Barraca XXI se basa en parte en la labor que hacía Lorca en su época, algo pedagógico que trataba de llevar la cultura a sitios donde no tenían acceso o llegaba con dificultad. A José Ramón da Cruz le encargaron el taller de cine.

Este taller cinematográfico se realiza en el I.E.S. Villa de Vallecas, promovido por la Fundación SGAE (Sociedad General de Autores y Editores) en colaboración con la Fundación Voces

En octubre comenzó la primera sesión, y ya nos comenta José Ramón que la labor continuará en febrero, teniendo dos días a la semana de clase. Al mismo tiempo hay otro de teatro, de música y de danza.

En mi taller he querido llevar tanto mi experiencia en cine, televisión y videoarte, así que partí de la mirada abierta, decirle a los chavales que no solo hay lo que ven, porque realmente, aunque parezca que vemos todo, al final es muy poco. Ese seminario en el que me fijé era muy intenso, así que lo que hice fue reenfocarlo un poco y llevarlo a hacer una película, un corto. Comenzamos a hacer una sesión de cine sin cámara, para de esta forma sacar la personalidad creativa de cada uno. Mi idea es que si entras en el cine tal y como yo lo entiendo, si te atrapa vas a vivir mil vidas a través del cine, es casi un milagro. Si lo tienes ajustado a los cánones de la Guerra de las Galaxias, está muy bien, es un divertimento, pero sales como has entrado. Esa no es mi idea, es que la película siga contigo, que sea un retrogusto, que te deje huella, y vale para todas las artes, y hoy en día está todo muy empequeñecido en todo.

Nos cuenta que aunque parezca que tenemos acceso a todo en la era audiovisual en la que estamos, no lo es tanto para encontrar obras que cuenten y transmitan de verdad, por ello para él era todo un reto y una alegría, al mismo tiempo, el tener a unos chavales de catorce años para indagar en esa parte, en encontrar el fondo de una historia desde la mirada de cada uno de ellos. Quería que encontraran mundos mucho más apasionantes, y qué mejor forma que hacerlo por medio de una película.

Mientras trabajaban en la cinta —elección del género de terror porque es lo que más atraía al grupo—, unos actuando, otros dirigiendo e íbamos viendo que el mundo es mucho más que eso, y sobre todo el mundo del cine y la cultura en general. Con esta idea de Barraca XXI yo entendía que era volver a ver historias mucho más complicadas, pero no por ser complicadas, sino por ser distintas, y eso es apasionante. En cierta forma, era un reto para mí, y verme en el momento en el que vivimos, porque he hecho cosas muy comerciales y experimentales, y ese arco de visión me interesaba que vieran, aunque no es fácil en un solo curso.

Pensaba que durante el curso la asistencia fuera decayendo, puesto que el planteamiento es mucho más lejano de lo que los adolescentes están ahora mismo acostumbrados, pero admite que le sorprendió que no fuera así, y que respondieron de una manera muy favorable, involucrándose en el mes, más o menos, que han estado con la experiencia.

Los participantes pertenecían a primero y segundo de la ESO, y efectivamente, José Ramón insiste que no todo lo interesante de ver está tan accesible, pero admite que no hay que desdeñar las herramientas y aplicaciones que ellos tienen a su alcance, como con un móvil o la aplicación de TikTok, que pueden valer, y lo hacen, para realizar un trabajo audiovisual.

En el curso los alumnos se han podido dar cuenta de que el cine en cierta forma es una composición global, y de que se nutre de muchas artes, como la música, el baile, la interpretación, la literatura, la fotografía… Además, lo han podido ir viendo con el paso de las semanas, ya que cada uno de ellos, en muchos casos, comenzaron con una función en el cortometraje que grabaron, y con el tiempo se dieron cuenta de que les atraía más otro aspecto del rodaje. Nos comenta que todo ha sido muy fluido y orgánico, y que la adaptación y la involucración de los jóvenes han sido notables, que han tenido un curso muy ameno y con gran calado entre ellos.

Para José Ramón ha sido muy importante transmitir que si en la cultura no hay diversidad no hay cultura.

Hemos trabajado mucho el guion, pero siempre desde ideas que se les ocurrían a ellos, no me dedicaba a moderar, ayudándoles en el camino, y las ideas surgían de manera natural. De esta manera, la creatividad fluía; es una pena que no se hagan más cosas así, porque la enseñanza va mucho más allá de las matemáticas, necesarias, pero no esenciales para todo. Hay un mundo muy divertido donde se puede aprender, y se puede entrar en ello si no te machacan desde pequeño con lo comercial, y te enseñan que hay otros mundos como el cine en palabras mayores, el videoarte…

José Ramón tenía claro que quería dejar de lado el individualismo, y que el cine es un trabajo en equipo, aunque efectivamente hoy en día en solitario se puede hacer muchas cosas, pero lo interesante es compartir y debatir ideas, y aunque la tecnología vaya a nuestro favor lo tenían que utilizar bien y con buenas ideas.

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