El próximo día 8 de junio arranca Cádiz en Danza y ese mismo día Averno de la Compañía Marcat Dance es la obra que inaugurará en los teatros el festival. La representación tendrá lugar en el Gran Teatro Falla a las 21:30 horas.

Averno es un viaje transformador, físico y emocional que encierra una búsqueda: la reconquista interior. Transita entre lo colectivo y lo individual en busca de la esencia.

Mario Bermúdez, director, coreógrafo y bailarín de la obra, además de ser uno de los fundadores de Marcat Dance, nos desgrana los interiores de Averno y su mirada sobre el sector de la danza en estos momentos.

¿Cómo nace La Compañía Marcat Dance?

Nace en Israel en 2016, cuando junto a Catherine Coury decidimos invertir nuestro tiempo en crear nuestra compañía y valorar nuestro proyecto artístico. Tirar para adelante confiando en nuestro criterio como bailarines y coreógrafos.

7 años desde la formación de la compañía, y con una gran acogida por parte del público, de los espacios, teatros y festivales, ¿cómo habéis vivido estos años?

En estos años que estamos asentados en España, en Vilches, en el pueblo de Jaén, donde yo nací, es todo un lujo y una satisfacción porque era difícil la confianza en establecer una compañía en España y poder dedicarte a esta profesión. Con mucha confianza, entrega y empeño estamos halagados porque estamos actuando en los mejores festivales a nivel nacional e internacional, y con mucho tesón queremos seguir haciendo hincapié en mayores logros, pero siempre desde la humildad y la positividad.

¿Los premios dan alas o responsabilidad ante lo venidero?

El premio es un reconocimiento, una plataforma y un escaparate, pero igualmente los festivales, el estar constantemente día a día, pico y pala, también es lo que te da y posiciona en apostar por un equipo profesional, y eso tiene el mismo valor que un premio. Hemos tenido diferentes versiones, de recibir un premio y no hemos conseguido nada más allá que el reconocimiento, al final estar el día a día, el que te contraten te da esa visibilidad igualmente y posicionado tanto a nivel nacional como internacional.

¿Con qué trabas os encontráis para sacar adelante vuestros proyectos?

Es fácil de contestar, la falta de entendimiento a esta profesión lo primero, la falta de tiempo y espacio, la falta de presupuesto para la creación, para las giras, todo lo que conlleva mantener una compañía de danza contemporánea, y falta de un poco de sensibilidad a la hora de las contrataciones, ya que la danza contemporánea requiere unas condiciones específicas a nivel nacional, es difícil encontrarte con programadores y técnicos que trabajen con esa sensibilidad y delicadeza que requieren las artes escénicas.

El día 8 de junio estaréis en Cádiz en Danza con «Averno», ¿qué se va a encontrar ese día el público?

Vamos a estar con muchísima ilusión y con muchísima entrega en el festival, simplemente por la entrega y el afecto que tenemos al festival y por ser nuestra tierra, donde tenemos base. Lo hace mucho más especial, como compañía y andaluces. Se va a encontrar ese viaje visceral donde todos los intérpretes nos adentramos en ese mundo del Averno, donde transitamos como paisajes, como aventureros, como almas atrapadas que queremos ir constantemente avanzando, progresivamente en esos círculos ascendentes desde lo más profundo para querer ir saliendo poco a poco. Queremos que el público se adentre con nosotros y que salga también, que haga un viaje transformador que es de lo que trata este espectáculo.

¿Cómo ha sido la creación de Averno?

Nace desde una frustración personal en conexión con lo artístico, con lo externo que nos rodea, con las trabas que hemos estado hablando a priori, adentrarme en ese mundo tan oscuro al mismo tiempo que me estaba leyendo La Divina Comedia de Dante. Ha habido mucha simbología y simpatizaba mucho con lo que estaba viviendo y al mismo tiempo con el libro, fue muy fructífero sacar movimientos, energías, escenas y emociones desde este proceso creativo y dentro de lo oscuro era muy liberador el que el cuerpo, alma, corazón y mente esté presente en el estudio y dejarte llevar por estas emociones, y al fin al cabo sentía esa sensación de liberación y hacía que el viaje fuera transformador y de ahí venía la idea, que el cuerpo se transformaba y que ese agotamiento, esa fisicalidad exhaustiva nos transformara. Fue una creación muy especial que siempre la voy a llevar muy presente.

Buscáis el interior de la persona, ¿la eterna búsqueda del ser humano para entendernos y entender al resto?

Siempre buscamos en lo más profundo nuestro, en los tejidos más delicados, porque nos hacen apreciar lo que es la sutileza, tanto del intérprete, del bailarín como de cualquier profesional. Es ir a lo más profundo, lo más sutil, delicado, pulido y verdadero, por eso indagamos ahí, yo como coreógrafo, en los bailarines que es alma más pura, libre y limpia.

También indagáis en la individualidad y lo colectivo, ¿extremos pero complementarios en la parte narrativa?

Son dos cosas que van de la mano, pero hay que conocerse a uno mismo, como individuo, para desarrollar y compartir cómo eres tú y ponerlo en conjunto en esa homogeneidad que da el colectivo; yo soy de un color y el otro es de otro, pero como ambos pueden permanecer en el mismo arcoíris. Es siempre un trabajo a desarrollar tanto en Averno como en cualquier otro tipo de trabajo, porque para mí el buscar el individuo más personal, más puro, es lo que va a crear que el grupo tenga ese entendimiento y escucha de ir hacia adelante, y en escenas más tediosas, porque va a haber más entendimiento entre nosotros y vamos a ir más allá.

Otra seña de identidad vuestra es apoyaros e inspiraros en distintas culturas, ¿qué aporta indagar en ello?

Es nutrirte, es comer de distintos aromas, de alimentos, de sabores. En la danza es lo mismo, es nutrirte de otros ritmos, de otras sensaciones, de otros tiempos, de otras formas, de ver el espacio. A nivel coreográfico es muy gratificante, absorber todas esas culturas e ir más allá tanto a nivel coreográfico como de emociones, siempre es un plus.

¿Qué significa para vosotros estar en Cádiz en Danza?

Es siempre como bailar en casa, bailar en Andalucía. Tenemos mucho aprecio al festival y mucho más cuando en esta ocasión abrimos el festival, es un lujazo, un privilegio, emocionarnos como individual y colectivo, y eso quiere decir que llevamos la pieza y nos adentramos mucho más aún, porque eso requiere que estemos felices, y esas ganas de adentrarte por el público y el Teatro Falla, nos hace que lo queramos más, vivirlo y disfrutarlo más.

¿Tiene lugar la improvisación en vuestras obras o no tienen cabida, ya que la perfomance es una seña de identidad en vuestros trabajos?

Siempre está, siempre estamos improvisando, todos los bailarines lo hacemos en clase y en todas las obras hay secciones en las que dejo que el bailarín, dentro de unas pautas ligadas y llevadas, pueda hacerlo, porque es necesario dentro de este mundo que nosotros también exploremos esa sensación de libertad, que no sea todo coreográfico y dejar salir esas ambiciones y pautas, pero desde un punto de vista mucho más liberado, que no sea tan mental, que salga lo más visceral. Por ejemplo, en Averno hay secciones improvisadas, por eso es una parte muy importante y necesaria.

¿Cómo es vuestra forma de crear?

Siempre nace desde un estímulo, unas imágenes, acciones sobre todo, también va ligado al estado que yo me encuentre y eso hace también a la hora de la creación, pero primero investigamos de imágenes, de libros, de película, todo muy visual y de cómo llevarlo al cuerpo, y dependiendo de la forma física que esté yo y desde ahí partir para crear un lenguaje cada vez distinto en la creación, obviamente dentro del mismo mundo, porque no dejo de ser yo quien crea y baila y hay una identidad muy personal, siempre nos adentramos desde esos lugares y son los inicios de la creación.

Si os pregunto por el estado de salud de la danza, ¿qué me diríais?

Muy buena pregunta. La danza está siempre con la sensación de febrícula, está casi siempre con el termómetro al lado, porque en cuanto te descuides sube la temperatura, y ese subir es que se olviden de ella y estamos siempre en ese estado de ser complicado de bajar, de tener que estar con esas toallas en la frente, para bajar, para estar constantemente encima de ellas. El estado es delicado, me gustarían más ayudas, tener mejores salarios, que no tuviéramos que estar siempre rogando, que la danza es un trabajo igual que otro y hay que dedicarle y hay que darle porque es necesario, la danza es terapéutica. La danza sufre de fiebre, pero nosotros curamos la de los demás, el alma, la mente; hay que apostar por ella más y no ser nosotros quienes pongamos esos paños en la frente sólo, también las personas externas, no sólo los artistas.

Fuisteis los impulsores del Festival Vildanza y lleváis la dirección artística, ¿cómo nace el festival?

Nació desde que Catherine y yo decidimos volver de Israel. Nuestra conexión con la naturaleza siempre ha estado, incluso he estado en la sierra de Cazorla antes de ser bailarín, por eso cuando volvimos a Vilches vimos el potencial visual que teníamos alrededor con todas las sierras, Cazorla, Morena, los pantanos, las puestas de sol, el amanecer, el estado de la luna que es tan claro, tenemos esa localización tan preciosa del Santurario de la Virgen del Castillo, y a sus faldas que es donde se hace Vildanza. Queríamos conectar la danza con la naturaleza, lo presentamos en 2020, todo se aprobó porque la gente y la concejalía tenían ganas de tener un festival de este estilo. Ya vamos por cuatro ediciones con muchísima ilusión y ganas y esperemos seguir por muchos años más.

Averno recibió el Premio Talía a mejor coreografía de la Academia de las Artes Escénicas de España, ha sido premiado en los Premios Escenarios de Sevilla 2023, como mejor espectáculo, mejor bailarina Catherine Coury y mejor vestuario para Moisés Nieto. En la actualidad, es uno de los candidatos, con tres nominaciones, a los próximos Premios Max de las Artes Escénicas como mejor coreografía, mejor intérprete femenina y mejor espectáculo de danza.

Coreografía y dirección Mario Bermúdez Gil | Bailarines Mario Bermúdez, Catherine Coury, Marilisa Gallicchio, Javier de la Asunción, Andrea Pérez, David Eusse y Raúl Melcón | Directora de ensayos Catherine Coury | Composición y diseño musical Jose Pablo Polo | Dramaturgia Isabel Vázquez | Diseño de vestuario escénico Moises Nieto | Diseño de iluminación Mamen B. Gil | Dirección de producción y técnica Mamen B. Gil | Distribución Danzas del Mundo Management Claudia Morgana | Comunicación SURNAMES | Narradores Transmedia

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