Un año rarus, un año especial y que decir que el cine Solo en casa, podría ser el título más allá de la película, por el visionado que hemos tenido que tener en nuestros televisores podría ser la mejor definición, eso sí aquí no había comedia, había mucho drama y mucha ciencia ficción, o esto último ya nos hubiera gustado que hubiera sido así.

Fuera como fuese, la cultura ha estado aquí conmigo, en sus distintas vertientes, cine, música, literatura, incluso algo de teatro online, quién nos lo hubiera dicho, ese arte en 3D llevado a un plasma. Ver para creer. Aun así de todo he disfrutado, sacado conclusiones, amores y hasta fobias, como todo en la vida.

Muchos festivales de cine online, por momentos hasta saturados, solapados e incluso casi del mismo corte, películas que habían estado en un festival e iban a otro. Un poco caos, lo mismo que había fuera, a veces un poco distopía. No sabemos si esto habrá venido para quedarse, o por ende puede ser algo que se mantenga, pero no a tanto nivel ¿Se suplantará la pantalla grande por un plasma en casa? El tiempo nos contará.

Ahora que es época de hacer balance, de esas listas, que nos hacen elegir lo mejor de lo visto, y que tan poco me gusta poner por orden, llega el momento de hacer un repaso mental de ello y nombrar esos títulos que más me llegaron, marcaron y me hicieron pensar un poco más allá de sus imágenes. Digo que no me gusta ordenar, porque lo que hoy podría ser el número uno, en una semana podría ser el quinto o el sexto, la mente va ordenando, cual puzle dependiendo del momento.

Si he de reconocer que hay dos películas que desde que las vi, por allá del mes de abril, más o menos, se han quedado grabadas a fuego y esas son La flor y My Mexican Bretzel. Resaltadas porque me dejan imaginar, me sumergen en un mundo lleno de caminos y recovecos, siguiendo ahí constantes con la misma fuerza en mi memoria. La flor está repleta de géneros, te lleva por mundos dispares, por las risas, por un relato incluso de thriller pero siempre, siempre con un toque de ironía, de elogio al cine y de interpretaciones libres de cargas opresoras de encasillamiento cinematográfico, caras nuevas que nos dan luz y color a cada una de las historias que nos regalan. En el caso de My Mexican Breztel es todo un acto de imaginación de partir de unas imágenes y recrear una historia de amor y desamor a la vida, a las personas y a uno mismo, pero ante todo con esas frases que parecen ser un libro de autoayuda, que no deja de reflejar la sociedad en sí, y en muchos momentos la política. Un mundo distorsionado de lo que fue la realidad de esas fotos, pero que se acompasan con buen ritmo.

Pudiera haber sido el año del cine en habla hispana, o producción española, por todos esos títulos que han destacado como Transoceánicas, Sin señas particulares, El agente topo, Meseta, Lua Vermella, Blanco en blanco, El año del descubrimiento, Niña Mamá, La flor, My Mexican Bretzel, Canción sin nombre, La camarista, Blanco en blanco, Ema, La nave del olvido, Litoral, Isabella, Vacas mugiendo entre ruinas, La tonada del viento, Dona, A Stormy Night, Soñando un lugar, Zauri (k), Formentor el mar de las palabras, Nacion, La llorona, Temblores, Anatomía de un dandy, Marcos y vida, Ane. Zumiriki, Las niñas, Mi gran despedida, El campeón del mundo, El último arquero, Nunca subí el Provincia, Pullman, A media voz, San Mao la novia del desierto, Nuestras madres…

De todas esas hay varias que uniría en una sección que se podría destacar con cintas donde se reflejan la maternidad en varias vertientes, como son Niña Mamá, donde los embarazos desde la infancia y la necesidad de una ayuda e información son la necesidad que se refleja para todas aquellas mujeres que tienen embarazos que no saben si llevar adelante o no por múltiples razones. Canción sin nombre está ahí, pero por la pérdida de un hijo en extrañas circunstancias, una mirada a las escalas sociales, y el poder por encima del ser humano. Sole, película italiana, enfoca la temática del vientre de alquiler desde la figura de una joven que quiere dar un hijo en adopción, y Nunca, casi nunca, a veces, siempre, abarca el aborto desde la adolescencia y las trabas que se encuentra en el camino, una película sencilla, con pocas conversaciones y que se dota mucho más del rostro de la protagonista para trasmitirnos el dolor que está en su interior.

De las denominadas cine infantil, destacar La famosa invasión de los osos en Sicilia y Las vidas de Marona. Dos mundos muy distintos una, la primera que realiza un gran homenaje a la cultura, y la segunda una gran reflexión sobre la importancia de lo que se quiere y para qué en la vida desde la mirada de un animal. Son dos producciones francesas, puede que sea el cine que menos este año, algo raro, dentro del cine francés destacar Les choses qu’on dit, les choses qu’on fait una de las cintas que más me sorprendió y cautivó en el Festival de Gijón, un mundo de cruces de historias de amor envueltas en enredos de sentimientos donde la música clásica acompaña durante todo el metraje a las imágenes y esos paseos que van describiendo cada personaje y pareja. Le sel des larmes fue otra de las propuestas que nos ha acompañado en la parrilla de Gijón, otra grata sorpresa de Garrel que nos sigue sorprendiendo con su cine en blanco y negro.

Dwelling in the Fuchun Mountains y The Woman Who Ran son las dos propuestas asiáticas, china y coreana respectivamente, que más me han atrapado, la primera por su historia ligada con una fotografía que destaca, la segunda por su sencillez, como todo el cine de Hong Sang-soo. Este tipo de cine nos tiene acostumbrados a contar mucho a veces con poco, historias cotidianas, que nos atrapan el corazón, por su fondo y forma.

Y por último siempre tenemos esas películas que no sabemos dónde encasillar, una santa manía que nos deberíamos quitar. Pueden tener otro trasfondo más social, más político, por momentos con una forma de narración y otra estructura cinematográfica. Destacar aquí El año del descubrimiento, 200 minutos que no te sueltan en ningún momento, algo que se agradece, con una temática que puede parecer lejana pero que está presente cada día en nuestra sociedad. This film is abut me, Vitalina Varela, Para Sama, The last city, Her socialist smile, No creas que voy a gritar, son películas que me han dejado huella por la profundidad temática o narrativa, y no voy a dejar de nombrar a Un blues para Teherán que cerró Gijón, y con el que termino esta recopilación de títulos a destacar, en más o menos grado, por mí en este 2020

Me habré olvidado de títulos seguro, pero los que están son parte de ese cine que he podido disfrutar en casa.

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