Sara Curruchich lleva doce años subida a los escenarios, comenzando a los 19. Una luchadora por llevar su cultura, maya, a todos los rincones del mundo y este año tiene La gira mundial «Mujer Indígena», y durante el mes de abril en España.
¿En qué época vital musical se encuentra Sara Curruchich?
Me encuentro en un momento en el que estoy compartiendo mi música en diversos territorios, eso me hace sentir inmensamente plena y agradecida. También estoy en una exploración creativa, componiendo para mi siguiente disco y conectada con la esencia de mis raíces.
«Mujer Indígena» nueva gira con Luis Juarez Quixtán y durante el mes de abril en España, ¿qué nos vamos a encontrar en esos conciertos?
En los conciertos en Europa encontrarán una experiencia íntima y profunda, con una fusión de los sonidos de Luis Juarez Quixtán, guitarrista Maya K’iche y mi voz. La siento como una forma de desnudar el alma, preparamos un viaje emocional a través de la música indígena contemporánea.
Mujer indígena ya tiene tres años, ¿qué recorrido ha tenido el disco?
Si bien Mujer Indígena fue lanzado en 2021, por la pandemia fue imposible hacer una gira, no fue hasta 2023 y 2024 que «Mujer Indígena» ha recorrido un camino de resonancia y conexión con diversos países y comunidades como Estados Unidos, México, Guatemala, Canadá y próximamente Europa y Colombia. Sin duda, amplificando las voces e historia de mujeres y pueblos indígenas a través de la música.
Al final la música es un lenguaje universal, y en Mujer Indígena, al escucharlo, veo muchos más matices sonoros con otras raíces como el rock, sonidos jazzísticos, algún toque andaluz, ¿has querido ampliar estilos, pero sin perder tu identidad?
Sí, en Mujer Indígena, he buscado ampliar los estilos musicales, es una maravilla permitirnos explorar nuevos ritmos y sonoridades y fusionarlos con la identidad musical inicial. Son formas de enriquecer nuestra expresión musical.
Eres una artista que en su carrera tiene muchas colaboraciones, ¿qué te aporta compartir la música con compañeros?
Colaborar con otras y otros artistas me hace sentir como una invitación a un viaje, a sus vivencias, memorias, con cada palabra o melodía que compartimos. Es vincularte muy profundamente, además aporta una perspectiva muy enriquecedora, y creo que fortalece los lazos de solidaridad y visión.
Has sacado algún single posterior, ¿no sé si ya estás en proceso creativo para un nuevo trabajo?
Sí, he tenido colaboraciones con Carmen María Vega, con Vivir Quintana y Jandir Rodríguez. Además, estoy en proceso creativo para nuevos trabajos musicales, un EP y un disco. Me estoy dando la oportunidad de explorar nuevas formas de expresión, pero siempre con el foco en amplificar las voces e historias personales y de comunidades indígenas.
Reconocida entre las 10 personas más creativas de América Central y las 100 mujeres más poderosas de la región por la revista Forbe, nombrada embajadora del movimiento solidario de ONU Mujeres #HeForShe para difundir mensajes contra la discriminación y promover la igualdad de género en Centroamérica, todo un orgullo para ti, ¿qué significa para Sara Curruchich mujer, no cantante?
Sin duda es un honor, lo agradezco mucho, pero más allá de eso, lo recibo y siento como una responsabilidad para mí como mujer indígena, una responsabilidad con quienes me escuchan.
¿Todo ésto te da más fuerza para luchar más por las injusticias?
Sí. Escuchar a las personas que se acercan a contarte cómo han recibido tus canciones y música es lo que da fuerza y te hace saber que estás en el camino correcto. Pienso que los reconocimientos se suman a reafirmar que la música es un vínculo para acercarte a la persona y puede cambiar algo. Cambiar las injusticias y amplificar las voces de aquellos que históricamente han sido marginadas y discriminadas.
¿Qué significa para ti y para tu tierra ser reconocida fuera de tu país como una mujer influyente?
De nuevo, diría que es una responsabilidad. Además de que significa que nuestra lucha trasciende fronteras y que nuestras voces están siendo escuchadas en todo el mundo, hablamos y cantamos por la dignidad, eso fortalece las luchas por la justicia y la igualdad.
Tuvimos una entrevista hace cuatro años y me dijiste que tu sueño sería crear un estudio de grabación y teatro comunitarios, ¿han llegado esos deseos?
¡Qué linda esa invitación a la palabra que compartimos hace tiempo! Recuerdo a esa Sara entusiasmada que soñaba tanto eso, y ahora lo veo, y me siento tan feliz de que poco a poco se haya logrado tener un espacio de grabación. Aún vamos complementándolo, pero ha sido un espacio que ha recibido a otras y otros artistas, ¡ya hemos grabado! Por otro lado, en cuanto al teatro comunitario, sigue siendo una meta importante para mí, buscando crear espacios de empoderamiento y expresión para nuestra comunidad.
Me comentaste que “Lo único que nos salva es la colectividad, la comunidad y la tierra”. Pasada la pandemia, ¿crees que esta frase tiene más o menos relevancia?
Durante y pasada la pandemia, esta frase cobra aún más relevancia, sigo firme con mi sentir a ella, siento que en ella está vibrante la importancia de la solidaridad, empatía y el cuidado mutuo en tiempos de crisis, de hecho, siempre.
¿Cuáles serían tus sueños actuales?
Estoy en un momento de mi vida en el que estoy muy unida a mi música, a mis canciones, y me gusta ésto. Siento que ellas son aguas que refrescan, que lavan, que limpian, que sanan. Estoy cumpliendo de pronto uno de los sueños más grandes que tuve hace años: cantar, escuchar, cantar a artistas a quienes admiro, y compartir mi canto. De mis sueños también continúa el amplificar las voces de la comunidad indígena, aportar a crear más espacios de empoderamiento y resistencia, trabajar con más mujeres.