Del 25 al 28 de abril tendrá lugar XII Festival Sevilla Swing!, que acogerá conciertos, clases de bailes, masterclass y cierre con picnic swing/concierto. En esta edición hemos querido dar voz a Four Women Quartet, para saber más sobre su proyecto y conocer con qué estarán en el certamen. Natalia Ruciero, impulsora del cuarteto nos habla de la formación y de su fondo:

¿Cómo nace Four Women Quartet?

El proyecto es fruto de una búsqueda de referentes femeninos en nuestro sector. ¿Quiénes eran nuestras antepasadas? ¿Cuáles eran sus intereses e inquietudes? Y sobre todo, ¿por qué, siendo la mitad de la población, no hay músicas o bandas de mujeres en la misma cantidad que las de nuestros compañeros hombres? Descubrir lo ignoradas que han sido estas mujeres en la historia que nos han contado, fue el impulso para construir un proyecto que pusiera en valor el trabajo de las mujeres que hicieron y hacen jazz.

Mucho trabajo de selección para «Una historia de Mujeres en el Jazz», ¿cómo fue la elección de las canciones?

Primero fue difícil acotar el número de músicas, porque cuántas más conocíamos en los libros y artículos que leíamos, más despertaban nuestra admiración. Una vez decidimos los nombres, seleccionamos los temas que pensamos representaban mejor la personalidad artística de cada una de ellas, teniendo en cuenta además que estas canciones nos ayudaran a poner en contexto nuestros objetivos, bien por su letra, o porque la composición determinara algún estilo concreto, o porque estuviera envuelta en alguna anécdota que acerque su historia al público.

Nos interesa que se conozca a la artista pero también a la mujer.

Cuatro años de la salida del disco, ¿cómo ha sido la acogida del mismo?

Estamos muy orgullosas de haber podido recopilar este proyecto en un disco y difundirlo. Agotamos una primera edición de quinientas unidades y sacamos una segunda edición de otras mil. Una parte importante del público que asiste a los conciertos quiere llevarse el disco a casa y eso nos alegra mucho.

Proyecto impulsado por la cantante y percusionista Natalia Ruciero, junto con Laura Domínguez al piano, Blanca Barranco al contrabajo y Virginia Moreno al clarinete.

Con Una Historia de Mujeres en el Jazz, el cuarteto hace un recorrido por la historia del Jazz desde una perspectiva femenina, poniendo en valor el trabajo de mujeres intérpretes, compositoras, arreglistas y letristas que se reivindicaron a si mismas a través de sus creaciones superando los prejuicios y discriminación racial y de género. Estas mujeres se han convertido en fuente de inspiración para futuras generaciones.

En cierta forma, este disco es algo didáctico dentro del mundo de la música. ¿Lo veis así?

Sí, efectivamente. Nuestro proyecto tiene tres objetivos: Por un lado, acercar el Jazz al público, para ello hacemos un recorrido cronológico a través del cual el/la oyente viaja por los distintos estilos que confluyeron en este género musical. Esto contextualiza el sonido y la época y facilita la escucha y el entendimiento.

Por otro lado, queremos poner en valor el trabajo de las mujeres creadoras en el Jazz del siglo XX, nuestras referentes, que en ocasiones tenían que firmar con pseudónimos para que sus creaciones fueran tomadas en serio o simplemente quedar en la sombra cuando eran ellas las líderes intelectuales de los proyectos.

Por último, pero para nosotras también muy importante, es dar visibilidad a las mujeres en la escena del Jazz actual. Se ha normalizado que no haya mujeres y nos sentimos en la obligación de señalar ésto como la anomalía que es y mostrar a las jóvenes que su mitad de la escena está ahí y que en el Jazz también hay una salida profesional para ellas. 

De todos los nombres que habéis elegido para el repertorio del disco, ¿cuál es la figura que más ha sorprendido al público al conocer su faceta de cantante, compositora…?

Posiblemente, la figura de Lilian Hardin, una pianista, compositora y arreglista afincada en Chicago, a la que se podría considerar como una pionera del Jazz. Hardin ya lideraba su propia banda cuando se cruzó en su camino un, todavía desconocido, Louis Armstrong. Era un chico tímido, inseguro y destartalado. Al poco tiempo se casaron y Louis pasó a formar parte de las bandas impulsadas por Hardin, las legendarias Hot Fives y Hot Sevens, bandas consideradas de las primeras formaciones de Jazz de la historia. Hardin era la única de la banda que podía escribir y leer música, ya que se había formado en Chicago y New York. Su liderazgo contribuyó de forma incuestionable al impulso de la popularidad de Louis Armstrong, quien obtuvo sus primeros éxitos con temas compuestos por ella.

Pero más allá de este capítulo de su relación con Louis Armstrong (él se divorció de ella en 1938), Lilian Hardin desarrolló una larga carrera profesional como intérprete solista, arreglista y compositora. En 1931 había fundado en Harlem la primera banda formada por mujeres. Compuso grandes hits de éxito, entre otros el fantástico “Struttin’ With Some Barbecue” y dirigió grandes orquestas de la época. Hardin además compartió escenario con grandes músicos, el clarinetista Sidney Bechet, entre otros, e intérpretes de la talla de Billie Holiday, Peggy Lee o Frank Sinatra han interpretado algunas de sus composiciones en sus propios discos.

En breve estaréis actuando en XII Festival Sevilla Swing!, ¿qué significa para vosotras estar en el certamen?

En lo musical, para nosotras siempre es un placer poder tocar en estos festivales, volver al Swing, al origen y a la tradición del Jazz.

En el aspecto comunitario, creemos que es un regalo que este movimiento del Swing haya cobrado tanta fuerza en los últimos años gracias al esfuerzo de asociaciones que cada día se superan creando afición y que además interactúan y colaboran entre ellas de forma encomiable.

¿Qué se encontrará el público asistente durante vuestro concierto matinal?

Vamos a presentar un concierto que hemos titulado “The Swing Collection” en el que interpretaremos temas de los años 30 y 40 popularizados y/o compuestos por nuestras referentes: Lilian Hardin, Ivy Anderson, Ethel Waters, Ella Fitzgerald o Anita O’Day. Queremos que toda la comunidad del Swing salga a bailar y disfrute con la música.

¿Creéis que en algún momento este tipo de homenaje, como el que vosotras habéis hecho, ya no será necesario?

Confiamos en que sea así, que la normalidad en la música y sus instituciones sea paritaria: en festivales, bandas, técnicas, alumnado, profesorado… Nosotras no vamos a llegar a ver ese momento, por desgracia, pero para alcanzar nuestros objetivos, las mujeres hemos tenido que abrir muchos caminos y ser muy constantes. Nos gusta sentir que, al menos, algo estamos haciendo.

Es verdad que el tema de la autoría es algo que todavía no parece que tenga tanta relevancia como el nombre de una formación. ¿En algún momento pensáis que será una de las figuras, el nombre autoral, importantes que se conozca? O, ¿cómo pensáis que está esa parte en la música en estos momentos?

En el Jazz actual, mi impresión es que la autoría sí tiene relevancia y es muy respetada en general. Se reconoce la originalidad y se nombra y visibiliza a los/las compositoras, posiblemente por tratarse de estilos con público minoritario.

Pero creo que, efectivamente, en el mercado globalizado de música de masas, la autoría pierde su relevancia por estrategia de marketing. Se da más importancia a la captación de seguidores/as a través de aspectos no musicales. La estética en la era digital se ha convertido en el centro de, prácticamente casi, todo. En lo escénico, es desalentador ver cómo se intensifica el rol hipersexualizado de las mujeres.

Las cuatro estáis en el sector musical con este proyecto e individualmente, ¿me podéis decir cómo vivís el día a día para sacar adelante vuestros trabajos?

Nuestra actividad profesional es la música, aunque hoy en día es prácticamente imposible salir adelante únicamente como intérpretes. Las cuatro tenemos otros proyectos musicales y hacemos colaboraciones con otras formaciones. Tres de nosotras, además, nos dedicamos a la docencia: Laura es profesora en la Universidad de Cáceres, Virginia es profesora en el conservatorio de Córdoba y yo imparto talleres de Jazz Vocal en la Asociación Sevillana de Jazz, Assejazz, donde también dirijo el coro de la asociación.

Después de la pandemia tenemos un boom de conciertos y festivales, pero ¿cómo veis la salud del jazz en el panorama actual?

Actualmente, creo a nivel nacional, hay una oleada de intérpretes de Jazz bastante potente. En nuestro entorno, Andalucía, vemos un gran crecimiento de la afición gracias al esfuerzo de asociaciones sin ánimo de lucro y también de algunos agentes culturales que promueven este género en forma de festivales, ciclos, sin olvidar la aparición de la formación en grados superiores de Jazz en algunos conservatorios.

Creo que la demanda general de la comunidad de músicos y músicas de Jazz gira en torno a la escasez de espacios para tocar. Los festivales y ciclos tienen unas fechas puntuales, suelen ser anuales, ya que además muchos de ellos traen a grandes figuras del extranjero. Esto está muy bien, pero también nos gustaría que existieran más espacios con programaciones regulares o permanentes, donde poder presentar nuestras propuestas.

¿Un sueño por cumplir?

Como Four Women Quartet creo que hemos superado nuestras propias expectativas, así que prácticamente ¡sueño cumplido! Eso sí, nos encantaría tener los recursos para que a nuestro primer disco le siguieran otros muchos con más historias de mujeres en el Jazz. En ello estamos.

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