Ver la evolución de un grupo y de su trabajo siempre es un placer. Apreciar los cambios, las ganas, la energía y las ilusiones puestas es lo mejor que puede describir a un grupo, ya que quiere decir que no se estanca y que evoluciona, eso sí, sin perder su esencia que es lo principal, y de eso saben mucho la banda de esta entrevista.
Ellos son Tangerine Flavour, uno de los grupos que más me ha sorprendido en los últimos años, por su directo, su flow, su capacidad de transmitir sus anhelos e ilusiones ante su carrera musical, siempre con una sonrisa en el escenario, y un buen rollo entre los cuatro componentes que se traslada al oyente/espectador. Escuchar sus discos es una maravilla, pero verlos y oírlos en directo ya es otro mundo. Un deleite lleno de sensaciones.
Hay cosas más similares a lo que hemos hecho en los anteriores trabajos, como la parte un poco jazz que estaba en el segundo disco, Empty Fantasie, como la parte americana, country, folk que estaba en No hard Filling, pero la verdad es que hemos abierto bastante el abanico. Quiero pensar que seguimos haciendo lo mismo, pero un poco más extendido. La verdad es que trabajar un disco de esta manera, con tiempo, totalmente metidos en el proceso sin desconectar y encima con Paco Loco, que es una persona supercreativa, que le gusta lo mismo que a nosotros, pero que le da un punto más Beatle, Lou Reed o La Velvet Underground, ha hecho que sea un disco especial.
Pablo A. Martin
Cuando hay un cambio en un grupo, uno puede pensar que es totalmente pensado y premeditado, pero tal y como nos cuenta Pablo, todo ha sido bastante inesperado e improvisado, que no iban con una idea clara de cambio, de lo que iban a hacer. Podríamos quedar muy bien diciendo que queríamos dar una vuelta a nuestra música, pero la realidad es que fue viniendo solo, sí que estaba claro que teníamos que hacer un disco extenso, porque habíamos acumulado muchos temas, porque quizá con los discos anteriores tuvimos algo menos de voz, mucho más estructurado todo y necesitábamos un disco que nos dejara relajarnos y ser un poco lo que somos todos, y por eso se fue por estos derroteros, al final fue cogiendo coherencia solo y necesitábamos un disco que nos liberara, que pudiéramos ser más libres. Bien es verdad que veníamos de un disco más orquestado con piano, pero con la gira en cuarteto y nos gustaba ese sonido más guitarrero, más orgánico, más de cuatro tipos en un escenario en un bar, y eso es a nivel sonido lo que intentamos hacer también en este disco que es lo que más se escucha, de grasa, de orgánico, de casi todo en directo, aunque luego se acabe de otra manera. Pero sobre todo necesitábamos un disco que sonara a como estábamos sonando en nuestros conciertos.
Pablo nos cuenta que el trabajo con Paco Loco fue un placer, y ante todo querían que él se sintiera muy involucrado, y fue fácil, ya que él siempre se adapta y trabaja con multitud de tipos de estilos musicales. Paco siempre da ideas muy locas y arriesgadas y desde Tangerine aceptamos todas esas innovaciones que nos proponía, porque todo nos gustaba y los cuatro nos vimos muy metidos en el proyecto.
Space Cowboy es un disco doble de veinte canciones que navegan entre el rock más clásico, country y música americana, algo habitual en Tangerine Flavour, pero dando una vuelta de tuerca introduciendo blues, soul, piezas experimentales y algunos toques de jazz. Un disco que aunque contenga ese número de canciones no llega a la hora, pero que destaca por comenzar con una canción «Flavour International Space Station» que nos hace partir hacia un viaje musical que parece estar trazado con un guion para guiarnos en su recorrido por todos los estilos, variando, sin que ninguna desentone, y que nos haga querer más, es un enganche sonoro, porque la progresión es hacia una mayor impronta sonora, y zigzagueando musicalmente para que no nos encasillemos en ningún estilo.
Al final fue cogiendo una coherencia cinematográfica el disco, e ideamos una especie de viaje de un extraterrestre, de un Space Cowboy, que llega a la Tierra y vive todos los sentimientos humanos y se da cuenta de lo que nos rodea y nos preocupa. Nos imaginamos a ese vaquero pasando por todas las etapas, las más banales y las más profundas. La introducción somos nosotros en una estación espacial que intercepta la señal de este protagonista, y acabando con esa frase que tanto nos gusta: Don´t worry, is only country music. Una visión externa de todo lo que vivimos que nunca viene mal, para que nos pongan los pies firmes en la tierra con lo esencial fuera de nuestros egos o preocupaciones a veces nada importantes.
Pablo A. Martín
Componen Tangerine Flavour Pablo A. Martín (guitarra, armónica y voz), Fernando Lima (bajo y voz), Mike Fletcher (batería y voz) y Alejandro Vizcaíno (guitarra, mandolina y voz). Cuatro artistas que se compenetran a la perfección en los directos, que se nota su complicidad y la evolución que han tenido en cuanto a composición al introducir que cada miembro vaya aportando sus propias creaciones y que posteriormente los arreglos se realicen entre todos. Esto nos puede dar una idea de la versatilidad de su música, y de cómo la esencia de cada uno se entremezcla en cada canción.
Pablo es consciente de que este trabajo Space Cowboy es una apuesta arriesgada y que en todo momento se han sentido apoyados por MusicHunters, pero creen que era el momento para sacarlo, ya que tenían mucho trabajo hecho, y les daba paso a comenzar otra gira, aquí y fuera de España. Ya tienen muchas fechas confirmadas y otras que quedan por lanzar, pero también saben que el salir fuera de nuestras fronteras les da alas para seguir creando, seguir avanzando y compartiendo su música en lugares donde los directos son abundantes y que ayuda a seguir formándose como banda, absorbiendo matices diferentes.
Una respuesta a ««Space Cowboy» de Tangerine Flavour: «Podríamos quedar muy bien diciendo que queríamos dar una vuelta a nuestra música, pero la realidad es que fue viniendo solo»»