Casualidad y causalidad que nos vayamos a encontrar en pocos meses con varias películas con el telón de fondo del consentimiento en cuanto a las relaciones sexuales. La primera fue How to have sex, ahora HLM Pussy y poco después El consentimiento.

Cada una tiene aristas distintas, pero con el denominador común de las relaciones consentidas o no, y en parte también el apoyo que se tiene alrededor. Aquí en HLM Pussy el enclave y epicentro de la cinta se encuentra en tres jóvenes emigrantes en Francia. Por lo que la directora ha abordado la temática desde una mirada que va más desde los suburbios y desde el equilibrio de encontrar el lugar donde crear raíces.

Amina, Djeneba y Zineb son tres adolescentes, de distintas capas sociales, inseparables y mejores amigas desde la infancia. Ahora en la adolescencia y lidiando con su papel de migrantes ante los ojos de la sociedad, Zineb es acosada por el mejor amigo de su hermano. Entre las tres graban un video captando parte de ese acoso sin tener un fin en concreto, sólo para tener una prueba de ello. Amina, en un arrebato de rabia y empoderamiento, lo publica en redes sociales pensando que así el problema desaparecerá. Hay un efecto rebote y su amistad se verá comprometida, ¿sabrán retomar el mando de su relación?

Un fondo interesante, el que propone HLM Pussy con la rebeldía de las tres jóvenes, de sus inquietudes y de sus miedos —que esconden con una pequeña altanería—, y su amistad. Una prueba de fuego dentro de la amistad y sobre todo dentro la resistencia de la mujer ante distintas situaciones de acoso, de diversos tipos de acoso, porque aquí no sólo se centra en el que recibe Zineb, al final las tres por intentar tener voz propia y querer tener personalidad propia son marcadas con el dedo, puestas en tela de juicio sin valorar lo que hay detrás de los hechos acontecidos y ante todo, la verdad.

Planteamiento, nudo y desenlace que no van acordes en su desarrollo, muchas lagunas y puntos que quedan inconexos en la parte del nudo, y que se precipita en el final. Por ello hay una falta de coherencia en el guion, que no en la historia, ya que es la vida misma, es la forma de llevarlo, de dar detalles por hechos cuando realmente no acaban casando en el puzle final. Pero aún así, la cinta tiene la importancia de la denuncia, de la empatía social, que no siempre es buena, pero sí que se realiza el planteamiento de evaluar cómo es el comportamiento social ante los abusos a las mujeres. El guion está realizado con seis guionistas, puede que cada uno haya querido aportar algo diferente, pero que en su conjunto no haya empastado del todo.

Lo más destacable de HLM Pussy son las interpretaciones de las tres debutantes, Leah Aubert, Salma Takaline y Médina Diarra, que aportan a su papel la energía de su etapa vital. Sus papeles son sinceros en pantalla, desbordan energía y dan sentimiento a cada personaje. Tres protagonistas diferentes que se compensan entre ellas, y eso sí que queda latente en la película, como los puntos de unión son muchos, como los de desunión, pero que entre las tres buscan el equilibrio para mantener su pilar más importante, su persona y después su amistad.

No seré de las que diga que la película es necesaria, porque la palabra en sí no me parece lo más apropiado, pero sí que aporta un granito más de arena para poner en valor a la mujer y denunciar los abusos, sea la etapa y edad que sea.

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