La semana pasada justo leí el comunicado de la retirada de los escenarios de Tara & The Jazz Bombs en redes, y pensé, ¿ahora que pregunto yo? Así que voy a realizar una mescolanza entre lo que hubiera sido una entrevista sin esa noticia y luego unas preguntas al respecto de este hecho.
Esta despedida, el 20 de octubre, se va a realizar en el marco de la quinta edición de FeminaJazz. Una actuación en el Café Berlín, que hará que el público asistente dé un merecido homenaje a la formación, y ellos harán que el concierto de su hasta luego, nunca se debe decir adiós, decía padre, sea una fiesta por todo lo alto.
Tara & The Jazz Bombs son un septeto internacional (Gales, Ucrania, Italia, España y EE. UU.) que revitaliza estándares del cancionero de jazz clásico y swing.
Hace cinco años de vuestra unión, ¿cómo surgió?
Pues, a finales de 2017 empecé a ir a una jam de jazz tradicional en Rock Palace (Madrid). Allí conocí a todos los Jazz Bombs, salvo a Norman, que me fue presentado por Héctor Oliveira. En esa época yo estaba bastante frustrada con otro proyecto que tenía y me estaba empezando a interesar el jazz. Sonará cursi, pero en esa jam me enamoré locamente del jazz tradicional; sentía que había encontrado “lo mío”, digamos. Pocos meses después ya tenía la descabellada idea de ir montando mi propia banda, por no tener que esperar a que me llamaran otros para cantar. Así que puse manos a la obra… Y aquí estamos ahora.
¿Nos podéis presentar a los miembros del grupo?
Tenemos a Daniel Cabrera a la guitarra de jazz y al banjo (España), Héctor Oliveira al contrabajo (EE.UU.), Yevhen Riechkalov a la trompeta (Ucrania), Giorgio Gallina al trombón (Italia), Joshua Díaz al saxofón alto y al clarinete (España), y Martín Holland a la batería (España). Y yo soy de Cardiff, Gales.
¿Cómo es vuestra forma de componer?
Nosotros componemos arreglos de estándares del cancionero de jazz clásico y swing. ¿Nuestra forma de hacerlo? En resumidas cuentas, doy con un tema con el cual me conecto, escucho toooodas las distintas versiones, lo toco en el piano, voy probando cosas hasta que tenga una idea clara para el arreglo, quedo con Giorgio y Héctor (ambos codirectores musicales), uno de ellos elabora las partituras, ensayamos el tema, seguimos ajustando cosas…
¿Entendéis la música sin esa pizca de humor que impartís en vuestros conciertos?
Sí. El humor que está presente en los conciertos de Tara & The Jazz Bombs está allí por mi forma particular de actuar, de conectar con el público, por mi forma de ser. Es un complemento. Por otro lado, también creo que el humor es una herramienta muy potente para poder hablar de las cosas que nos hacen sentir incómodas, para “hablar de la vida en todo su agridulce esplendor”, lo que es el concepto de nuestro disco «Hot Life» (vida caliente), que lanzamos con el sello Youkali Music.
¿Por qué rescatar con vuestra música la época dorada del jazz?
Mi primer contacto con el jazz fue con los distintos estilos del primer jazz, desde sus orígenes en Nueva Orleans a principios del siglo XX, hasta su paso por Chicago y Nueva York en los años 20, cuando se convierte en hot jazz (jazz «caliente»). Son estilos de jazz muy intensos, sinceros, accesibles, vitalistas, llenos de emoción. No creo realmente que hubiera un “por qué”, sino más bien, si me permitís la expresión, que la música me eligió a mí.
¿Qué significa para vosotros estar en FeminaJazz?
Pues la verdad es que estar en FeminaJazz es cumplir un sueño. De verdad. Es un honor compartir cartel con tantas grandes artistas y proyectos. Tenemos muchísimas ganas.
¿Qué nos vamos a encontrar en vuestro repertorio el día 20 en el Café Berlín?
El día 20 interpretaremos nuestro repertorio de clásicos de jazz tradicional y swing por última vez. Vais a encontrar temas compuestos por Lillian Hardin, Julia Lee, Louis Armstrong, Cole Porter o Lionel Hampton, además de canciones popularizadas por grandes estrellas de la época, tales como Ella Fitzgerald, Las Boswell Sisters, Billie Holiday, Los Mills Brothers o Louis Prima.
¿Qué importancia creéis que tiene FeminaJazz dentro del panorama musical en estos momentos para las mujeres y para el jazz?
Una de las cosas más deprimentes de la industria musical en general y del mundo del jazz en concreto es el machismo. Creo que queda muchísimo por cambiar en ese sentido, por lo que FeminaJazz me parece un festival muy importante y necesario.
De vuestros inicios a fecha de hoy, ¿qué ha variado en el sector musical?
Hmmm, hablando únicamente de Madrid, yo diría que la cantidad cada vez menor de bares con música en directo.
Este concierto va a ser muy especial, yo nunca diría que el último, más bien el penúltimo ¿Qué significa para vosotros ese penúltimo concierto juntos en un escenario?
No se nos ocurre mejor manera de dar las gracias y despedirnos de nuestro querido público madrileño que tocar en FeminaJazz.
Nunca digas de este agua no beberé, pero a menos que ocurriera algo realmente extraordinario, la actuación de Tara & The Jazz Bombs en FeminaJazz será la última. Ha sido una decisión muy bien pensada, que lleva un largo proceso detrás. A mi modo de ver, terminar un proyecto creativo es como terminar una relación. Y no soy partidaria de volver con un ex, ja, ja, ja.
¿Qué balance hacéis de esta etapa?
Ha sido una etapa muy intensa, muy enriquecedora, y muy dura también, en el sentido de que esta profesión es muy dura.
El proyecto ha evolucionado muchísimo, desde los madrugones helados para coger sitio en el Rastro los domingos. Yo me quedo con el orgullo que siento de la banda que hemos llegado a ser y de todo lo que hemos logrado y vivido.
¿Un sueño por cumplir?
Uff, muchos. Los sueños son frágiles y hay que protegerlos, así que me limito a decir solamente uno: actuar con mi banda en FeminaJazz el próximo día 20 de octubre.