El próximo día 19 de junio comienza la cuarta edición de Danza en la Villa -del 19 al 30 de junio en el Teatro Fernán Gómez- y en esta ocasión la obra que abre el ciclo es Jondo. Del primer llanto, del primer beso de Cia. Eduardo Guerrero / Seda.
Hablamos con Eduardo Guerrero, danzaor, como él se prefiere llamar, y quien admite que está encantado de estar en el ciclo, llevando a escena Jondo: un espectáculo que habla de cinco personas lorquianas y en el cual hablamos de Rosita, Don Perlimplín, Mariana, Adela y El Director. Tenemos un prólogo y un epílogo donde lo que queríamos es llegar a momentos concretos del desamor de cada uno de esos personajes, el sufrimiento que tuvieron por ello. De ahí, el título Del primer beso, al primer llanto.
Esta pieza se creó para un concurso y ciclo de Lorca y Granada, donde estuvieron un mes y medio en 2023. Para ello seleccionaron a cinco bailarinas y dos bailarines, un guitarra, trombón y batería, entre otros. Eduardo nos destaca que, gracias a Sharon Fridman en la creación de las coreografías contemporáneas, la dramaturgia y dirección artística por parte de Triana Lorite y sus coreografías flamencas han creado el conjunto que ha dado lugar a Jondo.
Teníamos que presentarnos al concurso desde la dramaturgia, ya que las bases eran así, y siempre hablaba con Triana que yo siempre a Lorca lo veía desde un sentimiento muy jondo, y relacionamos ese aspecto de la jondura de Lorca, con la jondura de los propios personas, pero a la vez estuvo dirigido al concurso del cante jondo, que fue uno de los primeros que se hizo a través del flamenco y que lo llevó a cabo Lorca. Por ello, unir esos tres perfiles de los jondos es lo que nos hizo concebir la pieza y cerrar el círculo del desamor, de la jondura del flamenco y del jondo del personaje literario de Lorca.
Eduardo Guerreo
Es la primera vez que Eduardo Guerrero crea un espectáculo coral, habitualmente suele estar solo en el escenario, por lo que, como nos cuenta, que en una pieza de tanta envergadura nada es fácil y todo es difícil. Era la primera vez que me enfrentaba a un poeta tan grande, a una literatura tan hecha por muchos artistas, pero lo más difícil fue trabajar con compañía y relacionarlo con mi forma de bailar y coreografiar esas piezas para más artistas y generar un material para el concepto que había que contar. Era una fase nueva para mí, y ahora mismo tengo mucho cariño y respeto hacia esa pieza, porque creo que se ha hecho una labor muy interesante. Además, tuve la ayuda de Sharon que él sí que suele trabajar con más bailarines y me facilitó el camino. Lo que más me agradó fue hacer ese manifiesto de Lorca, y destacar el epílogo, donde se concibe todo, y después de ver una pieza grupal, se queda la guitarra y el baile y se recrea una soleá que es ese camino, el epílogo, el cierre, de cómo se desnuda Lorca. Fue complicado insertar a los hombres, ya que Lorca siempre destacaba a mujeres, y poder transitar sobre todo los personajes, apareciendo en escena con tan solo una mirada. Fue mi papel y mi función, ser un lorquiano, una persona que está trabajando sobre esos personajes en su estado de desamor.
Lorca es uno de los personajes de la literatura que más se relacionaba con el flamenco, que más piezas hay sobre sus obras: El romancero gitano, Poeta en Nueva York… hay una gran base de flamenco en lo Lorca. Si tuviera que elegir una palabra, sería universal. Es uno de los poetas que más visibilidad nos ha generado y hablar de él es hablar de lo eterno. Nunca parece que termine su mundo imaginario en el cual convivimos todos. Soy gaditano, y él lo concebía todo en los pueblos de Granada, y en Cádiz se siente todo como si fuera un pueblecito, y en las historias y personajes en los que se basaba resultan tan reales que hace que estuviera muy presente el pueblo.
Eduardo Guerrero
Es perfeccionista y dice que cuando crea le gusta partir desde la dramaturgia, sentarse con la persona que va a estar en esa parte, para hablar de lo que quiere contar. Muy importante para Eduardo ese primer vuelco de ideas y de cómo se van transformando y viendo cómo se va transformando. Después en el conflicto del estudio, porque llevarlo a la emoción e indagar dentro de la profundidad del tema que quiere tratar es ya otra fase. Un trabajo es como un niño chico, que va creciendo poco a poco.
Hablamos del estado de salud de la danza y el flamenco hoy en día, y Eduardo cree que realmente hay una labor muy interesante de la manifestación de las piezas de los jóvenes creadores. Contamos la danza desde el lugar que estamos viviendo nosotros emocionalmente, aunque tenemos nuestros cimientos muy arraigados a esos personajes que admiramos, a esos maestros que nos han enseñado y nos han hecho entrar en círculo, pero finalmente tenemos una oportunidad de demostrar en estos momentos que la danza y el flamenco pueden convivir y que al final no son rivales, todo es sumar. Por eso siempre digo que soy danzaor, porque me encanta la danza y ser bailaor, pero el acompañamiento de esas dos formas de expresión al mismo nivel. Cuando en el momento del proceso acudes a la danza, o a un flamenco más arraigado, puedes acudir a él. Lo importante es tener una base técnica que hace que el bailaor se pueda subir a un escenario y mostrar en su brillantez todo el potencial que pueda tener.
Y si el tema lo enfocamos en cuanto a los espacios y las trabas para llevar a cabo su trabajo pone en bandeja dos talones de Aquiles, las barreras burocráticas para los creadores y los propios espacios y su falta de recursos y de medios para poder acoger espectáculos de grandes envergaduras, por ejemplo como el que van a llevar al Teatro Fernán Gómez, Jondo. Esto no son performance, son trabajos de mucho peso y que necesitan un espacio y presupuesto adecuado, a veces nos vemos obligados a crear piezas de piezas, reduciendo el tiempo y la forma para poder exhibirlo y no es lo deseado, lo importante podría ser mostrar la obra tal y como ha sido concebida. Por eso, al final tú mismo cuidas tu pieza y decides dónde quieres ponerla o dónde no, para que tu trabajo pueda brillar como quieres.
Con Jondo ya llevan tiempo, y para Eduardo ha sido algo muy a favor de la obra, porque ha crecido y madurado y en un valor de tiempo que para ellos es necesario para que el trabajo evolucione y cuaje. Hay mucho circuito con mucho producto, pero para un solo bolo y al año siguiente tienes que hacer otro estreno, y la pieza solo ha tenido tres funciones, y hay que entender que no se tiene que estrenar una por año, que tienen que tener un recorrido y sobre el mismo es donde se valora todo. Afortunadamente, nosotros hemos hecho 80 funciones de Jondo, y es lo interesante de la obra, su madurez y una proyección muy distante de la primera versión que teníamos del proyecto.
Si tuviera que animar a alguien, y decir el porqué tiene que ir a ver Jondo diría que porque hoy en día ir a consumir arte es importante, y basándonos en un personaje de la literatura tan potente como es Lorca, es mucho más interesante, y se van a encontrar una madurez artística, haciendo un género muy bonito hacia un personaje como él. Pero sobre todo, es necesario que el ciclo tenga este tipo de proyectos para apoyar a todos los artistas.