Un documental sobre un artista es muy arriesgado porque nunca se sabe si la persona o el personaje será lo que marque el trabajo. A veces la figura en cuestión se lleva a la ficción que es otro riesgo, ya que puede camuflar etapas o aspectos en concreto de los datos que se quieran narrar.
En Cunninghan la directora Alla Kovgan ha buscado los años artísticos de Mercer Cunningham, desde 1944 a 1972, primero como bailarín en Nueva York hasta ser uno de los mayores referentes coreógrafos con un visión vanguardista. El escenario de la pantalla da paso a la mezcla de la danza, la música, la creación y la revelación de archivo inétido homenajeando a quien está considerado como uno de los mayores artistas de danza moderna.
Cuando ahora nos hablan de una performance pensamos que estamos ante un acto totalmente moderno, cuando ha sido una de las formas de expresión artística en el campo de la danza y el teatro. Es la forma vanguardista de contar mucho con el cuerpo, con la expresividad de los movimientos sin matizar nada en concreto y que cada espectador interprete.
Al menos es lo que en Cunningham el propio coreógrafo cuenta en grabaciones de años atrás, donde decía como creaba pero que no tenía ninguna idea de lo que quería contar, algo que parece un tanto extraño en un creador, posiblemente el si tuviera en su mente una idea, al menos estamos acostumbrados a que cada director nos diga que quiere trasmitir.
El documental se basa en grabaciones y actuaciones de las épocas en las que el artista y creador estuvo en activo, al mismo tiempo que se van cruzando con las reinterpretaciones de sus obras por otras compañías años después. Por lo que aunque la cinta quiere ser un homenaje en sí, el personaje de Cunningham lleva siendo homenajeado mucho tiempo, como se suele decir ha creado escuela. Ese cruce de imágenes donde el blanco y negro dan paso al color, están bien insertadas y hace que el espectador quiera conocer un poco más, y que en sí atraiga más lo que se ha hecho después de crear escuela por parte del artista protagonista.
Aunque visualmente es una película que nos da a ver la obra del personaje, no me incide demasiado en su forma de creación, solo sus ensayos, sus obras, pero no sus previos y lo que hay en su mente, es como si los secretos se quedaran en la privacidad de la persona mucho más allá del personaje.
“Cunningham” combina baile y biografía, recopila y recrea extractos de 14 coreografías(que ocupan más o menos dos tercios de la película) y se apodera del espíritu de la época en que fueron creadas gracias al material de archivo (fotografías, metraje de 16 mm y 35 mm, y películas caseras de actuaciones, ensayos, giras y reuniones), parte del cual no se había visto hasta ahora. Además, los dibujos y bocetos de Cunningham nos ofrecen una idea de su proceso creativo. He concebido la película como una obra de arte de 90 minutos que cuenta la historia de Merce a través de sus bailes. Es un híbrido, arraigado tanto en mundos imaginarios como en experiencias de vida conmovedoras, afirma la directora.
La película será distribuida por Filmin y se estrena en otoño, se iba a estrenar en fecha cercana al Día Internacional de la Danza pero la pandemia ha retrasado sus llegada a la gran pantalla, de momento ha estado presente en BCN Film Fest dentro de la Sección oficial
La directora lleva casi veinte años centrándose en la danza, el mundo audiovisual, teatro y realidad virtual y como interfieren entre sí, llevándolo a sus trabajos desde cortometrajes a largometrajes.
Título original (país y año de producción): “Cunningham” (Alemania, Francia, USA, 2019).Duración: 93 minutos. Dirección y guion: Alla Kovgan. Dirección de coreografía: Jennifer Goggans y Robert Swinston. Dirección de fotografía: Mko Malkhasyan. Música: Volker Bertelmann (Hauschka). Intervienen: Ashley Chen, Brandon Collwes, Dylan Crossman, Julie Cunningham, Jennifer Goggams, Lindsey Jones, Cori Kresge, Daniel Madoff, Rashaun Mitchell, Marcie Munnerlyn, Silas Riener, Glen Rum