El cierre de la decimoséptima edición de JazzCádiz, el 28 de julio, correrá a cargo de Pedro Cortejosa y Ensemble de Cuerda La Bramantina con FOCUS, bajo la dirección de Duccio Bertini. Un estreno absoluto como colofón del festival.

FOCUS fue compuesto por Eddie Sauter y grabado en disco en el 1961 con el gran saxofonista americano Stan Getz, se considera una obra maestra en la música orquestal de jazz y un trabajo que se presta a una gran diversidad de lecturas. Pedro Cortejosa y Ensemble de Cuerda La Bramantina han incluido diferentes cambios y actualizaciones, llevándose a su terreno todo un clásico.

Pedro Cortejosa, saxofonista y docente musical, de vocación y profesión, tiene la improvisación como leitmotiv de su música, dentro de sus composiciones y de su enseñanza. Protagonista del cierre del festival JazzCádiz 2024, nos cuenta qué encontraremos el próximo día 28 de julio en la clausura del certamen, y nos habla de su carrera profesional.

Toda una vida dedicada a la música. Para entrar un poco en tu contexto musical cuéntanos, ¿cuál es la razón por la que te decantas por el saxo para tu carrera profesional y por ende el jazz?

Comienzo muy tarde en la música de manera profesional, y aunque siempre me gustó la música, cantaba, tocaba la guitarra, componía canciones, todo era una afición, una diversión sin pretensiones. No es hasta los 25 años que me compro un saxo, porque en realidad siempre lo deseé, y comienzo a estudiar de manera más organizada. De ahí a dedicarme a la música como medio de vida hay una larga historia de vicisitudes, en las que la propia vida se encargó de enderezar una y otra vez el camino que yo elegía hasta llegar al día de hoy, en el que además de grabar, producir y tocar en directo con múltiples proyectos, también enseño en un conservatorio profesional. Lo del jazz fue el principal motor de todo este periplo porque lo que me lleva a mi situación actual es la búsqueda de cómo aprender a improvisar, de averiguar qué tenía que hacer para adentrarme en ese continuo, en el fluir de las ideas que se conectan entre sí para establecer un discurso lógico, sincero y absolutamente fruto del presente.

¿Cómo definirías el jazz?

Es un lenguaje de búsqueda personal, de ensoñación, que nos permite expresarnos como individuos libres y críticos en el mundo en el que vivimos. Es un lenguaje lleno de normas que hay que conocer bien para poder transgredirlas, el medio artístico para gritar o susurrar, para decir quién eres.

Focus se considera una obra maestra en la música orquestal de jazz, ¿cómo fue la elección de la obra?

Hace algunos años mi querido Pablo Mazuecos organizó unos encuentros de jazz y cuerdas en Clasijazz en Almería. Cuando me contó que en la programación estaría FOCUS le dije que quería hacerla. La había oído hacía tiempo, me sentía preparado e ilusionado para enfrentarme a ese reto. Se trataba de improvisar durante toda la obra, con la excepción de una o dos melodías escritas muy breves, sobre unas estructuras melódicas maravillosas tocadas por un ensemble de cuerdas, el sueño de todo improvisador. Así lo hizo maravillosamente Getz y así quería yo tener la oportunidad de estudiarlo a fondo para poderlo hacer. De aquel encuentro surgió un material que presenté al Festival de Jazz de Cádiz y la posibilidad de revisitar todo ese corpus para construir algo aún mejor.

Musicalmente, ¿qué significan para ti Eddie Sauter y Stan Getz?

Getz andaba ávido de algún éxito que avalara su vuelta a EE. UU. tras vivir unos años en Europa, así que encargó a Sauter una música que pudiera proporcionarle ese trampolín. Sin duda es una de las obras más interesantes que aúnan los dos universos del clásico y el jazz, la música dirigida e interpretada por una formación de cuerda y la interacción de todo ésto con un solista omnipresente y una sección rítmica que flirtea entre lo obligado de la partitura y las propuestas que lanza el saxofón solista.

Stan Getz ha sido siempre un referente en mi carrera como saxofonista y tengo una anécdota de cuando empecé a tocar el instrumento. Aún no sabía nada de notación musical y la primera cosa que aprendí a tocar fueron todas esas melodías y solos del disco Jazz Samba de Getz. Para transcribir esa información, usé mi propio sistema de notación musical, unas rayas, puntos, o asteriscos que decían cómo de larga, corta o acentuada era esa nota concretamente. De esa manera, Getz está ligado al inicio de mi carrera y vuelvo a él una y otra vez.

Dirección, cuarteto de jazz y Emsemble, ¿cómo entra cada una de las partes y artistas a formas partes de Focus?

El proyecto se presentó originalmente con Duccio Bertini, un director italiano con el que he trabajado en varias ocasiones anteriormente. Duccio escribe muy bien para gran orquesta y hemos compartido diferentes proyectos. De hecho, él fue el que me propuso ante Pablo la primera vez como candidato ideal antes de que yo le comentara mi deseo. Tanto la sección rítmica como el ensemble de cuerdas con el que tocaremos ahora es diferente de la vez anterior. En el caso de la cuerda quería que fueran músicos de la zona, gente muy potente que está más o menos cerca de Cádiz y con las que me vincula una sintonía personal. Con la sección rítmica incluimos esta vez vibráfono, que no existe en la partitura original, pero quería que Arturo Serra estuviera a mi lado en este proyecto. El contrabajista es Javier Delgado, compañero de batalla de mil y una historias y el baterista será Martin Andersen, un gran músico Danés que sí que estaba en el primer Focus. Junto a Duccio y a mí mismo somos los únicos que repetimos.

Con todos ellos, además de su gran valía como instrumentistas, tengo una gran afinidad musical y emocional, para mí, fundamental a la hora de elegir el personal en cualquier proyecto.

¿Nos puedes contar como ha sido la adaptación a vosotros y el trabajo en conjunto?

El trabajo en esta fase actual es de planificación de las secciones. Tanto Duccio como yo estamos revisando el material sobre el papel. Él se está encargando de reescribir las partes para vibráfono, incluir batería en todos los números, ya que originalmente solo está en dos piezas, pero en este concierto estará en todas las partes, y abrir secciones originalmente cerradas a nuevas improvisaciones. Yo estoy trabajando en casa sobre el material, sugiriendo cadencias e interludios que conecten las distintas piezas y ofrezcan nuevas posibilidades de interacción jazzística a la obra.

La cuerda ya tiene la música y cada uno estudiará su parte tranquilamente en casa hasta que nos reunamos tres días antes del concierto para poner en común toda esta revisión. Ahí comenzarán los ensayos donde trabajaremos intensa y concentradamente en poco tiempo, pero con el material muy planificado para que ésto pueda hacerse.

En lo que veremos en Jazz Cádiz Focus ha sufrido variaciones, ¿cuáles son y cuál ha sido la complejidad de estas?

La revisión de Focus se podría concretar en los siguientes puntos:

1.- Se añadirán nuevas secciones, donde la sección rítmica podrá tener mayor interacción con el solista, además de abrir algunas de las secciones ya existentes a más repeticiones con otros posibles solistas, como el vibráfono o el contrabajo.

2.- La presencia de la batería en números que inicialmente no la contemplan le dará mayor dinamismo y una pulsión más en contacto con el ritmo jazzístico que con el aire clásico y más etéreo de la cuerda, que sin duda no pierde un ápice de su protagonismo, ni de esos momentos de atmósfera rubato.

3.- Inclusión de cadenas de unión entre los diferentes números, momento de virtuosismo de diferentes instrumentistas.

4.- La inclusión del vibráfono ya de por sí es novedosa, llevando a su cargo papeles habitualmente dirigidos al arpa o al piano.

5.- El gran protagonismo del saxo tenor, improvisador omnipresente, hace de cada concierto una única e irrepetible toma.

¿Qué ha sido lo más fácil y lo más complicado de este trabajo?

No hay nada complicado o fácil, o no sabría decirte que es. Todo es complicado y fácil al mismo tiempo cuando fluye.

Para mí es un reto constante improvisar durante una hora y media en la medida justa. Sin pasarte, dejando espacio para todos, y sin quedarte corto, ya que la obra está ideada para que el solista sobrevuele constantemente en un plano superior. Si el espejo donde te miras es el del grandísimo maestro Stan Getz puedes hacerte una idea del reto que supone ésto. Lo primero que hice fue transcribir todo lo que él hizo, lo estudié a fondo y aprendí muchas de sus ideas. Así, la primera vez que toqué la obra, me había empapado tanto de sus improvisaciones que salían solas conectadas entre sí mágicamente, algo hermoso que nos hace a los músicos ser herederos de un legado universal. Esta vez mi método de trabajo es distinto, y aunque podría seguir profundizando en Getz toda la vida, esta vez quiero encontrar mis propios caminos, encontrar mi voz más auténtica a través del vehículo que me ofrece la música de Eddie Sauter.

Este concierto será estreno absoluto, ¿punto de partida para girar?

Ojalá, pero llevar a escena este montaje con tantos músicos requiere de una producción que pocos programadores quieren asumir con un grupo integrado mayormente por andaluces. En el mejor de los casos podré repetir la experiencia junto a Duccio, en cualquier parte del mundo, pero con músicos de la zona allá donde fuésemos.

¿Qué significa para ti estar en Jazz Cádiz, y sobre todo, con este trabajo?

En 2016 presenté en el Festival jazz Cádiz, mi disco “12 Días”, fue una noche muy especial y tengo un bello recuerdo de ese momento. Desde entonces no he vuelto a tocar en el Festival y es algo que me apetece mucho. Cada vez que he sacado un nuevo trabajo mucha gente me preguntaba por qué no lo presentaba en el Festival. Claro que lo presentaba, pero no se escogen todos los trabajos que uno presenta. Es un honor para mí poder satisfacer a toda esa audiencia que me sigue, aquí en mi tierra, gente que me quiere y le gusta ver qué cosas nuevas tengo que mostrar. Me llena de orgullo y responsabilidad una tarea como esta, la afronto con muchísima ilusión y agradecimiento.

Lánzanos una invitación para no perdernos vuestra actuación

Este concierto es una oportunidad de vivir uno de los mejores encuentros, en una larga historia de desencuentros, entre el clásico y el jazz. El propio Eddie Sauter concibió FOCUS, según sus palabras, como siete cuentos de hadas diferentes… como si Hans Christian Andersen fuera un músico. Se trata de una música bellísima, llena de fantasía y posiblemente una de las pocas situaciones en las que dos estilos tan enfrentados convergen en un punto que rechaza todo tipo de etiquetas.

Estás acostumbrado a trabajar con proyectos grandes, estás con Andalucía Big Band, ¿qué te aporta esta parte de tu carrera?

Tocar en una gran orquesta es una experiencia fundamental para cualquier músico. Tanto la Andalucía Big Band (ABB) como otras orquestas en la que suelo tocar (Clasijazz Pro), sin lugar a duda me ofrecen una enriquecedora oportunidad para compartir con grandes profesionales a los que admiro y de los que aprendo muchísimo, además de nutrirme de la masa sonora orquestal, texturas y capas sonoras que dejan una huella indeleble en mi corazón.

Además de eso, mi último trabajo de composición, Dr. Frankenstein, fue escrito exprofeso para la ABB. Conociendo como conozco a los músicos que la integran, fue un lujo poder escribir una obra de tal magnitud, pensando en el sonido y personalidad de cada uno de ellos y asignándoles los diferentes solos según el carácter emocional que quería destacar en cada momento de la suite.

¿Cuáles son tus influencias musicales?

Muchas y variadas. La canción desde los cantautores como Silvio Rodríguez o Luis Eduardo Aute, la música orquestal desde Jean Sibelius a Darcy James pasando por Stravinsky o Bartok, los saxofonismos de Coltrane, Ben Wendel o Seamus Blake, las guitarras de Julian Lage o Bill Frisell, el rock sinfónico de Pink Floyd o Alan Parsons Project, la new age del Paul Winter Consort, etc. Daría para otra entrevista.

Muchos discos a tus espaldas, ¿cómo es tu forma de componer?

Supongo que la mejor manera de definirla es como nada pretenciosa. Si hubiera querido realizar alguna vez la canción de mi vida, no hubiera escrito nunca una sola línea. Intento dejar que fluya, sacar a la luz aquello que me ronda. Normalmente, parto de ideas no necesariamente musicales, me interesa mucho el concepto, qué quiero contar y sobre todo para qué quiero contarlo. El método cambia mucho de una pieza a otra, pero siempre estoy escribiendo ideas, anoto las que vienen, vete a saber de dónde, y luego las rehago, las desarrollo o transformo en otras nuevas. A veces lo hago desde la melodía, que me grabo cantando, a veces es una estructura armónica que me obsesiona, a veces es simplemente un relato o una película. Lo más importante para mí es dejar abierto ese canal de creación, sentirme conectado con el gran poder de la música y actuar como su medio de hacerse realidad.

¿Un sueño que cumplir?

Hay dos grandes bandas que forman parte de la banda sonora de mi vida. María Schneider Big Band y los Fellowship de Brian Blade. Con la primera, milagrosamente surgió hace un par de años la oportunidad de tocar bajo su dirección, desde entonces he hecho un par de encuentros y en noviembre haré una gira de 15 de días en España, Portugal y Bélgica. Esto es algo que no me esperaba que ocurriese y que da mucho sentido a todo el esfuerzo, ilusión y energía que he ido sembrando en este camino. Estar aquí, donde estoy ahora, ya es un sueño. Pero ¿quién sabe…?

DIRECCIÓN: Duccio Bertini CUARTETO DE JAZZ: Saxo Tenor Solista | Pedro Cortejosa Vibráfono | Arturo Serra Contrabajo | Javier Delgado Batería | Martin Maretti Andersen ENSEMBLE DE CUERDA LA BRAMANTINA: Violines | Lara Samson – Eva Amezcua – Ma Luisa Rico – Eva Calero – Jaime Calderón – Raquel Pavón. Violas | Elena Santiago – Carmen Verdugo. Chelos | María Romero -María Lomas

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