Manuel de la Torre es uno de los artistas que ha programado Rosario La Tremendita, dentro del ciclo Nuevos Territorios, en la Sala Berlanga el próximo día 14 de diciembre.

Siempre hay un germen o un origen. ¿Cuál es el tuyo para tu pasión por la música?

Mi relación con la música viene dada por mi relación con la vida. En mi casa siempre recuerdo haber escuchado mucha música desde pequeño. Mi padre también es músico, y lo oí tocar el bajo muchas tardes en el salón de mi casa; hasta el día de hoy. Del mismo modo, tuve la gran suerte de vivir rodeado de instrumentos, con los que jugaba constantemente y usaba como cualquier juguete normal. También tuve la inmensa suerte de que mis padres siempre me llevaron desde muy pequeño a todos los conciertos posibles que había tanto en mi pueblo como en los pueblos de alrededor. Eso creo que también fue decisivo para poder impregnarme de una gran cultura musical desde que era muy joven.

¿Qué significa en tu vida la música?

La música es mi estado natural. Es el vehículo donde me puedo expresar sin ningún tipo de filtro. De alguna manera, a través del lenguaje natural de las palabras no podemos llegar a la comunicación más pura posible, ya que tenemos que enmarcar ese mensaje, esa idea o ese sentimiento que queremos transmitir dentro del filtro de las palabras. Sin embargo, gracias a la espontaneidad, la abstracción y al carácter inefable de la música, ese mensaje llegará directo al oyente y, además, de manera única y unipersonal. De ahí el potencial de la música y de lo que significa para mí expresarme a través de ella

Multiinstrumentista, ¿por dónde comenzaste y cómo ha sido tu evolución con cada instrumento que has ido incorporando en tu carrera?

En cuanto a mi faceta multiinstrumentista, se fue dando de manera totalmente natural, a causa de mi curiosidad constante de conocer la música desde otros ángulos. He de decir que mis comienzos en la música fueron con la guitarra flamenca (con 2-3 años de edad) aproximadamente, hasta que conocí, (gracias a tener varios instrumentos diferentes en casa) el cajón, los bongos, y, en definitiva, el mundo de la percusión. Aunque desde los 5 años aproximadamente mi foco más claro fue el mundo de la batería, nunca dejé de jugar con otros instrumentos como la guitarra o el piano y, más posteriormente, el bajo. Y toda esta mezcla de instrumentos y de juegos con ellos continúa hasta el día de hoy. Actualmente, me doy cuenta de toda la información y de las diferentes visiones que me han aportado el tocar paralelamente varios instrumentos. Como consecuencia y prácticamente de manera natural, me ha llevado a adentrarme en el mundo de la producción y arreglos, que es otra de las grandes facetas de la música que me apasionan. Todo este enfoque y pensamiento “global” de la música, que he podido desarrollar, hacen que esta cobre sentido de manera total, y no solo se genere desde un enfoque puramente “bateristico” o enfocado desde un instrumento en particular

Ahora vas a estar en el ciclo de Nuevos Territorios, ¿qué te evoca este título del ciclo, y qué hay entre tu música y el nombre?

Este ciclo, con ese título tan revelador, creo que podría encajar con la propuesta musical que traigo para el próximo 14 de diciembre. Esto me da oportunidad y alas para desarrollar ideas aparentemente poco convencionales, pero que pueden impactar y aportar nuevos pensamientos a la audiencia que vendrá a vernos

¿Qué te parece este tipo de ciclos?

Sin duda son una gran oportunidad para músicos emergentes como sería mi caso, y también para músicos consolidados para desarrollar el arte e indudablemente seguir apostando por este y por la música. A su vez, desde la perspectiva del espectador; son una gran ocasión para descubrir nuevos artistas y nueva música que les podría aportar.

Rosario La Tremendita ha apostado por ti para esta nueva edición de Nuevos Territorios, ¿qué significa para Manuel de la Torre estar dentro del mismo y haber sido elegido por ella?

Rosario siempre fue una referente tanto para mí como para otros músicos y grandes artistas por su propuesta diferente y su manera de entender la música, además de su excelencia como artista. Para mí es un regalo que Rosario se haya acordado de mí para poder participar en este ciclo tan especial. Es una gran alegría y a su vez una gran responsabilidad afrontar este tipo de propuestas musicales tan retadoras.

¿Qué importancia crees que tienen este tipo de ciclos para los artistas?

Para los artistas y sobre todo, para los artistas emergentes, este tipo de ciclos son una gran ayuda para poder despegar esos proyectos que, si no existiesen este tipo de ciclos o eventos, sería definitivamente bastante más complicado. También para los mismos artistas es genial conocer a otros artistas de diferentes ambientes musicales, que sin duda te pueden nutrir y llevar a otros trabajos y mundos.

¿Qué nos vamos a encontrar en tu concierto?

Mi propuesta musical y artística creo que es algo difícil de definir. Sin duda es una propuesta ecléctica y muy personal sobre cómo yo veo la vida y el arte. Sin duda uno de los pilares fuertes de este concierto será el flamenco, una de las fuentes más importantes de las que bebo a día de hoy. Puedo adelantar que no habrá flamenco tradicional como la gente se podría imaginar. Este estará en contacto directo con otra gran influencia mía como es el jazz y la música contemporánea. Asimismo, el oyente sensible también podrá identificar aspectos roqueros en mi música, dada también por mi influencia por grupos míticos como Pink Floyd, por ejemplo. Por estos motivos digo que es una propuesta difícil de catalogar. Yo invito al oyente a que se deje sorprender por lo que verá y escuchará en el concierto. Catalogar la música puede frenar a la misma, ya que constantemente queremos encuadrarla en marcos irreales, artificiales, creados por el humano; que no son la realidad. La música, el arte, y la vida en general son asimétricos, imperfectos, irregulares, y de alguna manera impredecibles. Así será el concierto. Una propuesta muy personal de cómo yo veo la música, la vida y el arte.

¿Nos presentas a quienes van a estar contigo ese día en el escenario en la Sala Berlanga?

Tengo la suerte de contar para este concierto con dos artistas impresionantes. El primero es el cantaor flamenco onubense Israel Moro que, gracias a sus increíbles cualidades, a su estudio y dedicación, y a su conocimiento y apertura musical, hace que sea una pieza clave en el desarrollo del concierto. No son muchos los cantaores flamencos que se prestan a la fusión y a este “caos” controlado; y en este caso, contar con Israel es una suerte y un éxito asegurado en el cante flamenco. Él servirá de ancla hacia las raíces flamencas. Gracias a su cante, los demás podemos abrir los horizontes musicales sin perder los cimientos tradicionales. La otra gran artista y amiga que vendrá conmigo será la bailaora Sara Sánchez. Ella es otra persona difícil de catalogar en cierto modo, gracias a que tiene su propio lenguaje y su propia manera de entender el baile; es sencillamente única, y por supuesto sin contar su virtuosismo y su abrumador control rítmico. Gracias a su forma de entender la música y el baile, podremos también abrir las fronteras musicales sin perder la esencia flamenca. La realidad de todo esto es que todo va sobre ruedas cuando encuentras a artistas de este calibre.

¿Cómo es tu forma de componer?

¿Próximos trabajos?


Mi forma de componer está muy influida por mis estudios de música clásica. Me gusta el orden formal que me aportó esta, y aunque luego la estética sea mucho más moderna, me ahorra mucho tiempo y me aporta mucho rigor y mayor entendimiento de la música cuando aplico algunos principios compositivos de la música clásica, sobre todo en los aspectos formales de la obra. De igual manera, la génesis de cualquier pieza musical nace o bien de la improvisación (en cualquier instrumento) o bien del desarrollo de un concepto musical o extramusical, ya sea una emoción, algo físico, una sucesión de notas, un concepto abstracto…. Después de este inicio, se pasan muchos filtros técnicos musicales que me ayudan a ordenar y a estructurar la pieza. Sin embargo, me he dado cuenta de algunos aspectos clave que aparecen en mi composición: no compongo desde ningún instrumento en concreto, tengo tendencia a buscar melodías (desde cualquier instrumento), y tengo otra tendencia al caos estrictamente ordenado.

¿De qué te nutres a la hora de realizar un trabajo?

A la hora de realizar un trabajo, yo creo que mi principal fuente de inspiración siempre son los discos que más he escuchado, los conciertos que he visto y los conciertos en los que he tocado. Hoy en día es muy fácil buscar inspiración: abres YouTube o Instagram y tienes mil vídeos espectaculares que el algoritmo ha seleccionado para ti. Paradójicamente, esta manera de inspiración creo que es algo irreal. Acaba desembocando en un producto (en este caso la música) muy globalizado, donde se pierde la autenticidad y la originalidad de cada uno. Por eso creo que el equilibrio perfecto es escuchar mucha música diferente, asistir a muchos conciertos, conocer gente; y combinarlo con la otra pata fundamental de la mesa: la soledad. Creo profundamente que a través de esta podemos llegar al sonido personal y único, “rebuscándonos” interiormente y procesando la información de manera solitaria. Y, puntualmente, también mirar tendencias del mundo actual en redes. Pero bajo mi experiencia personal no debería ser esta la fuente principal.

¿Qué es lo más fácil y qué es lo más complicado a la hora de estar en la música para ti?

No sé ni siquiera si hay algo aparentemente fácil en el mundo de la música. Yo creo que no. Simplemente, la hacemos porque sale de nosotros, es nuestro modo natural de vida. ¿Lo más difícil? Todo lo demás: los procesos de creación musical, los días de estudio intensivo, lidiar con trabajadores ineficientes, lidiar con la industria musical, lidiar con las cosas que te gustaría hacer versus las cosas que dan más dinero… Para mí personalmente todo esto me resulta relativamente fácil, simplemente porque lo veo desde el agradecimiento y el aprendizaje, no desde la obligación y el lamento. Pese a todo esto, los verdaderos músicos seguiremos haciendo música; porque ese “veneno” de hacer arte, que tenemos dentro, acaba superando todos los obstáculos del oficio.

¿Influencias?

Mis influencias por suerte son muy dispares e infinitas. Lo primero que me impactó escuchar en casa desde muy pequeño fueron los discos de Pink Floyd, pero cuando iba al conservatorio sonaba Vicente Amigo, en el coche, y cuando llegaba a este, estudiaba música clásica. Por último, cuando terminaba el conservatorio y volvía a casa en coche, escuchando de nuevo a Vicente Amigo, cogía la batería y me ponía a tocar los discos de Snarky Puppy. Esa fue y sigue siendo mi cultura musical durante muchos años, la mezcolanza de muchos géneros y tradiciones musicales: flamenco tradicional, flamenco moderno, jazz tradicional, jazz contemporáneo, música clásica, música contemporánea, rock, música árabe, músicas del mundo, etc.

Me encantaría hacer este nuevo proyecto más veces. Es muy probable que mi siguiente trabajo sea la grabación de singles y posteriormente un disco o un EP, de algunos de los temas que presentaré este próximo 14 de diciembre en la sala Berlanga.

¿Un sueño por cumplir?

No sabría responder esta pregunta. Si me paro a pensarlo, ya estoy viviendo ese sueño: estudio lo que me gusta, trabajo de lo que me gusta (en proyectos musicales que me apasionan), gozo de salud, un estado financiero estable, una familia que me apoya… Mi sueño es seguir viviendo y disfrutando al igual que lo hago ahora. ¡No se puede pedir más!

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