer una orquesta con ejecutivos holandeses o realizar los conciertos en portugués, francés o inglés en sus respectivos países. Al final, el asombro por lo sonoro es común a todo ser humano. De trabajar en televisión colaborando en “La Aventura del Saber” de La 2 a crear actividades educativas para el Teatro de La Maestranza de Sevilla, o fabricar 500 “ukeleches” (ukeleles con tetrabrik de leche) para el Museo del Prado… ya casi que lo normal es el cambio.
¿Qué barreras o dificultades habéis encontrado para sacar adelante vuestra carrera musical nada convencional, pero que a la vez nos incita a lo tradicional?
Creo que lo más peliagudo ha sido, y sigue siendo el tema burocrático, todo el trabajo artístico observable lleva consigo muchas mañanas de papeleos: proyectos, facturación, certificados, etc.
¿Qué significa para vosotros estar en «Insólito & Singular»?
Para mí, Insólito es algo que despierta los sentidos, algo que no esperas y que te sorprende. Cuando te ocurre algo insólito, como en este caso escuchar melodías agradables interpretadas por un recogedor, la reacción de la gente suele ser de asombro y el asombro les anima a conocer más, a querer más y ésto hace de la experiencia una experiencia singular. Estar en un ciclo que reúne a grandes amigos y compañeros de este tipo de músicas y búsquedas, es todo un honor y privilegio.
¿Qué nos vamos a encontrar en vuestro repertorio para «Insólito & Singular»?
Pues como alguien nos definió alguna vez… “Unos Faemino y Cansado de la música” jejeje
Se encontrarán a dos músicos divirtiéndose tocando las músicas más diversas con los más insospechados objetos, y luego explicando el porqué de la búsqueda, el funcionamiento físico-acústico de los cacharros, todo ello con una gran base de humor y surrealismo.
¿Qué importancia creéis que tengan lugar este tipo de festivales dentro del panorama musical en estos momentos?
Precisamente es importante que la música siga sorprendiendo, que siga despertando el interés. Imaginar la primera vez que se golpearon piedras y palos con un sentido musical, el asombro de esos antepasados los unió en la producción y el disfrute de lo que hemos llamado música.
¿Forma de componer?
El instrumento es el que nos dice que quiere tocar, coges una lata, le pones un palo, tres cuerdas y un puente. En ese momento que quieres hacerlo sonar como una guitarra, el instrumento te dice que tururú, suena a la India, con una vibración propia que nos recuerda más al sitar y además unas notas suenan mejor que otras, pues nada, eso es lo que hay que tocar.
¿Qué queréis transmitir con vuestra música?
Que la belleza es importante en el día a día, en lo cotidiano, en lo que parece que ni es bello ni lo será.
Dos vertientes en vuestra música y colectivo, instrumentos nada convencionales y compromiso con el medio ambiente, ¿cómo se funde todo en Vibra-Tó?
El compromiso con el medioambiente lo llevamos a cabo a través de nuestros talleres de construcción de instrumentos para niños (y no tan niños) así como la formación de profesorado, etc. donde intentamos difundir el placer por la exploración de posibilidades, el reducir y sacar el máximo partido a lo que tenemos, la creatividad como herramienta para cambiar el mundo… no obstante a efectos prácticos, y con tanto viaje… es nuestra asignatura pendiente, realmente fomentamos el reciclaje, y mejor aún el no necesitar y el no consumir, pero luego en el trabajo de músico es muy difícil reducir la huella de carbono, puesto que estamos todo el día viajando de un lado a otro, eso sí, siempre que podemos vamos en tren, ya que sólo necesitamos dos maletitas.
¿Qué elemento es el más particular que hayáis utilizado en un concierto?
El programa del concierto, lo enrollas, lo colocas a modo de flauta oblicua y nos hacemos un dúo. La flauta de fusilis (especie de canelones) unidos por queso brie también sonó deliciosa.
¿Influencias?
Bart Hopkins, Murray Schafer, Xavi Lozano, Linsey Pollack, Luis y Julio Payno, Uakti, Walter Smetak, Les Luthiers, Hermeto Pascoal, muchos músicos de diferentes folclores de Europa del Este, India, China, Japón, diferentes países africanos y latinoamericanos…
¿Próximos proyectos?
Algo en lo que ya estamos trabajando y que seguiremos puliendo es la orquesta reciclada. Hasta hoy hemos realizado un concierto con 900 niños y niñas con sus flautas de CDs hechas por ellos mismos, afinadas cada uno con una nota y dirigidos por un sistema asociación color-nota a tocar.
¿Un sueño por cumplir?
Creo que ya hace años que estamos viviendo un sueño con nuestro proyecto, son casi 20 años de amistad, viajes, vivencias, música, descubrimientos y trabajo. El sueño es que sigamos así muchos más, viajando, componiendo, haciendo instrumentos, conociendo gente bonita y nuevos “cacharritos”.