Después de la edición de 2022, donde público y crítica alabó su cartel y desarrollo del mismo, el festival llega a su cuarta edición con la misma ilusión y el mismo criterio de cada año, llevar a Zahara de los Atunes, el jazz afincado en Andalucía sin olvidarse de artistas de nuestro país con repercusión internacional.
Esta cuarta edición, JAZZahara, tendrá lugar los días 27, 28 y 29 de octubre en Zahara de los Atunes, en el Patio de la Palmera del Palacio de las Pilas. Dos noches y una sesión matutina que acogerán cinco conciertos con la variedad como característica principal del festival.
Al igual que el año pasado, hemos intentado buscar a bandas que dieran una representación un poco variada del jazz andaluz, pero sin olvidarnos del español e introducir el elemento internacional en el festival. Venimos de tener meramente nombres andaluces a tener artistas que no lo eran, pero sí estaban en el territorio internacional, y ahora tenemos un trío francés, internacional y que viene de gira a España, con un alicantino que lleva viviendo en Francia 40 años, Ramón López. Este es el planteamiento, pero buscando varios estilos, la fusión del flamenco jazz, el soul, el pop, el reggae, el bebop o el concepto más camerístico del jazz. En definitiva, diferentes vertientes de música y procedencia de los artistas.
Ivan Pivotti
Algún cambio en esta cuarta edición que ha sido por la propia evolución del festival y es dejar fuera de la programación la parte de Feria profesional. Ivan Pivotti, uno de los responsables del certamen, nos cuenta que de alguna manera es simplificar el evento y estar más tranquilos para centrarse en poder ofrecer un buen cartel. Eso sí, no cierran las actividades de esos días, la posibilidad de que se amplíen está abierta, así que habrá que estar muy atentos a las redes y comunicados.
La primera actuación, 27 de octubre, correrá a cargo del trío formado por Josemi Carmona, Javier Colina y Bandolero, siendo la fusión flamenco jazz que tendrá el festival, con su nuevo trabajo «Vida»: Viene del glorioso grupo de fusión flamenco de los 80 de Josemi Carmona, junto con Javier Colina, uno de los grandes referentes del jazz al contrabajo y que ha estado tocando con los más importantes del flamenco y es alguien que se adentra en varios códigos a la vez sin encontrarse nunca fuera de juego, sin olvidarse de Bandolero al cajón que ha tocado con El Cigala o Morente a nivel nacional en el flamenco y saltando al internacional con Lenny Kraven o el gran contrabajista Dave Holland. Tres músicos que traen un abanico de experiencia brutal, sorprendente y que pueden meterse en cualquier aventura encontrándose a gusto siempre.
Ese mismo día, el 27 de octubre, cerrará la velada Desirée Diouf llevando en su repertorio un gran espectro de sonidos, donde el soul y el jazz cobran protagonismo pero sin dejar de lado otros ritmos.
«Trilogue» será el trabajo que Ramón López presentará el 28 de octubre, sábado, en exclusiva en España, junto con el clarinetista Louis Sclavis y el violinista Dominique Pifarely, dos músicos franceses referentes del jazz contemporáneo. Son una formación con tres nombres muy reconocidos a nivel europeo que rompe los esquemas del jazz, van sin piano y sin contrabajo, puede recordar a un grupo de cámara pero ellos tres vienen de la escena de vanguardia europea. Es una sorpresa para nosotros, porque se conoce muy poco de este trabajo, pero están abalados por ser tres nombres claves del jazz europeo.
Seguirá la noche un grupo emergente, de Barbate, que está encabezado por el trompetista Pablo Castillo, afincado en Amsterdam, y que estará en formación de cuarteto con Manolo Perfumo a la guitarra, Alejandro Tamayo al contrabajo y Carlos Ayuso a la batería, presentando su primer trabajo como líder, «Introducing Pablo Castillo«, que reúne composiciones de músicos muy influyentes en su música, como Duke Ellington, Charlie Parker, Barry Harris o Hank Jones. Ya el nombre recuerda a los grandes del bebop americanos, de cómo iban titulando sus primeros discos. Ha elegido temas más desconocidos para el público, y ésto, junto con su forma de adaptar y una banda sin piano, llama mucho la atención.
El domingo 29 tendrá lugar la actuación, y cierre del festival, del quinteto sevillano Dixielab, una mañana para aperitivo, familia, amigos, música y baile. Un quinteto que se expresa en el escenario con el dixie swing de los orígenes de Nueva Orleans.
Estamos muy contentos con el programa que contamos para esta edición, muy equilibrado y variado y que puede ser para todos los gustos, aunque no sea exclusivamente jazz el repertorio que lleve cada uno de ellos.
Un cartel medido a conciencia, zigzagueando con la experiencia y la vitalidad cada día, dando protagonismo inicial a artistas ya con renombre, para cerrar la noche con formaciones más noveles, que ya tienen su bagaje en la escena musical jazzista. Esto está buscado para que la gente, aunque esté atraída por los nombres conocidos, también pueda conocer a artistas que están destacando. Al mismo tiempo hemos aprovechado que en esa parte fueran formaciones con referencias fuera de nuestro país como puede ser la carrera de Desirée y de Pablo Castillo. De todas formas yo haría una distinción estilística entre las dos noches, la primera se centra más en el soul, el flamenco y el jazz, y la segunda es más para los amantes del jazz más en su esencia.
Es curioso que este año habrá muchos instrumentos en el escenario de JAZZahara, pero no habrá un piano acústico, meramente un teclado eléctrico en la actuación de Desirée. Esto nos hace ver la diversidad y la evolución que tiene el jazz. Hemos conseguido una programación con otro tipo de concepto, y me gusta que sea así, hay veces que el piano se relaciona con el formato clásico del jazz y aquí hemos variado de una manera inconsciente, pero a la vez bonito y divertido. El año pasado todos los conciertos tuvieron piano, así que es un cambio que es bienvenido y veremos el efecto que tiene en la gente.
JAZZahara es un evento que reúne en la localidad música, turismo y gastronomía, activando la zona en un momento que ya no es tan habitual visitar. Y eso, en cierta forma, está reflejado en el cartel que este año ha realizado Paula Padilla, algo muy simple, pero que relata y retrata a la perfección todo lo que está alrededor del evento.
Hacer este festival en Zahara de los Atunes en pleno verano no tiene sentido ninguno, porque el pueblo está lleno de gente y de actividades. Sin embargo, los fines de semana de octubre ya no tiene tanta afluencia, pero la zona nos aporta un buen clima para que acompañe a las tardes noches de los conciertos.
¿Un sueño por cumplir?
Llegar a traer a algún grupo estadounidense para poder darle la vuelta al festival, si se cumple bien y si no estamos muy bien con todo lo que hemos tenido. Cada año es más fácil realizar el festival y vemos que la gente responde muy bien. Así que, con mantener contentos al público del jazz, con el que no lo es tanto, creo que habremos llegado a nuestro objetivo.