Vuelve el ciclo Nuevos Territorios en tono de jazz a la Sala Berlanga, los días 4 y 5 de octubre, de la mano de la Fundación SGAE. Contará con la participación de Eva Català Group, Xan Campos Cuarteto, Irene Reig Cuarteto y Bruno Calvo Quartet, iniciándose el ciclo con una charla entre Moisés Sánchez (pianista de jazz y programador del ciclo) y el periodista Luis Martín (Director artístico de Jazz Madrid).
Para este ciclo hemos tenido la oportunidad de entrevistar a Xan Campos, que estará actuando el próximo día 4 de octubre a las 19:30 tras la charla de Luis Martín y Moisés Sánchez y la actuación de Eva Catalá, y mostrando su particular mirada del jazz junto al folclore gallego.
¿Cómo nace tu pasión por la música?
Mi abuelo materno es músico. Desde los años 40 y 50 tocaba la batería en grupos de música ligera, como la orquesta Chicos del Jazz, y después se centró más en componer y tocar para bandas de música. Todavía hoy, con 96 años, me lo encuentro a veces rompiéndose la cabeza delante del piano. Él me dio mis primeras lecciones de solfeo y piano cuando tenía 6 años. Después empecé en el conservatorio y posteriormente en la Orquestra de Jazz do Morrazo. Como me lo pasaba bien y no se me daba mal, con 13 años me anoté en el Seminario de Jazz de Pontevedra y ya todo fluyó de manera muy natural. Creo que lo que más me enganchó fue sentir que era parte de una comunidad, un grupo de gente con la que conecté mucho, más o menos de mi edad, que disfrutaban tocando jazz y tenían ganas de compartir y aprender juntos.
Pianista, ¿cómo fue esa elección para tu carrera profesional?
Eso fue cosa de mi abuelo. Él consideró que el piano era el instrumento más versátil y que me daría una visión de la música más completa. Creo que no estaba muy equivocado, es un instrumento muy visual e intuitivo, en el que es muy fácil entender la armonía, y que ofrece un montón de posibilidades a nivel de registro, dinámica, expresividad, texturas… pero bueno, cada instrumento tiene su propia magia. En realidad, creo que da un poco igual el instrumento que toques; es una herramienta para expresar lo que llevas dentro.
En estos momentos vas a estar dentro de Nuevos Territorios, ¿qué significa para ti?
Es una alegría inmensa porque, aunque he tocado mucho en Madrid, no lo he hecho tantas veces presentando mi propia música, sobre todo en los últimos años. Además, es un formato muy bonito, compartiendo escenario con otras bandas con propuestas muy interesantes, todas ellas seleccionadas por el criterio de un músico increíble como es Moisés Sánchez. Es un honor que nos haya elegido para formar parte de este ciclo.
Estarás con presentando tu nuevo disco Amorod(i)os ¿Cómo ha sido su creación?
En realidad, estamos todavía en el proceso creativo del disco y la idea es grabarlo el próximo año. Es un proyecto que, por un lado, es continuista con el concepto y la identidad musical que fuimos forjando a lo largo de los años con Xan Campos Trio, pero, por otro lado, tiene elementos que son completamente rompedores con mis discos anteriores. El más significativo es la incorporación de la voz, además con un enfoque tan puro, tan ligado a la transmisión oral y al folclore, que es lo que nos aporta Faia Díaz. Es la primera vez que compongo canciones con letra y creo que me ha hecho encontrar nuevas sonoridades que incorporamos a nuestro lenguaje.
Conjugas el folclore gallego, tu tierra natal y el jazz, ¿cómo es esa forma de llevar tu música natal al jazz, y mezclarla?
Bueno, a pesar de que quizás el jazz no es la música que más escucho en muchos momentos de mi vida, sí me considero músico de jazz porque el enfoque con el que afronto todo el proceso creativo, desde la práctica, la composición, la forma de trabajar, hasta la mentalidad a la hora de tocar e improvisar, es el propio de un músico de jazz. Lo que sí intento es que, a nivel estético, toda la música que me gusta pueda tener cabida en mis proyectos, no cerrarle la puerta solo porque no se corresponda con la tradición jazzística más pura. En esa conjunción de influencias no podía faltar la música que me es propia y que forma parte de mi identidad cultural. Con la música tradicional gallega llevo trabajando muchos años, explorando cancioneros, aprendiendo ritmos y melodías y experimentando cómo pueden hacerse compatibles con el enfoque y la instrumentación del jazz. En este proyecto gana algo de peso por la presencia de la voz y la percusión tradicional, pero diría que es solo una influencia más en el universo sonoro de la banda.
¿Qué dificultades te has encontrado para sacar adelante este proyecto?
Creo que no es una época fácil para las y los músicos, sobre todo para las personas que hacemos música por su valor artístico, cultural y emocional. Me da la sensación de que cada vez la industria musical es más poderosa y mueve más dinero, pero que las y los artistas, o por lo menos la gran mayoría, siempre vamos a ser el eslabón más débil, los más precarios, y que la música en sí es lo menos importante para la industria, convirtiéndose simplemente en un producto comercial que se pueda vender lo mejor posible. Sé que es una visión un poco negativa, pero bueno, aquí seguimos en la lucha, todavía con motivación para conservar durante mucho tiempo el idealismo y romanticismo por los que nos dedicamos a esto.
¿Qué nos vamos a encontrar en ese concierto?
Vamos a tocar composiciones originales, la mayoría de las cuales formarán parte de nuestro próximo disco y algunas recuperadas de discos anteriores de mi trío. Creo que es una música que va a sorprender a la gente, que es bastante diferente y personal, con un enfoque jazzero pero con sonoridades de rock, pop, música clásica, folclore gallego… Pienso que es un concierto muy atractivo para todo tipo de público.
¿Qué importancia crees que tiene este ciclo de jazz para la música y el género en particular?
Creo que es muy interesante que haya ciclos y festivales programados por músicos, que conocen bien la escena y programan según su criterio musical. Es una forma de ofrecerle a la gente la oportunidad de descubrir nuevas músicas. Es importante tener alternativas al modelo de macrofestivales, de grandes productoras y donde se mueven muchos intereses económicos. ¡Apostemos por pequeños formatos y programadores independientes!
¿Nos puedes presentar a quienes van a estar contigo en el concierto?
Tengo la enorme suerte de poder tocar con algunos de mis músicos favoritos del mundo, y lo digo completamente en serio.
Faia Díaz es una de las voces más increíbles de la música gallega. Me pone los pelos de punta al escucharla, me transmite toda la pureza y la emoción del canto tradicional.
Virxilio Da Silva es un guitarrista espectacular, da igual que toque jazz, rock, surf o lo que sea. Con mucha personalidad y mucho criterio musical. En este proyecto participa principalmente con el bajo, con el que ofrece una manera de tocar única.
Iago Fernández es mi hermano musical, aunque ahora vivamos a 1500 km de distancia. Desde pequeños hemos aprendido juntos, hemos tocado y hemos vivido muchas experiencias uno al lado del otro. Tocar con él es como hablar con la persona en la que más confías. Es un músico increíble, con un talento y un gusto brutales y una capacidad enorme para provocar emociones desde la batería.
¿Cómo es tu forma de componer?
Soy una persona muy rítmica, así que muchos de mis temas surgen de ideas rítmicas, aunque otras veces parto de elementos harmónicos o melódicos. Ahora por primera vez he empezado a componer a partir de letras y de las emociones que estas me provocan y está siendo toda una experiencia.
Muchas veces compongo sin querer: me pongo a tocar, pierdo la noción de la realidad y sin darme cuenta acabo llegando a ideas que sirven de origen para temas. A veces tengo una idea estancada durante años y de pronto, en un momento, se genera un tema entero a partir de ella, como si todo estuviese ahí guardado esperando a salir de golpe.
Pianista y compositor, ¿de qué se nutre Xan Campos a la hora de componer?
A pesar de que, como comentaba antes, aparecen de forma natural en mi música influencias de grupos de muchos estilos diferentes (con clara recurrencia de sonoridades de bandas como Radiohead, Grizzly Bear…) me he dado cuenta de que estoy muy marcado por toda la música clásica que he tocado y escuchado desde pequeño. Además, he tenido la oportunidad de formarme en técnicas de composición sobre artistas como Debussy, Ravel, Stravinsky, Schoenberg o Messiaen. Como a muchas músicas y músicos de mi generación, me marcaron especialmente las clases con Guillermo Klein. Es genial cómo consigue convertir cada mínimo detalle en un universo, en una vida entera, en la emoción y el entusiasmo más profundos.
Además de estar en solitario y cabeza de proyecto, colaboras con otros artistas, ¿qué te aporta compartir música con otros compañeros?
Me encanta tocar la música de otros, tanto o más que la mía propia. Es genial sentir que aportas un trocito de tu personalidad a la música de tus compañeras y compañeros y nutrirse de su mundo musical, formar parte de él. Por suerte he tenido la oportunidad de tocar en proyectos increíbles de muchos estilos diferentes. Eso me da mucha felicidad y mucha paz.
Estás con nuevo disco, pero, ¿no sé si siempre se están con próximos proyectos o te centras en la presentación de lo actual?
La verdad es que uno siempre tiene mil cosas en la cabeza que le gustaría hacer y ojalá sea así siempre porque significa que tienes inquietudes, que estás vivo y con ganas de descubrir. Pero ahora el mundo va demasiado rápido y no está mal alargar los procesos para disfrutar más de ellos. Hoy en día parece que hay que sacar algo nuevo cada dos días para no quedarte atrás. Creo que es bueno para todos romper con eso y explorar hasta dónde puede llegar un proyecto, hasta donde podemos desarrollar y transformar nuestra música. Dándole tiempo a las cosas, podemos descubrir todas sus posibilidades.
¿Un sueño por cumplir?
En realidad, nada especial. Me gustaría poder seguir tocando con la gente que admiro, como he tenido la suerte de hacer hasta ahora, y seguir teniendo tiempo para estar con mi gente y disfrutar de la vida.