Hay una gran sutilidad en la voz de Fátima Rü, una forma de contar el cantar, donde el cante y la narración se dan la mano, cual poesía en el escenario. En su último trabajo, Coplas en la Lumbre, se une a Pablo Suárez, al piano, insertando así en su flamencura unos toques de jazz elegantes, donde de la mano nos llevan por la tierra, por la memoria y lo popular, pero siempre desde la copla, el respeto y lo tradicional.
El miércoles 28 estarán actuando en el Café Berlín de Madrid, donde ambos compartirán su pasión por la música, y en concreto sus Coplas en la Lumbre, donde el público asistente podrá disfrutar de los poemas musicados de Federico García Lorca y Miguel Hernández que Fátima Rü ha elegido para este disco.
¿Cómo nace este nuevo disco?
Nace de la propia lumbre, ese hogar donde crepitan raíces y memorias.
Coplas en la Lumbre es un homenaje a nuestra “voz popular”, un deseo de revivirla, recrearla y hacerla presente.
Pablo Suárez al piano, ¿cómo entra en el proyecto?
Le había escuchado varias veces en directo y me hacía sentir una profunda afinidad. Su “toque” alumbra y conmueve. El alma de este proyecto necesitaba unas manos sutiles, desnudas, luminosas. Le llamé y empezamos a llamear juntos. Su escucha, jondura y entrega me ofrecieron un espacio limpio donde fluir y fraguar a fuego lento esta lumbre. Es para mí un valioso regalo y un privilegio que haya aceptado compartir este proyecto.
Ambos describís este trabajo como un viaje, ¿nos puedes explicar más ese concepto, sentimiento o emoción que habéis tenido?
Coplas en la Lumbre es un viaje a la memoria. La memoria como un lugar y un tiempo vivo. Y una recreación. Ambos participamos del placer y el vértigo de la búsqueda, el asombro, el descubrimiento. También nos enciende un origen musical común donde arraigarnos para poder fluir.
Se trata de tejer, mimar, alumbrar. Sin moldes rígidos ni prejuicios. El viaje es dejarse envolver y cabalgar, una danza entre la voz y el piano, como lo hace el fuego en el hogar de la lumbre.
Te has llevado a tu terreno y has musicado distintos poemas, ¿cómo ha sido la elección de los mismos y su adaptación?
Son los propios poemas los que me rondan y me cantan por dentro… y me piden que les preste la voz, el corazón, el cuerpo. O bien, son las propias melodías las que me narran sus palabras y acentos.
En esta ocasión han sido los romances y las letras populares las que me han susurrado.
Canciones llenas de sentimiento, donde dices que cuentas y cantas, ¿cómo se conjuga todo para llegar al oyente y emocionar?
Desnudando el corazón de las palabras, contando la canción y cantando la poesía, es decir, entregándome al contenido y la belleza de los versos, a sus imágenes y sus paisajes.
Las historias cantadas desde la voz popular emocionan porque revelan experiencias humanas profundas y universales. Muchas veces son experiencias veladas o censuradas que la canción valida y libera. Por otro lado, me emociona que las composiciones propias puedan llegar a convertirse en memoria. Y en canal de vivencias.
¿Trabas en el camino para sacar adelante este proyecto independiente?
La ventaja de lo independiente es poder tomarse toda la libertad del mundo. Las trabas para sacarlo adelante y ponerlo en lo que llamamos “mercado” tienen que ver con la dificultad de la financiación y sus logísticas, con la prisa y la falta de huertos culturales…
En este proyecto también me he topado con la impopularidad de lo popular, percibo que sigue habiendo muchos prejuicios en torno a las coplas y las canciones ancestrales. Tristemente, se relacionan con algo marchito, caduco, trasnochado. Podría haber llamado a este disco simplemente Lumbre, pero he querido resignificar y dignificar la palabra copla y recuperar su poesía, su riqueza y autenticidad.
Estamos en un momento en el que la música popular está cobrando un reconocimiento, un resurgir, aunque muchos no os habíais olvidado. ¿Qué significa para ti lo denominado popular y tradicional en tu música?
Para mí la “raíz popular” es la fuente de todas las músicas, aunque no se perciba explícitamente o se haya eclipsado. La raíz es el sustrato que nos permite volar, nos da origen y nos conecta, percibo esa raíz como el hilo invisible que atraviesa incluso las vanguardias.
Este concierto del próximo día 28 en el Café Berlín se me antoja algo puro e íntimo, cercano y lleno de sentimiento después de oír las canciones. ¿Qué se va a encontrar el público asistente?
Espero encontrar un espacio sincero, emocionado, mimaremos nuestro pequeño ritual y lo construiremos entre todos.
Coplas en la Lumbre es una humilde invitación a compartir la voz popular desde su propia profundidad, intimidad y desnudez.
Ya habéis realizado algún concierto, ¿cómo está siendo la acogida?
El directo de Coplas en la Lumbre está siendo muy cálido y emocionado, estamos tocando la raíz y la memoria…
¿Qué significa para ti la música y qué quieres expresar con ella?
Es el lenguaje de mis adentros que me conecta con la vida. Es poesía universal y cotidiana que me da espacio y libertad para sentir y resonar.
No sé si a día de hoy los sueños por cumplir van cambiando o hay alguno que sigue ahí.
El anhelo primigenio de sinceridad es el mismo de siempre, con diferentes colores a lo largo del tiempo.