La realidad no deja indiferente, y eso han querido plasmar Gala Gracia y Guillermo Garavito Amado basándose en algunos reales, para plasmar la dureza de las pérdidas en la familia y también, como no, el hecho de vivir deprisa y al límite con todas las consecuencias que ello acarrea.
En un caluroso día de verano, Mario, un cocinero inmerso en la rutina, comete el fatídico error de olvidar a su pequeño hijo Enzo, de un año de edad, en el coche. Este hecho lleva a una tragedia las vidas de Mario y Esther, su esposa. Mientras Mario enfrenta un juicio que va más allá de la justicia humana, Esther se sumerge en un océano de rencor y desesperanza, buscando un perdón difícil de alcanzar. A pesar de que Mario es finalmente liberado, se ha abierto una herida tan difícil de sanar, que hará que el amor que sostenía su relación con Esther se evanesca poco a poco. La búsqueda de perdón se convierte en su única esperanza para sobrellevar la pérdida de Enzo.
-Para introducirnos un poco en vuestra carrera, ¿nos podéis contar como nace vuestra pasión por el cine?
En el caso de Gala ya de adolescente acudía a las sesiones de cortometrajes del festival de cine de Huesca y eso despertó su interés por el cine de autor. En el caso de Guillermo, cuando estudiaba filosofía, las reflexiones de Gilles Deleuze sobre cine y filosofía le generaron la curiosidad por la imagen en movimiento.
-Aquí habéis trabajo mano a mano tanto en dirección como en guion, Gala Gracia y Guillermo Garavito Amado, ¿cómo ha sido ese trabajo en común?
Coincidimos en la forma en que pensamos el cine para contar nuestras historias y esto nos hace muy fácil el camino al momento de escribir y dirigir.
De hecho venimos de bagajes muy distintos, pero esto hace que nos complementemos muy bien en las tareas que reclama el oficio de guionista o director.
-Evanescente es una película que nos deja kao en tan solo 12 minutos, ¿cuál es el germen del cortometraje?
Leímos una noticia que nos impactó mucho, donde un padre había olvidado a sus mellizos dentro de un coche y por este descuido y debido al calor que hacía en la calle, los bebés murieron. Su esposa y madre de los niños, pese al dolor y sentimientos generados por esta tragedia, lo perdonó y apoyó durante el juicio y esto también nos puso a reflexionar sobre el amor en medio de una tragedia.
-¿Qué fue lo más complicado de grabar de esta situación tan dramática?
La escena donde están los tres en familia. Porque aunque la coreografía de cotidianidad que tienen los personajes parece sencilla, se volvía compleja al tener un niño de dos años participando en ella, y además, no podíamos repetir muchas tomas porque un niño se cansa muy rápido y tampoco quedan en raccord.
-¿En algún momento el guion estaba situado en plasmar la situación desde los acontecimientos del lado de la protagonista y no del protagonista?
No, porque desde un principio lo que nos conmovió de la noticia era que el padre olvidara a sus hijos en el coche.
-¿Cómo fue la elección de los actores?
Carlo D’Ursi es el productor de la película y de forma natural surgió que él la protagonizara junto a su hijo Enzo. Ruth la elegimos porque nos gusta ella como actriz, tanto a nosotros como a los productores.
-Gala admite que tanto en su primer largo y aquí, la pérdida es algo que está latente, bien por experiencia o por miedo, ¿en cierta forma es una forma de dejar salir esos miedos internos de cada uno de vosotros?
Perder a un ser querido, es uno de los grandes miedos que tiene la mayoría de la gente, y por ello, algunas de las historias que queremos contar llevan implícito alguna forma de hacer terapia. Con Evanescente no teníamos desde un inicio un miedo personal a enfrentar sobre el cuidado de un hijo, pues en ese momento no éramos padres, pero una frase que escuchamos a varios padres primerizos nos tocó las fibras que ya estaban sensibles con la noticia que habíamos leído: “cuando tienes un hijo estás todo el tiempo preocupado de que no se muera”. A medida que trabajamos el guion, tratamos de ponernos en la piel de unos padres que pierden a sus hijos, y ese miedo generó con más fuerza los cuestionamientos que buscamos reflejar en el corto.
-Me gustaría que nos contarais cómo fue la elección de la música, que por momentos es un protagonista más, y que enfatiza mucho cada escena.
Con Isabel buscamos minuciosamente una música minimalista que acentuara los momentos dramáticos, pero sin ser un distractor de la historia. Queríamos que fuera lo más sutil posible.
-Hay un momento que parece que todo hubiera sido una pesadilla, o así lo interpreto yo, la felicidad vuelve, y lo hacéis desde la mirada de cada uno de ellos, ¿era vuestra intención, mostrar otra opción distinta a lo que realmente sucedió?
Lo maravilloso del cine es que hay historias que se prestan a interpretaciones y esta última escena del corto es un buen ejemplo de ello. Queríamos dar la sensación de que esa vida de familia que tenían juntos se ha evanescido ya sea desde lo que mencionas, a modo de ensoñación o una escena a modo de flashback de una situación familiar que pasó siguiendo la línea no cronológica del corto.
-¿Qué dificultades os habéis encontrado para sacar adelante Evanescente?
Teníamos el presupuesto ajustado y esto nos hizo economizar recursos al máximo, afectando las localizaciones, pero una solución que encontramos a partir de las ideas de producción es que en una sola localización podíamos hacer varios sets. Otro desafío fue trabajar con un niño de dos años, pero afortunadamente es el hijo de Carlo D’ursi y eso facilitó todo. En montaje el desafío fue decidir con qué versión cronológica estábamos todos de acuerdo, tanto los productores como nosotros.
-En estos momentos estáis seleccionados por la Academia de Cine para optar a las nominaciones de los cortometrajes de Ficción para los Goya 2025, y con otras nominaciones, ¿cómo estáis viviendo este momento?
¡Con mucha ilusión! Los festivales y premios son espacios para celebrar, reconocer y agradecer el esfuerzo que hemos puesto cada una de las personas que intervenimos al realizar un proyecto.
¿Próximos trabajos?
Siempre estamos escribiendo nuevos proyectos, pero todavía ninguno está cerrado.
¿Un sueño por cumplir?
Dirigir un largometraje o serie juntos.