La bailarina y coreógrafa, eslovaca, Sandra Kramerová, estará presentando su último trabajo «Salto Moral» en la sala La Usina los días 7, 9 y 16 de junio.

Salto Moral conecta el desarrollo de la inteligencia artificial con la moralidad y sus repercusiones en la emancipación femenina, con el cuerpo como fuente de poder y opresión.

Un espacio, un cuerpo, una voz y un presente a debate desde la danza y la representación audiovisual. El movimiento del cuerpo como eje central en busca del pensamiento personal y los valores actuales. Hablamos con Sandra Kramerová sobre su carrera profesional y su última obra, Salto Moral:

¿Cómo nace tu pasión por la danza Sandra?

Para mí, la danza pone de relieve las paradojas de la vida, donde lo espectacular y lo riguroso pueden coexistir. Veo la danza como un acto de construcción/experimentación de tensión visual, dramática y física. La que te atrapa y no te suelta, haciéndote cuestionar y reimaginar lo que creías saber.

Mi pasión por la danza existe desde siempre, la euforia de improvisar e imaginar historias a través de mi movimiento. De niña tuve una profesora de danza maravillosa, que despertó en mí el amor por la danza y por la coreografía.

Siempre he sido una soñadora, haciendo coreografías y espectáculos de danza con mis amigas, mi hermana, mis primas, con cualquiera que estuviera dispuesto a bailar conmigo. Nunca me he planteado si bailar o no, simplemente siempre lo he hecho. Desde mi imaginación y desde mi corazón.

¿Qué quiere expresar Sandra por medio de la danza?

Como creadora de danza, me mueve la pregunta: ¿qué es la danza? ¿Cualquier actividad atlética puede presentarse como danza? ¿Cuál es el poder del cuerpo en movimiento y cómo el contexto le añade o le quita ese poder? ¿Cómo puede el movimiento potenciar u oprimir al intérprete? Cuando hacemos pública nuestra actuación, ¿quiénes somos?

Me gusta plantear cuestiones sobre la identidad y la moralidad femeninas, sobre todo reflexionando sobre mis propias experiencias culturales y ahondando en aspectos controvertidos de la fisicalidad. Por ejemplo, el movimiento utilizado como medio de propaganda política (Body as a Weapon), moverse para expresar devoción y amor absolutos (Dictatorship of love), moverse como una mujer, como un robot, como si no tuviera voluntad propia (Salto Moral), o demostrar que la danza es lo más importante del mundo (Dance lecture About dance, fireflies and the end of the world as we know it).

En estos momentos estás con tu trabajo Salto Moral, ¿cómo surge la obra?

En Salto Moral me intrigaba inicialmente la idea de encarnar a Alexa, que es una construcción virtual, pero muy presente en nuestras vidas hoy en día. Me pregunté: si existiera en la vida real, ¿Cómo se movería? ¿Qué haría? Quería ver si Alexa podría utilizarse como ayudante en un juicio moral, en el que aprende lo que es moral y políticamente correcto, basándose en las respuestas del público. Quería destacar el hecho de que estamos rodeados de opiniones y verdades absolutas todo el día y que ya no nos preguntamos si estas verdades que nos dicen son realmente éticas.

¿Puede que tu obra hable de la soledad y de la real incomunicación de nuestra sociedad, incluso de la manipulación de ésta?

Creo que más que de soledad habla de la manipulación de nuestro pensamiento creativo y de nuestra libertad mental. Nuestra libertad para pensar y sentir con una mente abierta, sin estar constantemente manipulados por fuerzas polarizadoras.

Has introducido una parte audiovisual, ¿qué te aporta a tu trabajo?

Con mi marido y colaborador Álvaro Congosto, hemos cocreado múltiples obras que utilizan la danza y el formato multimedia. Para mí, la parte audiovisual enriquece la danza aportando un contexto visual que asienta la pieza en un tiempo y un espacio concretos (ya sean referencias históricas o sociales, o con una función narrativa), lo que permite que la danza sea su propio elemento.

Sola en el escenario, sola durante 50 minutos, ¿cómo trabaja Sandra los directos?

Soy la única persona en el escenario, pero no estoy sola, ya que bailo con objetos, imágenes, música y voz. Así que, en cierto modo, estoy hiperconcentrada en estar presente en mis interacciones con estos elementos y, por supuesto, con el público.

Quiero que el público sienta mi trabajo, que se cuestione, que piense. Me interesa evocar imágenes y situaciones que sean a la vez espectaculares y moralmente imperfectas.

Una línea muy fina hoy en día entre la danza, la representación y la performance, ¿dónde están los límites o prefieres no poner etiquetas a los trabajos?

Pienso en la danza no como una forma o un estilo, sino como una declaración.

Para mí, la danza pone de relieve las paradojas de la vida, donde lo espectacular y lo riguroso pueden coexistir. Veo la danza como un acto de construcción/experimentación de tensión visual, dramática y física. La que te atrapa y no te suelta, haciéndote cuestionar y reimaginar lo que creías saber.

¿Qué trabas en el camino te has encontrado para sacar adelante este trabajo?

Mudarme a Madrid desde Ámsterdam, donde ya tenía un público y un circuito teatral, no ha sido fácil. Salto Moral es la primera obra que Álvaro y yo creamos en Madrid y, como acabamos de entrar en la escena de las artes escénicas, ha sido un reto conseguir que nuestra escena de trabajo tenga el mismo nivel de producción que en Holanda. Pero paso a paso 😊.

¿Cuánto tiempo has tardado en ver en escena la obra desde que iniciaste su proceso?

Comencé el proceso en septiembre de 2023 en una residencia en DT espacio escénico y lo presenté en escena por primera vez en enero de 2024. Suelo dedicar un tiempo largo a la investigación física, durante el cual surgen los detalles de la pieza. En ese momento, en conversaciones y sesiones creativas con Álvaro, construimos bloques de contenido, probamos cosas y hacemos un montaje final al final del proceso.

Si tuvieras que explicar al público asistente a tu representación qué se va a encontrar, ¿cómo sería?

Salto Moral es un espectáculo de danza audiovisual protagonizado por Alexa, vuestra guía virtual en el mundo de la moralidad absoluta y justicia suprema. Vosotros decidís que información moral darle a Alexa, para que se convierta en la Inteligencia Artificial más políticamente correcta del mundo. Salto Moral conecta el desarrollo de la inteligencia artificial con la moralidad y sus repercusiones en la emancipación femenina, con el cuerpo como fuente de poder y opresión.

Alexa habita en un mundo de superioridad moral, de justicia divina, donde todos los aciertos y errores están claros. Os ayuda a hacer los juicios correctos, traduciendo el «Sí» y el «No» en el cuerpo en un resultado incómodo y agotador. ¿Es Alexa libre? ¿Cómo se siente uno al verse obligado a saberlo todo? ¿Quién tiene el poder? ¿Alexa, tú o ninguno de los dos?

¿Ante cualquier creación que te es más complicado de desarrollar la forma o el fondo?

Es un diálogo constante. Suelo tener muchas ideas, mi mente está llena de ellas. Sin embargo, en el momento de plasmar el contenido en una forma llega el verdadero trabajo. Ahí es importante definir qué es exactamente lo que importa de la idea, cómo puede la danza evocar la idea, cómo pueden coexistir ambas cosas. Disfruto de esta conversación creativa en busca de la forma adecuada.

Hoy en día hay mucho talento, pero no en todas las ocasiones espacios para poder representar sus trabajos, ¿en qué estado de salud crees que está la danza y la cultura en general?

Creo que es una pena que la danza suela ser una de las formas de arte menos populares, cuando se trata de que el público acuda a ver danza. Entonces a veces resulta en públicos elitistas que ya están asociados a la danza de alguna manera y se siente como un club privado. Me encantaría vivir para ver un mundo en el que cualquiera pueda ir a ver danza y sentirse conmovido por ella, entenderla desde el corazón. Para que eso exista, la danza debe verse como un elemento cultural importante, no como un lujo, ni solo como una actividad estética decorativa. Si lo conseguimos, habrá más salas y más oportunidades de acoger a más creadores y artistas de la danza.

Has trabajado a nivel internacional, ¿qué diferencias encuentras a nivel cultural con respecto a España a la hora de poder llevar a cabo tus trabajos?

No he estado en España lo suficiente como para hacer una comparación exhaustiva con otras escenas de danza, pero como mencioné en mi respuesta anterior, la danza en España parece más escasa, más difícil de hacer realidad, más difícil de ganarse la vida con ella.

En los Países Bajos, no es raro ganarse la vida como coreógrafo independiente. Aquí veo que los artistas luchan más para poder centrarse en su trabajo artístico.

¿Referencias e influencias?

Oona Doherty, DV8, Pavel Zuštiak/Palissimo, Jefta van Dinther, Jan Martens, The Wooster Group

¿Un sueño por cumplir?

Presentar mis coreografías en festivales internacionales y grandes teatros.

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