«Psicario» de Daniel Padró: «Narrar desde el plano es lo que más me gusta hacer». #Entrevista y #visionado

Psicario es un cortometraje de ciencia ficción y thriller dirigido por Daniel Padró, se estrenó en Sitges y ahora se puede ver online (abajo dejamos el enlace). Una historia contenida, profunda y que nos llevará a pararnos a pensar sobre si los avances, en este caso la inteligencia artificial, son tan buenos para el ser humano, o es una forma más de controlar nuestras vidas.

Daniel Padró se declara un apasionado de la ciencia ficción y el thriller y nos relata cómo comenzó la idea de este cortometraje. Tenía claro que debería ser accesible, que tuviera pocos espacios y pocos personajes. Por ello quería contar algo de ciencia ficción, pero desde un enfoque mucho más intimista, también por temas de posibilidades a nivel de producción, quería hacer algo contenido y el tema de la memoria también me ha interesado siempre, y todo lo que tiene que ver con la mente y la identidad siempre me ha parecido muy interesante y jugoso desde el punto de vista filosófico y a nivel de ficción también.

Aquí en Psicario efectivamente todo lo que nos cuenta está: la historia de una mujer que es atacada por un hombre entrando en su casa a la fuerza. Tras dejarla inconsciente, tendrá que manipular sus recuerdos, sin saber que al mismo tiempo descubrirá parte de algo de su vida.

Cuando comencé a escribir el guion no había comenzado todavía demasiado el tema de la inteligencia artificial, pero sí que es verdad que llevamos una década con una relación con la tecnología muy especial, distinta y novedosa, y que entraña ciertos peligros a nivel de privacidad, pero los límites son muy complicados, y hay muchas posibilidades y algunas perversas. Ahora estamos como civilización, estamos intentando comprender al máximo el cerebro, ya que nos ayudará a comprender mucho más la mente y las enfermedades degenerativas y las posibilidades de generar tratamientos a raíz de eso son muchas, pero esa comprensión acarrea ciertos peligros y esa dualidad siempre me ha parecido muy interesante.

Daniel Padró

La memoria y la psicología están presentes en todo el cortometraje, incluso en el nombre en sí, con la utilización de «Psicario» en lugar de Sicario, haciendo un juego de palabras, pero también lo hace con los protagonistas: quien recuerda y quien no, quien olvida y quien no.

Un proceso de creación largo el que ha tenido Daniel Padró, el primer guion parte del 2016 hasta que se pudo rodar ya en 2021. Aunque haya tenido bastantes revisiones, la esencia del cortometraje siempre ha sido la misma. Ha hecho cambios incluso en el momento, pero siempre a favor del trabajo, hasta en el propio montaje. Por ello, la creatividad ha estado en constante cambio para él y para el resto del equipo.

Alrededor de mentes y memorias manipulables me encantaría hacer un largo, y este cortometraje es un ejercicio de estilo, de tono y de por dónde podrían ir los tiros en el largometraje. Qué tipo de atmósfera podríamos generar, qué tipo de personajes, este punto entre lo noir y lo onírico, y a mí me parece un tema muy jugoso y que daría para muchos guiones, y mi ambición es que Psicario algún día sea un largo.

Daniel Padró

El cortometraje tiene un color constante entre naranja, amarillo y ocre, y el director nos comenta que, junto con el director de fotografía, Rober, fue algo que hablaron mucho, y que quería buscar el tono de las luces de calles anaranjadas, que crean una estética, formas y siluetas muy dramáticas. Para mí es la estética de la noche solitaria, escribo de noche, y quería buscar ese enfoque. También nos basamos bastante en el tono del impresionismo alemán, el look, sombras largas y contrastes duros y espacios un poco irreales, y así construir los espacios cinematográficos y los irreales como se ven para mí.

Durante todo el cortometraje, las pantallas de los ordenadores están constantemente sobrevolando el espacio y es una interacción muy fuerte con los dos personajes. Esto aporta mucho más a la ciencia ficción, a la inteligencia artificial y al control del ser humano, y estéticamente nos confirma que crearlo era uno de los huesos duros de la película, pero que encontró a un grafista, Alberto, muy bueno que resolvió. Más que buscar un software espectacular, queríamos un software que pudieras creer, que fuera realista e intuir su propio funcionamiento, y totalmente familiar, pero también la extrañeza de ver cómo se podrían ver en un programa nuestros recuerdos, y lo recreamos mirando hacia la emoción.

Destacar el juego que ha hecho el director, y todo el equipo de montaje con los cristales, espejos y reflejos de los personajes, como juegan con los protagonistas y sus sombras, de cómo se ven, a cómo los vemos, de cómo algo que hay en el cristal de la ventana se puede reflejar en la cara del protagonista y parecer algo que no es del todo, pero que puede encajar. Toda una forma narrativa el jugar con los espejos estéticos y visuales, y para el director es jugar con los sentimientos y las emociones, incluso dando un juego caleidoscópico de espejos: Crear una identidad fracturada, que en el fondo es de lo que va la historia, ver como alguien no se da cuenta de quien es, que es la parte que más me interesaba de la historia.

Poco diálogo hay en Psicario, todo es muy visual, y Daniel Padró ha querido que fuera así, contar una historia lo más visual posible y recurrir lo mínimo a los diálogos. Siempre he tenido esta ambición más visual y para mí es uno de los desafíos del corto, que todo fuera muy visual y muy viñeteado, y eso te obliga a que el valor de la producción esté en la estética del plano, otros aspectos que intenté construir y que aportan valor. No era la intención inicial, pero surgió al buscar las pistas visuales y narrar desde el plano, que es lo que más me gusta hacer.