El Colectivo Mitómana / Artes Escénicas, junto con la Fundación Teatro Nacional Sucre y el departamento de Artes Escénicas de la Universidad San Francisco de Quito, representará Me·de·as dentro de la 39ª edición del Festival Iberoamericano de Teatro de Cádiz, el día 16 de octubre en el Teatro Falla.

Mediante un lenguaje contemporáneo teatral, el colectivo ha adaptado un clásico a los tiempos y desde una versión libre de la figura mítica de Medea. La representación tiene lugar desde la mirada de ser una mujer migrante, plasmando su destierro, además de su visión y vivencias de la maternidad. Doce actrices y bailarinas estarán en escena, dos músicos en vivo y contarán con proyecciones y cuatro bailarinas de danzas urbanas, realidad de mujeres migrantes, dando testimonio de su experiencia.

Para hablarnos de la Me.de.as, y de su trayectoria profesional, tenemos entrevista con Gabriela Ponce, una de las directoras de la obra, quien además ha realizado la dramaturgia:

¿Cómo nace tu pasión por el teatro?

Mi pasión por el teatro nace como espectadora, tuve la suerte de haber visto, desde pequeña, obras de títeres y teatro que me emocionaban muy particularmente. Ya en la adolescencia y juventud asistí a obras que me cambiaron la vida. Recuerdo haber visto una obra del grupo de teatro ecuatoriano Malayerba que me hizo decidirme por el teatro, estaba en la función y solo sentía la necesidad de ser parte de alguna manera de lo que estaba mirando. También recuerdo que más adelante vi una obra del grupo argentino Periférico de Objetos, y, en cambio, fue dimensionar las posibilidades de una obra a nivel de texto, de experimentación, de riesgo. Después de ver esa obra sentí muchas ganas de dedicarme a la dirección y la escritura escénica. Creo que hubo talleres y textos de dramaturgia y teoría escénica que fueron muy importantes, entre ellos un taller con José Sanchis Sinesterra que fue mi primera incursión en la dramaturgia y fue también transformador para mí en muchos sentidos.

Mucho tiempo en el sector, ¿qué cambios has visto y sufrido durante tu trayectoria profesional?

Precisamente el haber empezado por una inquietud muy centrada en la actuación, porque las escuelas en el Ecuador estaban siempre dirigidas a la formación de actores, y haber descubierto luego la complejidad y riqueza del lenguaje escénico, pasar a estar afuera, con la mirada implicada en todo lo que significa el montaje fue un paso a nivel personal muy importante.

Por otro lado, el haber tenido una comprensión del teatro muy restringida a la convención teatral y asistir a toda la expansión del dispositivo escénico, el surgimiento del teatro documental, del biodrama, del teatro de objetos, de las llamadas dramaturgias posdramáticas, todo esto ha enriquecido y ampliado tanto mi propia idea de lo que puede ser el teatro, y también mi praxis escénica y mis inquietudes como docente e investigadora.

¿En qué estado de salud se encuentra el teatro en estos momentos en Ecuador?

Creo que es un momento de mucha riqueza y heterogeneidad, en los últimos años surgieron algunas escuelas dentro de las universidades que han movilizado los lenguajes escénicos hacia lugares muy desafiantes y contemporáneos. Hay mucha diversidad y eso habla bien de la salud de un teatro.

Ahora mismo estáis de gira con Me.de.as, y uno de vuestros destinos es FIT (Cádiz) ¿qué significa para vosotros estar en el festival?

Sabemos lo que significa este festival y su compromiso histórico con la difusión del teatro latinoamericano. Estamos conscientes de que además el festival plantea una curaduría rigurosa y es una muestra del estado de las artes escénicas en el mundo, así que nos honra y desafía de maneras muy significativas.

Si nos centramos en la obra Me.de.as, ¿cómo surge la idea de llevarla a los escenarios?

Después de la pandemia el colectivo se planteó volver a hacer una obra de gran formato, desde el primer momento nos la imaginamos grande, con muchos cuerpos en escena, como una necesidad de volver a encontrarnos, a apostarle al teatro. Entonces discutimos mucho sobre posibles proyectos y nos llamó la atención trabajar sobre un clásico. Habíamos, hace algunos años, hecho una reescritura colectiva de Antígona y esta vez pensando en que la temática de la maternidad nos estaba interpelando a algunas de nosotras, decidimos trabajar en Medea.

Medea se enamora; deja su clan; mata a su hermano y destroza su cuerpo; traiciona a su padre; y luego venga el abandono de Jasón asesinando a sus hijos. Esto sabíamos de ella, pero, ¿Era posible imaginar otras versiones? ¿Cabíamos nosotras dentro de su historia? ¿Podíamos comprender sus decisiones, acompañar sus lutos, reconocernos en ella? ¿Recuperar al coro para que lo colectivo y heterogéneo vuelvan a ocupar el escenario?

Esas preguntas guiaron nuestra investigación.

Colaboración del colectivo MITÓMANA con el Colegio de Comunicación y Artes Contemporáneas de la Universidad San Francisco de Quito, ¿Cómo surge esta unión?

Algunos miembros del Colectivo Mitómana estamos vinculados con la Universidad San Francisco de Quito, como profesoras, alumnos, incluso estudiantes; así que planteamos el proyecto como una investigación dentro del área de artes escénicas de la universidad y así partió el proyecto.

No da vértigo llevar a los escenarios un mito clásico reinterpretado, o, por el contrario, ¿creéis que es necesario que los clásicos se adapten a los tiempos, pero así seguir recordando de dónde partimos culturalmente?

Creemos que la reescritura y el montaje de un clásico, significa un desafío para el presente: entender en el escenario, la potencia de un texto que, desde otro tiempo, abre un diálogo estético y político con el presente es un aprendizaje para entender precisamente los alcances de lo contemporáneo. Resignificar el mito, implica, siempre, un ejercicio de pensar el potencial inagotable de significados que porta para el presente y eso es lo que lo mantiene vigente.

Me·de·as es una obra que ensaya una aproximación a la cuestión de la maternidad. El personaje mítico de Medea es la inspiración para recrear escenarios que problematizan el afecto de la madre y es, además, el pretexto para pensar nuevamente la precariedad que atraviesa nuestros vínculos familiares más íntimos. Queremos replantear lo complejo y también lo paradójico que envuelve a la relación madre-hija, pero además expandir la noción de maternidad para entender su heterogeneidad también social: las muchas Medeas que habitan nuestro mundo.

Eurípides describe una imagen final que parece haberse invisibilizado frente al crimen que Medea se atrevió a cometer: subida sobre dos dragones, se eleva y huye hacia el Sol que la protege. Sobre esa imagen construimos también estas Medeas, una que vuela impulsada por las voces de las mujeres que la nombran y la invocan, un coro femenino que la acompaña y es la memoria de las maternidades en la que cada crimen se resguarda, cada luto y cada amor se contiene, cada meditación se protege y se cuida.

Se parte de Euripides, pero ¿qué más influencias hay en la obra para insertar temas actuales como la maternidad, la conciliación, el empoderamiento o la migración?

En la escritura escénica efectivamente se chocan y tensionan el texto clásico de Eurípides con perspectivas actuales, por ejemplo, las versiones de Christa Wolf, Pascal Quigñard, Chantal Maillard, principalmente. La obra incluye textos e ideas que están presentes en estos autores que también revisitan el mito para plantear sus propias versiones y que la problematizan desde su presente. Por ejemplo, en la versión de la alemana Crista Wolf, Medea habla en primera persona y cuenta su versión: no mató a sus hijos, sino que estos fueron asesinados por la ciudad que la persiguió a ella y a sus hijos por ser extranjeros. Eso nos llevó justamente a preguntarnos por la posibilidad de una o muchas Medeas migrantes, que como extranjeras sufren tantos tipos de violencia. Y lo que condujo también a incorporar a un grupo de migrantes que generosamente quisieron compartir sus historias con nosotras.

Fueron, además, para la investigación, fundamentales otros autores como G. Didi-Huberman, Emmanuel Coccia o Heléne Cixous. Leímos mucho juntas y creamos un universo visual también muy próximo a las ideas que nos provocaban estos autores.

Vuestra Me.de.as es mucho más que teatro, queréis que el público se vea inmerso en sensaciones visuales y emocionales. ¿Cómo se conjuga todo, la danza, lo visual, performance…?

Siempre ha sido para nuestro colectivo muy importante el aspecto escenográfico del universo que nos proponemos crear. Investigamos en varios materiales. En este caso, por ejemplo, probamos muchos materiales hasta dar con la cera que fue la que logró contener nuestros conceptos y sensaciones.

Tenemos la convicción de que el teatro es una experiencia sensible que tiene la ventaja de conjugar de manera simultánea varios lenguajes y atendemos con prolijidad a cada uno de ellos para que el montaje pueda poner todas esas escrituras en tensión.  

¿Cómo ha sido el proceso creativo de la obra y cómo es vuestra forma de ensayar?

Partimos por trabajar con una cartografía visual y conceptual que fue el resultado de nuestra primera etapa de investigación. A partir de allí comenzaron las actrices y bailarinas a proponer imágenes, secuencias, partituras. A su vez, arrancó la escritura de texto, que en primera instancia estaba constituido solo por las didascalias y que luego se alimentó con lo que sucedía con los cuerpos y las imágenes en escena. En este sentido, se puede decir que fue una escritura a pie de escena. Al mismo tiempo, las actrices investigaban con los objetos y las atmósferas que proponían los artistas visuales y de iluminación y con los músicos. Fueron seis meses de crear en una residencia con todos los artistas trabajando de manera simultánea para producir escenas, textos, fragmentos que fueron tejiéndose desde la dirección.

Ningún trabajo es fácil de sacar adelante, pero ¿cuál ha sido la parte más complicada de MEDEAS?

Precisamente el montaje, el encontrar la forma que contenga todos los lenguajes que se escribían de manera simultánea en escena. El material tanto textual como coreográfico iba buscando su propia forma de coexistir con el resto de materiales y eso implicó tener momentos de extravío y darnos el chance de navegar en esas pérdidas y con esas incertidumbres en escena.

Tenemos, además, cuatro migrantes que cuentan sus testimonios en la obra, esto fue un elemento de tanto peso, de tanta verdad, que fue difícil también de que conviva con ese otro universo más poético, más ficcional; o permitir que la ficción justamente se tense aún más con esa presencia testimonial. Fue un gran desafío trabajar con testimonios en escena y darles su lugar y su tiempo, dentro de la obra.

Ya lleváis un par de años con la obra, ¿qué evolución ha tenido?

Es una obra grande y ha sido difícil que pueda circular, así que creamos una versión de “lectura dramática” que nos ha permitido ir con la obra hacia otros escenarios y espacios. En ese sentido, con el tiempo se ha podido tener una relación diferente, quizá más próxima e íntima con el texto, ya que se ha trabajado más con él. El montaje de gran formato ha tenido pocas presentaciones.

¿Un sueño por cumplir?

Hacer de Me.de.as un proyecto que nos permita ponernos en contacto con otras madres migrantes, que quieran compartir su historia; pasar de una obra a un proyecto que pueda dar voz a mujeres que puedan incorporar su tránsito a un proceso escénico o a una obra que pueda resignificar esa experiencia de desarraigo.

LAS ME.DE.AS SON: Caymo Pizarro, Cristina Marchán, Tamiana Naranjo, Valentina De Howitt, Denisse Neira Vieira, Clara Francisca, Inma Potón, Nai Ramírez, Marglene Phillips, Lizbeth Cubides, Big Mame.
MONTAJE Y PUESTA EN ESCENA: Gabriela Ponce, Dolores Ortiz, Marcela Correa, Carolina Cedeño.
PRODUCCION: Katherina Paredes, Pablo Molina, Anahí Mora, Anita Méndez|
CONCEPCION Y REALIZACION ESCENOGRÁFICA: María José Terán, Daniel Mena.
ASISTENCIA DE ESCENOGRAFIA: Jessica Acosta. Manuela Larrea.
DISEÑO SONORO Y MUSICAL: Pablo Molina. Rafael Valarezo
DISEÑO DE VESTUARIO: María José Terán.
DISEÑO DE ILUMINACION, VISUALES Y TECNICA:: Daniel Mena
FOTOGRAFIA: Florencia Luna.
DISEÑO GRAFICO: Verónica Santillán.
TEXTO: Gabriela Ponce.
VISUALES: Anahí Mora.
ESTILISMO: Juan Pino

Recibe nuestra Bienvenida a La Estrategia Del Caracol. Puedes dejarnos un comentario si quieres.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.