Cuando vemos una película donde un artista es retratado, vemos como todo se puede dulcificar o machacar por partes iguales. En Manolo Kabezabolo (Si todavía te kedan dientes es ke no estuviste ahí), todo tiene y cobra otro matiz, todo suena veraz, sincero, no siempre mirando a cámara, pero siempre hablando en primera persona a la vida y con su verdad.

Manolo Kabezabolo, un artista punk que de manera un tanto inverosímil ha traspasado el tiempo, el espacio y las modas, sin renunciar a sus esencias y principios, para convertirse en un icono contracultural.

Este documental nace desde la admiración del propio director al protagonista, admite que siempre siguió su carrera, y en pandemia es cuando comenzó a recopilar información y después le propuso a Manolo realizar el trabajo: Costó un poco, pero me dijo que sí y nos pusimos a trabajar. Después de cuatro años, pues ya tenemos el trabajo para el público.

Ha sido un trabajo codo con codo, teníamos una previsión de dramaturgia y de realización, pero a base de convivir y estar juntos, viendo por donde podía tirar el documental, todo ha salido de compartir tiempo y confidencias, de vivir muchos momentos fuera de la película, conocerlo y saber dónde podíamos estar y dónde no podíamos, que se podía contar y qué se podía dejar de contar.

J. Alberto Andrés Lacasta

Y sí, ha contado mucho, Manolo, ha dejado, posiblemente poco en el tintero y en su recámara de persona y personaje, su vida y sus pliegues han salido a relucir, su vida dentro de los psiquiátricos ha sido mostrada y contado, y su faceta de punk ha sido plasmada tal y como la vivió y la recuerda. No ha dejado fuera de su escena personal la profesional, ya que para él ambas han ido de la mano y han influenciado en la otra. Según el director, lo mejor de la cinta y por lo que destaca es por la cercanía y la naturalidad que transmite al espectador, siendo el gran mérito de la cinta.

Mucho material provino del mundo punk, algunos en Youtube que ya estaban vistos, por lo que buscamos material inédito y restaurando porque no estaba en buen estado. A partir de ahí comenzamos la parte de archivo que está en la película. No quisimos que fuera lineal por ello no va en orden cronológico, pero sí queríamos que el principio fuera de dónde surge el ser artista y dejar claro sus orígenes, partiendo del servicio militar, y la película desde ahí ya volaba sola, ya sabías que era Manolo, su contexto, su realidad y su evolución, y que quería ser punk, ya ahí podíamos cortar y volver sin perder un hilo.

J. Alberto Andrés Lacasta

Efectivamente, la linealidad no es definitoria del trabajo, y nos lleva por terrenos altos y bajos del artista, con sus aristas, con sus subidas y bajadas, pero siempre dejando claro de dónde viene cada etapa y a dónde quiere ir la persona y el personaje, que en poco difieren. Admite que tocar el tema de la enfermedad de mental pensaba que iba a ser lo más complicado, pero no, nos cuenta que fue Manolo quien puso todo en su sitio: desde el momento que él habló con naturalidad, horizontalidad sobre el tema, sin penas ni lágrimas, nos lo puso fácil, porque no queríamos caer en esa facilidad de documental homenaje, en ese cliché. Manolo no destaca ni por su ego ni por su vanidad, y lo dejó claro desde el primer momento. De hecho, sus letras y su carrera artística lo delatan y al contarlo con naturalidad hacía que el poder de llegada fuera mucho más contundente.

Tuvimos también la oportunidad de hablar con el propio protagonista, Manolo Kabezabolo. Nos cuenta que la propuesta del documental llegó en un momento donde él realmente quería contar muchas cosas de su vida, y para él fue como un deseo conseguido. Manolo plasma todo lo que siente en sus letras, y aquí no iba a ser menos, la palabra honestidad define a su persona.

Realmente todo el equipo y el propio director se han portado muy bien conmigo, adaptándose a lo que quería contar, y cómo quería hacerlo, de muchas cosas que tenía para mí. Sobre todo el tema mental, porque es muy triste la cantidad de gente que está sometida a tratamientos que en muchos casos están basados en medicina, y deberían estar apoyados en terapia y en otros aspectos que la sociedad no contempla con tanta alegría que no sean farmacológicos.

Manolo Kabezabolo

En todo el metraje el artista demuestra su capacidad constante de superación, pese a sus momentos difíciles, pese a los traspiés de la vida y de su enfermedad, y nos comenta que en todo ello, en remontar, la música ha tenido un papel fundamental, el hecho de poder contar en sus canciones lo que sentía, vivía, y por lo que quería protestar le daban alas para seguir. Para mí ha sido un refugio, un apoyo y un arma de luchar, contra mí mismo, en muchas ocasiones.

El documental recoge muchísimas declaraciones de personas que estuvieron en el entorno profesional de Manolo, y que al mismo tiempo también formaron parte de la personal. Intervenciones que apoyan en todo momento los vaivenes del artista, pero destacan su profesionalidad pese a todo, y ante todo.

Ambos tienen el mismo sueño, seguir con su carrera profesional con la misma libertad que hasta ahora. Manolo en breve estará sacando un nuevo trabajo, y Alberto ya tiene en mente su próximo documental.

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