Eva Calero presenta El sembraor, su último single, con un tono de vals folclórico y con una composición llena de matices y metáforas de la actualidad. La cantante, que con 12 años comenzó a tocar la guitarra en un grupo de coros y danzas de Albacete junto a su padre y hermana, lleva su experiencia de vida a su música, con un estilo muy personal y que transmite valores sociales.

Aquí nos habla del single, de su música y de su faceta educativa musical:

¿Cómo nace tu pasión por la música?

Cuando tenía 12 años empecé a ir a un grupo de coros y danzas de Albacete a tocar la guitarra. Comencé a ir ahí porque mi hermana también bailaba y mi padre cantaba, pero realmente el sonido de la guitarra me enamoró y fui creando un vínculo super íntimo y de amor con la música. Cada vez fui metiéndome a aprender más y al final de forma orgánica fue pasando a tener un lugar principal en mi vida.

Tres singles este año, no sé si estás en proceso creativo para sacar un disco

Efectivamente, después de estos tres singles saldrá el disco completo. Es mi primer disco y se llama Lumbre.

El sembraor, tu último trabajo, tiene una mirada muy real, ya que le impones un toque de vals folclórico, que refleja al mismo tiempo una época, ¿has querido realizar un símil entre música y temática?
Sí, de alguna manera, muchas veces la propia historia o la manera de plantear el tema a través de la letra te genera un imaginario que luego se refleja en la parte musical. En el caso de El sembraor yo quise hablar de este tema a partir de una especie de fábula y eso me llevaba a imaginarte más de una época reciente, pero quizá un poco más antigua.

¿Cómo entran en la canción Sara Caballero, Mauri Rigo, Carlos Otero y Elena Cortés?

Ellos son los músicos con los que he grabado este tema. Es un equipazo y cada uno ha aportado cosas dependiendo de quiénes son y de dónde vienen. En conjunto, sobre todo diría que ayudan a intensificar las dinámicas y los planos que se generan en la música al introducir otros elementos. También en este tema tienen un papel muy guay como “pueblo” o masa folclórica en la parte final. Luego, a nivel personal, Mauri es de Argentina y nos trae el poder del folk de allá, mezclándolo con el de aquí. Sara con su violín aporta mucho dramatismo en algunas partes y creo que empasta estupendamente con mi tipo de voz y la refuerza. Carlos, con el bajo y el charango, por un lado, refuerza los cimientos de la canción y también nos lleva a lugares de campo con el timbre del charango. Y Elena con su teclado aporta tanto refuerzo en las partes con colchones como mucha sutileza en algunas partes.

En cierta forma tu música aboga por mucha parte instrumental, ¿es algo que quieres potenciar?

Depende del caso y de si para mí tiene sentido en cada canción. En esta canción tiene un papel más importante, sobre todo para pasar de una parte a otra de la historia que quería contar.

¿Qué quieres transmitir con tu música?

Para mí lo más importante suele ser canalizar una necesidad de expresión emocional, una forma de capturar y sacar o invocar una determinada energía de un momento. Aunque también intento en la medida de lo posible transmitir buenos valores o las ideas que yo tengo sobre el mundo. Intento difundir un mensaje de amor e integración, de empoderamiento y abrazo al camino de aprendizaje que vamos haciendo.

¿Cuál es tu forma de componer?

Pues depende mucho de cada canción. Para mí las canciones vienen al mundo de muchas maneras. A veces ni siquiera nacen para estar acabadas. A veces se quedan incompletas durante años y luego un día encuentran su lugar… otra es como si te las descargaras y se componen en media hora. Aun así, para mí el proceso más común es partir de la letra, luego improvisar con esa letra cuando una melodía se fija, buscar los acordes, a veces incluso nota a nota.

Cantautora que trabaja con numerosos instrumentos en sus canciones, ¿cómo introduces cada uno de ellos en las composiciones?

En mi música suele haber muchas diferencias de un tema a otro… Entonces muchas veces el estilo, el ritmo o algún elemento música te lleva a determinado tipo de instrumentación. Luego dentro de eso por logística hay que acotar y también hay algunos elementos que yo creo que son must en mis canciones como el violín, una parte currada en coros o la percu de estilo más folk o tradicional.

¿Qué te aporta tu faceta de profesora para luego subirte a un escenario?

Quizá una mayor comprensión de los conciertos como experiencia conjunta. Hacer partícipe al público, involucrarlo, preguntar por sus preferencias. Son cosas que como profesora hago mucho, y que contribuyen a generar un vínculo sano con los alumnos, creo que en este ámbito es parecido.

¿Influencias?

Mi música tiene influencias claras de la música folclórica de Albacete. Es música que forma parte de mi imaginario y que he escuchado mucho desde pequeña. También ha influido la música de cantautores como Rozalén, el Kanka, Silvia Pérez Cruz… que ha tenido gran espacio dentro de lo que más escucho y la música clásica. Al final he estado horas y horas tocando clásico y eso se ve en ideas musicales, movimientos de la guitarra, estructuras, etc.

¿Un sueño por cumplir?

Un sueño por cumplir sería vivir sin preocupaciones de ésto, salir de la precariedad básicamente. Poder dar trabajo estable a otros músicos con mi proyecto y que todos tengamos buenas condiciones laborales y una vida armónica sin sufrir mucho estrés o de cansancio.

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